Pasó una nueva edición de la División de Honor de Futsal y Mendoza volvió a quedarse en la puerta del éxito. Un Jockey Club con un plantel que ha demostrado sobrada calidad, llegó a la final con todos los boletos a favor y de hecho se fue al descanso ganando 1 a 0 por el gol tempranero de Jesús Sánchez. Pero unos minutos de distracción en el complemento hicieron que la corona se fuera para Ushuaia de la mano de Magallanes, un equipo que ya había vencido al “Burrero” en la final del 2016.
El equipo que dirige Armando Corvalán había sido el mejor de la etapa regular y venía de dejar afuera tanto a Cementista como a Andes Talleres, de quien se tomó revancha por las finales perdidas en el ámbito doméstico. Gran torneo que no se empaña para nada por un resultado.
El regalito viene con la clasificación que se logró para el Torneo Sudamericano, competencia al cual los amantes del futsal mendocino empiezan a acostumbrando a tener un representante.
En líneas generales, nuevamente nuestros equipos mostraron que Mendoza es el corazón del futsal nacional. Y el dato que refleja ese pensamiento tiene que ver con que Andes Talleres quedó cuarto, Cementista y Don Orione llegaron a cuartos y Regatas a octavos, donde se cruzó con el “Poli”.
Así, seguimos por el buen camino. El título que no se consigue desde la temporada 2015 en el que el “Matador” se coronara campeón, llegará por su propio peso. Solamente hay que tener paciencia y saber esperar. Hay material de sobra como para ilusionarse a futuro.