Kevin Benavídes brilló este año en Arabia Saudita al ganar el último Dakar. Junto a su hermano, Luciano recibieron a Carburando para una nota exclusiva.
Este año, Kevin sorprendió con su traspado de Honda a KTM y esta es la primera entrevista que daba con sus nuevos colores. Los de KTM y Red Bull, su flamante equipo, tras protagonizar el pase del año dentro del mundo Dakar y luego de consagrarse de la mano de Honda.
“El Dakar está a la vuelta de la esquina. Después de ganarlo y convertirme en el primer latinoamericano en lograrlo, me embarqué en un nuevo desafío, al ser piloto del equipo KTM. Y ya estoy trabajando, acá en Jesús María con mi entrenador, el Chino Freytes. No estamos haciendo rally, pero sí un poco de motocross, que es un complemento que siempre hay que buscar. El rally requiere de una agilidad mental y de trabajo”, comentó Kevin a Carburando.
“Hace una semana que hemos vuelto de Dubai junto con mi hermano, Luciano. Estuvimos en Austria también, donde me recibieron muy bien en la sede de KTM. También en Red Bull, ahora que soy atleta de la marca. Es todo un nuevo desafío. Conocí la fábrica, la gente. Y luego fuimos a probar la moto de rally. Estuvimos en el desierto”, agregó el vencedor del Dakar 2020.
“Ahora acá estamos cumpliendo con el programa de entrenamiento. Cuando termina un Dakar ya se piensa en el siguiente, por lo que estamos con el plan de aquí hasta enero”, indicó Kevin, acompañado por su hermano, Luciano.
Mientras Kevin lucía con orgullo su nueva indumentaria, que refleja su llegada a KTM y a la estructura Red Bull, Luciano parecía inmaculado con la ropa blanca, del equipo Husqvarna, al que ya pertenecía. Ambas marcas pertenecen a la misma compañía, por lo que los hermanos ahora compartirán marcas “primas”
“Para mí es muy bueno que mi hermano, Kevin, venga a KTM. Somos de la misma familia en cuanto a marcas también, porque KTM y Husqvarna son de la misma empresa. Hasta tendremos el mismo motorhome en el Dakar. Me va a ayudar muchísimo, ya que en el mundo del rally siempre estuve solo dentro del equipo. Su llegada me motiva mucho para mejorar, para prender de toda su experiencia. Pero a la vez para hacer mi camino”, destacó Luciano a Carburando.
“Mi objetivo es mejorar el sexto puesto que logré en 2020 en el Dakar, además de pelear por el título mundial este año y llegar bien preparado a Arabia Saudita”, destacó Luciano, que supo ser campeón mundial juvenil.
Ambos hermanos Benavídes se sienten más acompañados ahora. Y hasta liberados, ya que pueden compartir entrenamientos sin los límites que imponen marcas rivales, como sucedía hasta el año pasado.
De todas formas, en una competencia tan exigente como el Dakar, siempre la cabeza está pendiente del hermano. Así lo describía Luciano: “El que va adelante siempre siente miedo por el que viene atrás. Cada vez que pasás un peligro pensás. En mi caso me queda en la cabeza ‘Que Kevin haya pasado bien, que no le haya pasado nada’. Ahora que estaremos juntos seguramente nos vamos a ayudar”.
“KTM ganó el Dakar durante 18 años seguidos. Para mí es un gran desafío. Si bien con Honda logramos ganar, primero de la mano de Ricky Brabec y ahora lo hice yo. Salí de la zona de confort al pasar a KTM. Pero también siempre estuve ligado a la marca. Cuando corría en Enduro lo hacía con KTM, por lo que siempre llevé sus colores”, comentó Kevin benavídes en la entrevista que junto con su hermano, Luciano, brindaron a Carburando, durante una jornada de entrenamiento en Jesús María, en la provincia de Córdoba.
“Fue muy lindo llegar a la fábrica. La gran diferencia con Honda es que tiene la sede en Japón pero el equipo está en Barcelona. En el caso de KTM está todo mucho más concentrado con todas las especialidades, como enduro, rally, motocross. Recién estoy conociendo al equipo”, explicó Kevin.
