Desde el Valle de Uco, tierra de las manzanas y las nueces, Maia Najul alimenta un sueño deportivo: formar parte de la Selección Argentina de beach volley para la U19, pero también formándose para quedar en la U23.
Sus cualidades fueron monitoreadas hace unas semanas atrás por los entrenadores de dichas selecciones, encabezadas por Ian Mehamed y Fernando Siri, quienes pudieron verla de cerca en el Cenard luego de que la joven tunuyanina ganara la primera fecha del Circuito Rosarino junto a Laura Moreno.
De allí se fue a Buenos Aires colmada de emoción por esta convocatoria. Si bien se trata de una preselección, porque los torneos internacionales para los que se preparan serán en la segunda mitad del año, ella ya dispuso su bolso de viaje para estar lista en cuanto suene su teléfono.
Maia, clase 2003, viaja a Buenos Aires para quedar concentrada en el Cenard con el fin de ser observada por el cuerpo técnico nacional con vista a los Juegos Panamericanos que se disputan este año en Colombia para jugadores U23. Pero también está en la agenda, el Mundial de U19 en Tailandia, del 15 al 19 de septiembre.
Cuando está en Mendoza, se entrena intensamente durante cinco días de la semana, doble turno, alternando beach volley, de indoor y gimnasio. Y los fines de semana no se pierde ningún torneo, ya sea de playa o de la Liga del Voley.
Hija mayor de Nazarena Rosas y Jorge Najul, y hermana de Catalina (15) y Suría (12), se toma esta actividad con gran responsabilidad, ya que, según confesó, se enamoró del beach.
“Durante mi cursado de secundario practiqué básquet, handball y atletismo para competir en la Semana Estudiantil. Pero antes de eso hacía ballet clásico y folclore, al mismo tiempo que el vóley”, comentó la jugadora.
-¿Cuándo y cómo entró el beach vóley en tu vida?
-Apareció en mi vida en el 2015 cuando mi entrenador, Carlos Amieva, buscaba a dos jugadoras para entrenar, con el objetivo de clasificar a los Juegos Evita de ese mismo año. Y nuestro entrenador de indoor, Rafael Ganem, nos propuso, a mi y a una compañera. Por supuesto acepté y desde ese momento que comencé a hacer ambos deportes. Pero quedé más enamorada del beach.
-¿Cómo fue tu camino hasta ser vista por los seleccionadores?
-El primer nacional que jugué fue el que se hizo acá en Tunuyán, conocido como “el torneo de la plaza” en 2017. Luego jugué el último que se hizo en La Consulta en 2019, y este verano 2021 todos los que hubo, que fueron cuatro fechas en Chapadmalal, dos en Rosario y una en Buenos Aires. Y el llamado lo tuve antes de ir a Chapadmalal. Allí estuve concentrada dos semanas, entre torneos.
-¿Cómo te sentiste, cómo fue la experiencia?
-Fue única, maravillosa. Nunca antes había estado pre seleccionada y la verdad es que estoy muy feliz de poder estar viviendo esto tan lindo. Compartí con grandes compañeras de diferentes lugares, se armó un hermoso grupo. Dio gusto estar una semana allí, en el Cenard, lugar donde grandes deportistas argentinos se entrenan con propósitos olímpicos.
-¿Cuáles son tus objetivos?
-Creo que todas las que estuvimos concentrando tenemos la misma meta, jugar el Panamericano junto a Brenda Churin, que es a lo que aspiro personalmente y para lo que me estoy preparando. Además, se viene un Mundial U19 en Tailandia este año.
-¿Para concluir, cómo te definís deportivamente? ¿Cuál es tu fuerte en el juego y por qué crees que estás para el seleccionado?
-Soy muy comprometida para el deporte y estoy feliz de poderlo ser, porque es el deporte que amo. Pero, no tengo algo que haga perfecto y algo que haga muy mal. Todos mis fundamentos técnicos tienen algo para mejorar, pero a su vez, creo que los tengo más o menos equiparados.
Maia Najul, otra semilla del beach volley de Tunuyán con aporte a la Selección, inyecta la esperanza de otra mendocina en un Panamericano, Mundial o, por qué no, en futuros Juegos Olímpicos.