Que los tres equipos mendocinos estén entre los principales protagonistas de la Primera Nacional, a esta altura de la temporada, ya se nos hizo costumbre. A nadie le sorprende ver a Deportivo Maipú, Independiente Rivadavia y Gimnasia y Esgrima sumando triunfos de vital importancia en condición de visitante, o sorprendiendo a grandes equipos de la categoría en casa.
La evaluación es tan simple como real: los tres equipos incorporaron durante el recorrido un rol protagónico que los obliga a ir por más. Ya no se trata solo de “ver qué pasa”, sino que sus propios jugadores anuncian que “el gran objetivo es el ascenso”. La competencia y los buenos resultados transformaron las principales fortalezas para minimizar defectos y subirse a una ola contagiosa que ya inyectó entre sus simpatizantes una efusividad de la que parece difícil bajarse. Entonces, empujado por sus propios hinchas, creciendo desde el convencimiento de sus respectivos cuerpos técnicos y amparados en rendimientos individuales extraordinarios, los tres representantes provinciales asoman como grandes candidatos.
El Cruzado y la armonía del éxito
De los tres mendocinos, quizás sea Deportivo Maipú el que hace las cosas de forma “más natural”. Es al que menos le cuesta mostrar un plan de juego y una construcción ofensiva que apoya sus bases en la experiencia de sus hombres con más recorrido. Rubens Sambueza, Santiago González, Gonzalo Klusener y Fausto Montero, solo por nombrar algunos, son los nombres desde los que eligió crecer el entrenador Luis García. Cada uno, desde un rol diferente y con el enorme rendimiento que viene exhibiendo el capitán, exRiver Plate, consolidaron el dibujo táctico maipucino, con un tradicional 4-4-2. Sin embargo, de momentos, aprovechando la polifuncionalidad de varios dentro del plantel, puede explotar variantes para desactivar por un lado y activar por el otro. Todo bajo la sabiduría de quien reconoce su potencial y no teme equivocarse.
El liderazgo en la Zona B no hizo más que confirmar los principales preceptos que estableció el entrenador: “Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos”.
El mérito de García radica en haber convencido de sus principales virtudes a cada uno de quienes hoy forman el once inicial. Luciano Herrera, el propio Montero, Rodrigo Ramírez (ingresó para reemplazar a Agustín Manzur, lesionado) y Ezequiel Almirón son claros ejemplos de la convicción del entrenador para potenciar aquellos aspectos que mejor le caen a su juego.
Hay disciplina, convicción, inteligencia y mucha entrega. Y aunque es cierto que perdió solidez defensiva en esta segunda mitad del torneo, nunca se da por vencido.
Ganó nueve de los últimos doce partidos que disputó (tres derrotas) y camino a la final le quedan aún nueve compromisos ante rivales de jerarquía.
La Lepra y su grato andar
Formar parte de un ritual tribunero en el Bautista Gargantini es una experiencia que se ha potenciado en estos últimos meses. Las emociones transitan a flor de piel por entre las butacas de las plateas y se entremezclan con las gargantas rojas de las populares.
El Azul es escolta de la Zona B y supo mandar durante varias jornadas, con el delantero paraguayo Alex Arce como principal figura. El Azul es escolta de la Zona B y supo mandar durante varias jornadas, con el delantero paraguayo Alex Arce como principal figura. El goleador acumula 22 festejos en 25 partidos y promete seguir asombrando. Arce, además de sus goles, se destaca por patear con ambas piernas, ejecutar tiros libres, gambetear en velocidad y por sus 187 centímetros, que lo hacen peligroso por su juego aéreo.
Desde esa referencia, Alfredo Berti armó un equipo, y una campaña, que acumula diez triunfos en los últimos trece partidos disputados. Además, en seis de esos encuentros no recibió goles en contra. Otro síntoma de que el Azul será animador de la competencia. En el único cruce de la temporada, ante el líder Maipú, lo venció 2-1. Convicción y un bloque sólido que casi siempre consigue “maniatar” a sus rivales, son la marca registrada de esta Lepra 2023. Con laterales lanzados al ataque y una zaga central sólida, Independiente Rivadavia arma su base en defensa. Además, exhibe un mediocampo de mucho vértigo e intensidad. El premio fue claro: seis penales a favor (los convirtió todos). Además, el empuje que cae desde los cuatro costados del Gargantini es un combustible del que suele alimentarse el equipo. Bajo esas condiciones, nadie puede detener la euforia que por estas horas se vive en Avenida de Las Tipas.
El Lobo no se achica
Aunque no tiene un plantel de tanta experiencia, Gimnasia y Esgrima sostiene una campaña que lo tiene entre los candidatos al Reducido.
Aunque muestra una irregularidad que lo obliga cada vez que juega como local, el elenco de Joaquín Sastre reconoce el plan de juego e intenta ejecutarlo bajo cualquier condición. Claro, tampoco tiene un plantel tan extenso y sufre la falta de variantes. Sin embargo, y para destacar, presenta un goleo repartido: Rodrigo Castro suma seis festejos, mientras que Agustín Herrera lleva cinco. Luego aparecen Santiago García y Nicolás Romano, con tres, y Joan Juncos, Tadeo Marchiori y Maximiliano padilla, con dos.
Las mejores versiones del equipo blanquinegro se dieron en el Legrotaglie, donde ganó seis de sus últimos siete partidos. Su última presentación, ante el líder Almirante Brown, cerró con una goleada 4-1, donde destacaron las aristas del juego mendocino. Además, en el Parque le ganó al ahora escolta, quien llegó líder en aquella ocasión: Agropecuario de Carlos Casares.
Sin embargo, como visitante sufre demasiados vaivenes emocionales en su juego. Fuera de Mendoza disputó 13 encuentros, donde ganó dos, igualó siete y perdió cuatro. El contraste es claro: en el Legrotaglie ganó siete, empató cinco y perdió uno.
Detalles, números y posibles escenarios. Un mapa de sensaciones que hoy pone a los mendocinos entre los principales candidatos al ascenso. Habrá que esperar al final de temporada para saber a ciencia cierta cuál supo sostener su plan con mayor convicción y certeza.