El piloto salteño detalló sus sensaciones: “Es un gran desafío. Me di el gusto de llegar a los dos grandes equipos. Ahora mi objetivo es ir por un nuevo Dakar y convertirme en el primer piloto en ganar con dos marcas diferentes. Siempre busco nuevos desafíos y KTM me da la gran oportunidad”.
El pase de Honda a KTM le permite entrenarse junto con su hermano de una forma más liberada. Hasta el año pasado, Kevin representaba a Honda y Luciano a Husqvarna, por lo que debían mantener las distancias que imponen marcas rivales. Ahora, al integrar KTM la misma estructura empresaria con Husqvarna, todo se comparte.
“Ahora puedo compartir más tiempo con mi hermano. Podemos decir que es más legal, ya que estamos bajo estructuras de la misma compañía. Y es lo que más se disfruta, de compartir estos momentos juntos y seguir creciendo”, comentó.
Respecto del Dakar, la carrera más exigente del mundo, Kevin detalló sus vivencias y aprendizaje: “El Dakar es una carrera mental Si bien hay que estar físicamente en un estado óptimo. El cerebro tiene que estar despejado. Más allá del entrenamiento físico, se hace un gran trabajo psicológico. En mi caso he pasado situaciones muy malas. Como por ejemplo la muerte de Paulo Goncalves, que era un amigo íntimo”.
Fue un golpe muy duro el que sufrió Kevin en 2020, cuando falleció su amigo en Arabia Saudita: “Lo importante en el Dakar es si viviste un momento muy malo o negativo, borrrarlo automáticamente y mirar para adelante. Hay situaciones más complejas que otras. Lo de Paulo fue muy difícil para mí. Pero yo lo busqué en el sentido de saber que él amaba esto, era su pasión. Y murió haciendo lo que le gustaba. Y yo seguí corriendo por él. De hecho en la etapa que él murió yo la gané. Y este año cuando gané el Dakar, él cruzó la meta conmigo. Eso lo sé. Siempre hay que utilizar las cosas de la manera más positiva posible siempre”.
Y explicó: “En el Dakar siempre hay que estar muy enfocado. Uno está solo con su moto en el desierto durante más de 6 horas por día. Uno creo los miedos. Los miedos son psicológicos y si uno permite que los miedos te dominen, automáticamente perdés el control. Vos sabés que lo podés hacer, pero el miedo te limita. Y si uno se deja dominar por esa sensación, ya no se anima a saltar una duna, por ejemplo. Tampoco hay que ir como un loco. La clave es estar centrado y confianza en uno mismo. Y al miedo siempre hay que enfrentarlo”.
Kevin vivió todo tipo de sensaciones con el Dakar. Los duros momentos que describió, pero también saboreó las mieles del éxito, al ganarlo este año en Arabia: “Me he mantenido con los pies sobre la tierra. Sigo siendo el mismo. Trabajé muy bien psicológicamente este año. Y al obtener la victoria lo disfruté mucho más con mi gente, en la intimidad. Hasta de otra manera si lo pienso con la mentalidad de años anteriores. Sigo siendo la misma persona. Sólo ha cambiado el reconocimiento. La gente ahora me reconoce, me pide fotos. Se nota ese cambio muchísimo. Y eso está bueno, lo disfruto. En definitiva uno se la pasa solo en el desierto y ese reconocimiento me llena de orgullo y me motiva”.
En la parte técnica, Kevin detalló las diferencias de las dos motos referenciales del Dakar, entre Honda y KTM: “La gran diferencia entre las motos de Honda y de KTM se centra en el chasis. La Honda es un chasis de motocross y la KTM tiene el motor colgando. Quizá en las zonas veloces se desempeña mejor, pero en lo trabado quizá le cueste un poco más porque el chasis es más rígido. El motor de KTM tiene quizá mayor torque y el de Honda trabaja con más vueltas. Son muy diferentes”.
Y el piloto salteño subrayó: “Tengo el gran desafío de adaptarme a dos motos. Porque a la actual luego deberé conocer la que sacará KTM entre agosto y octubre. No es ni una ventaja ni una desventaja respecto de mis compañeros de equipo. Es un desafío doble. Es parte de ese gran desafío”.