Sabía Independiente Rivadavia que su visita al Más Monumental de River Plate por la fecha 9 sería muy brava. Y así sucedió nomás. La Lepra no jugó bien, dejó otros tres puntos en el camino en el debut del DT Martín Cicotello y exhibió otra imagen negativa en su sexta derrota al hilo en la Copa de la Liga Profesional.
Con un esquema ultra defensivo y apostando a una contra salvadora (que nunca llegó), el Azul la pasó mal, sobre todo en el primer tiempo. Los 45 minutos iniciales fueron realmente flojos para el conjunto mendocino. River lo superó ampliamente en todos los sectores con permanente manejo de pelota y creando un sinfín de situaciones de gol. El doblete de Miguel Borja pareció poco, porque los de Martín Demichelis pudieron haberse ido al descanso con una goleada a favor si no hubiese sido por los palos y las manos de Gonzalo Marinelli, uno de los pocos que salvaron la ropa en la noche de Buenos Aires.
Muy tirado atrás, cediendo el balón constantemente y fallando tanto en las transiciones como en el retroceso, Independiente nunca hizo pie, no estuvo fino, al menos en esa primera parte. El Millonario puso en evidencia las enormes falencias defensivas que la Lepra viene sufriendo a lo largo del certamen. No por nada es el equipo más goleado de ambas zonas con 17 tantos.
A pesar de que se notó el esfuerzo físico por contrarrestar la producción de un River siempre candidato al título, el local hizo lo que quiso a lo largo y a lo ancho. Y antes del descanso ya había sacado la ventaja de 2-0 que terminaría siendo definitiva. El colombiano Borja, intratable.
En cancha pudieron verse varias cosas de este Independiente Rivadavia versión 2024: el bajón deportivo que significaban 5 caídas en fila y la necesidad de reacomodarse tras el adiós del ahora ex DT Rodolfo De Paoli. Al bueno de Marinelli le sumaremos la picardía y el empuje de Matías Reali, tal vez el mejor de todos los de camiseta azul en el Monumental. El hábil delantero intentó por ambas bandas, fue vertical y supo crear peligro en las inmediaciones de Armani, sobre todo en el segundo tiempo. Tuvo un claro mano a mano que no supo aprovechar.
Ya que hablamos del complemento, hay que destacar que, a pesar de la derrota consumada, se vieron allí aspectos tácticos y actitudinales para rescatar en este elenco mendocino que sueña con conservar la categoría, su única misión. Los de Cicotello (en su primera experiencia como DT en Argentina) adelantaron líneas, aceitaron el funcionamiento en mitad de cancha y hasta crearon situaciones interesantes, lamentablemente sin éxito.
Está bien, muchos dirán “pero perdió ante River en el Monumental y eso le puede pasar a cualquiera”. Es cierto. El tema es que Independiente tiene un rival invisible al que no puede desconocer: el tiempo. Será fundamental ajustar piezas, lavarse la cara y cambiar el chip para volver a sumar de manera urgente para dale alimento al sueño de la salvación. Falta mucho para la definición de los 2 descensos, pero 7 partidos perdidos sobre 9 jugados encienden cualquier alarma. A reaccionar.
Ante Riestra, una final para Independiente Rivadavia
¿Tiene plantel Independiente Rivadavia como para pelear? Claro que sí, lo tiene. La partida del goleador Alex Arce y la lesión de Mauricio Asenjo complicaron las cosas en ataque, pero hay material como para dar vuelta la página.
Ante Riestra, el otro que viene de ascender desde la Primera Nacional, será una verdadera final. Es un rival directo en la lucha por quedarse en la máxima categoría. El lunes 11 de marzo desde las 21.15, el Bautista Gargantini será el escenario de un partidazo que puede marcar el despegue definitivo del Azul del Parque, todo por la fecha 10. Dale, Lepra, dale.