Otro golpe al mentón del Tomba. Injusto. No mereció irse con las manos vacías. Más allá del resultado, totalmente negativo, lo positivo fue que se vio otra cara del equipo de Diego Martínez. Tiene una idea de juego muy clara y la aplica. No renuncia. Le falta peso ofensivo. Construye, produce pero no factura. Ni desde los 12 pasos pudo quebrar el cero. Enfrente estaba River. El mejor equipo del continente. Y lo demostró con tres o cuatro jugadas de alta voltaje.
La fresca noche del parque mendocino tenía en cartelera un partido que prometía acciones por doquier. De un lado, el necesitado Tomba de Diego Martínez. Del otro, el River de Gallardo que, aún diezmado por las ausencias, no deja de ser uno de los mejores equipos del continente.
A minutos del comienzo del partido, luego de que Gallardo confirmara la formación con Ferreira de titular, Godoy Cruz sorprendió con un cambio de intérpretes: Agustín Manzur por Renzo Tesuri. La intención: tapar la conexión del tándem Angileri-Ferreira con un hombre de más sacrificio para la marca como Manzur.
El partido comenzó accidentado. Al minuto de juego, Julián Álvarez puso a correr a Pratto contra Ibáñez, el Oso definió de vaselina ante el Loco, Herrera salvó sobre la línea, pero su tibia izquierda chocó fuertemente contra el palo. El golpe fue tan brutal que le provocó un corte y el central tuvo que ser reemplazado por un ex Boca, Gonzalo Goñi.
La primera situación de peligro a favor de River que terminó con Herrera lesionado:
Tras el accidente, los primeros minutos de Godoy Cruz en el partido fueron buenos. La presión del Tomba dio resultado y a los 7′ Enzo Pérez se confió y perdió en la salida con Bullaude, el balón le quedó a Lomónaco, quien definió de zurda ante Bologna y el “1”del Millonario salvó milagrosamente.
Increíble el gol falló Lomónaco ante la salida de Bologna:
Con Enzo Pérez de “5” clásico, más retrasado para cumplir su función de elaboración y Leo Ponzio unos metros más adelantado, el 4-1-3-2 de River contrastaba con el 4-3-1-2 de Godoy Cruz, que contó con el generoso despliegue de sus volantes para no dejar jugar cómodos a los volantes de River, especalmente con Bullaude como encargado de la presión de Pérez. Movedizo Lomónaco, voluntarioso Badaloni para ir a todas, el Tomba redondeó unos buenos primeros 45 minutos ante un rival de extrema jerarquía.
Con River como dueño de la posesión de balón, el equipo de Gallardo lastimó cada vez que Álvarez o Ferreira aparecieron con espacios a las espaldas de Ojeda y Manzur, respectivamente. Pero a los puntas del Millonario les faltó precisión para capitalizar esas dos o tres jugadas en las que River tuvo tiempo y espacio para pensar en el área.
Hubo buenas coberturas de los defensores de Godoy Cruz, respaldadas por un buen juego aéreo en la marca zonal.
Después de los 25′, el Tomba lució más ordenado y emparejó el desarrollo. Cuando el reloj marcaba la media hora, otra vez la presión de Godoy Cruz sobre la salida de River dio resultado. Badaloni exigió a Sosa, ganó, centro de zurda por bajo, entre Bologna y Pionola salvaron otra vez lo que era el primero del Tomba.
Pero la categoría de sus intérpretes hizo que River tuviera un par de acciones antes del cierre del primer tiempo que bien podrían haber abierto el marcador. A los 34′ Pratto buscó el primer palo de Ibáñez con un remate por elevación que el arquero manoteó al córner. Y tres minutos después, Ferrari tapó justo con su pie izquierdo otro remate cruzado de Matías Suárez.
River salió más decidido al complemento. Adelantó a Enzo Pérez (Ponzio quedó como pivote en el eje) y el equipo de Gallardo achicó espacios hacia adelante para intentar jugar en los cuarenta metros finales de la cancha. El Tomba, expectante, se paró decididamente de contragolpe. Ya no presionaba con la intensidad del primer tiempo, pero armó un bloque medio-bajo para intentar cerrarle los circuitos ofensivos a River, que cuando asocia a sus intérpretes lastima a cualquier adversario.
El complemento arrancó movido en situaciones de peligro. A los 2′ Martín Ojeda tuvo tiempo y espacio para sacar un remate de zurda que pasó cerca del ángulo derecho del arco de Bologna. Y un minutos después, Ponzio se animó y sacó un derechazo que picó y encontró muy bien parado a Ibáñez. A los 4′, Angileri remató de zurda por arriba del travesaño tras la segunda jugada de Casco luego del córner de Ferreira. Y a los 5′, Pratto desbordó por la derecha y metió un centro para el cabezazo defectuoso de Ferreira apareciendo como “9”. River proponía, pero también sufría. La famosa historia de la manta corta: se protegió la cabeza y se destapó los pies. A los 7′ mal parado River, Ojeda condujo, Badaloni se abrió y tiró el centro que terminaron despejando con muchos problemas Pinola y Sosa cuando se metía por detrás Lomónaco.
Las lesiones siguen persiguiendo al Tomba. A los 20′, Ibáñez cortó abajo una pelota profunda y sufrió un golpe en las costillas que lo obligó a dejarle su lugar a Juan Bolado. También ingresó Luciano Pizarro por Manzur.
Si bien el partido era dominado por River, el Millonario carecía de la profundidad necesaria como para lastimar. Y si Godoy Cruz no se puso en ventaja a los 29′ fue porque Badaloni no alcanzó a controlar bien una pelota inmejorable que lo dejaba de cara a Bologna.
La diferencia de jerarquía quedó expuesta un minuto después, cuando Angileri asistió a Suárez por la izquierda, el delantero superó en velocidad a Goñi y lanzó un centro perfecto para la palomita goleadora de Federico Girotti, quien puso el 1-0.
El gol del juvenil Girotti:
Lejos de abrumarse, el Tomba reaccionó. Y acto seguido, Casco metió la mano a un centro, Herrera sancionó correctamente el penal, pero no tuvo la suficiente personalidad como para hacer repetir el penal que Bologna (claramente adelantado) le atajó a Tomás Badaloni.
El penal que contuvo Bologna a Badaloni:
El Tomba siguió haciendo un esfuerzo importante, merodeó el arco de Bologna, pero no alcanzó. Volvió a perder y ya suma tres derrotas al hilo en esta Copa Liga Profesional.