Cuando Víctor Riggio lo hizo debutar en la Lepra en 2005 era “Juancho, el hijo del gomero de Villa Hipódromo”. Hoy, 17 años después, su perfil de Linkedin habla de un centrodelantero que convirtió 126 goles en su carrera, que la rompió en Chile -al punto de ser convocado por el DT de la la Roja para las Elminatorias- y que hoy es pieza clave de un Independiente de Avellaneda que sueña con vencer mañana al Ceará de Brasil por dos goles de diferencia para sacar pasaje a los octavos de final de la Copa Sudamericana.
-Si vas caminando y alguien te llama Juancho, ¿te das vuelta?
-(Risas) Sí, pero seguramente es alguien de Mendoza, je. Después me pusieron de todo: Toro, Tanque, je.
-¿Por qué te decían Juancho?
-Me lo pusieron en el CEREDE N° 2. Mi primer técnico fue Hugo Sicre y me decía Juan (por Iván) y quedó Juancho. Y toda la gente que me conoce en el barrio soy el Juancho.
-¿Y ahí en el Rojo, cómo te dicen tus compañeros?
-Acá me dicen Benzenegas, je. Una mezcla de Benzemá y Benegas. Me divierto mucho, es muy bueno…
-¿Cómo vivís este momento?
-Bien, tranquilo. Se trata de disfrutar cada momento y más en un club como Independiente. Más allá de la presión y la adrenalina en un club tan grande, lo tobo bien. Me da energía y me produce muchas ganas de estar.
-Están a horas de un partido muy importante. ¿Cómo se preparan?
-Va a ser un partido complicado. Tenemos que tratar de hacer el primer gol y después ir por el otro. Hay que mantener un equilibrio porque si querés hacer el segundo gol antes que el primero, va a ser difícil. Seguro el estadio va a estar lleno y colorido, empujando para conseguir esos dos goles y el rival lo va a sentir. Ojalá sea otra gran noche de copa.
-Llegaste al Rojo después de ser la quinta opción y muchos se sorprendieron cuando firmaste...
-Sí, eso era normal. En el momento que llegó la posibilidad, puse ciertas cosas en la balanza y empecé a ver las ventajas y desventajas. Una de ellas era que iba a un club en el que sería prácticamente un desconocido y que los prejuicios iban a existir.
-Hoy llevás 6 goles y 2 asistencias. ¿Sentís que te ganaste un lugar y también el cariño del hincha?
-Más allá de eso está el convencimiento total de lo que yo podía hacer. Lo que está al alcance de mis manos es entregar el máximo en cada partido y entrenamiento porque eso es lo que me ha llevado a hacer una carrera tan larga en Chile y haber logrado lo que logré. Ese convencimiento ha hecho que hoy la gente me demuestre su cariño y que yo pueda devolverle la confianza a los que confiaron en mí para llegar a Independiente.
-Si seguís con esta racha el miércoles, los hinchas del Rojo te van a adorar…
-Sí, más allá de eso el tema es ir en busca del objetivo. Más allá de haber hecho dos goles en el partido pasado, lo importante es mantener la tranquilidad y la humildad porque los momentos lindos hacen que uno se relaje y la verdad que no hay tiempo para relajarse en estos clubes. Hay que estar a la altura de las circunstancias y estamos en una búsqueda constante.
-¿Jugaste en todas las categorías del fútbol argentino?
-Me faltó jugar en la D nomás. En la B Metropolitana jugué con Armenio, después de la CAI. Y en la C jugué para Laferrere, y después me fui a Chile. Fue un momento en el que estaba en búsqueda de continuidad y de tratar de hacer un nombre en el Ascenso. Me tocó llegar a Laferrere, que me ayudaron a reencontrarme con el jugador que soy y con la felicidad de entrar una cancha. Laferrere apostó por mí y por eso soy muy agradecido cuando confían en el trabajo y la seriedad de uno para trabajar.
-Te fuiste de chico de la Lepra, tuviste grandes momentos en Chile. ¿Sentís que estás en uno de los mejores momentos de tu carrera?
-La verdad que yo también lo siento de esa forma. No es fácil someterse a un desafío así a los 33 años. Descarté una posibilidad para irme a China, que significaba una gran oferta monetaria, para venir a jugar a un grande de Argentina y sacarme esa espinita que no había podido cumplir. Estoy muy contento y me encuentra con un equilibrio de vida y como futbolista que ayuda mucho para sobrellevar esto que me está tocando vivir.
-Habías jugado en la Cuarta de River. Hiciste varios goles y casi debutás en Primera. ¿Esto lo tomás como una revancha?
-No sé si una revancha, era demostrarme en lo personal y ponerle algo bien lindo al curriculum de mi carrera, que es jugar en un grande y saber que puedo. El camino ha sido bastante largo y luchado, y me toca llegar a este punto con mucha sabiduría desde lo deportivo y humano. Siento que toda esa experiencia me ayuda para hoy aprovechar esta posibilidad que me toca. Estoy muy contento, además, porque mi familia puede venir a ver los partidos más seguido. El primer gol que hice en Independiente fue en Mendoza y estuvo gran parte de mi familia. La verdad que ese fue uno de los momentos más redondos.
-¿Por qué creés que no pudiste llegar a debutar?
-Son momentos de cada club. Siento que 2007 también fue un momento muy lindo en mi vida y en mi carrera porque me tocó estar seis meses en Cuarta y Reserva de River. Hasta me tocó concentrar dos veces con el plantel de Primera División y en ese momento el Tapón Gordillo estaba de DT en Reserva y después estuvo en Primera y me concentró contra Olimpo y Banfield a fines de 2007. La verdad que en ese momento sólo entraban 16 a la cancha y yo y otro compañero, que es Judelín Aveska, quedamos 17 y 18. Hoy nos hubiésemos cambiado y sentado al menos en el banco.
-Y más vos que estás identificado con la Lepra. ¿Sos hincha?
-(Risas) Sí, obviamente, soy hincha de la Lepra y como te digo, esa tarde salió todo redondo. Aunque el clásico es Gimnasia, después inventaron el otro clásico contra Godoy Cruz, je.
-Aunque eras chico, recuerdo acá en Independiente Rivadavia había un DT que te puso algunos partidos de carrilero. ¿Te acordás?
-Sí, yo tenía 16 años y Víctor Riggio me hizo debutar en el Argentino A a los 16 años. He jugado de carrilero y también fuimos campeones de Tercera con la Lepra y jugaba de enganche.
-En Chile jugaste en La Calera, Universidad de Chile, Audax Italiano, Palestino y Curicó ¿Con qué club chileno te identificás más?
-Es una pregunta difícil de responder. Me quedo con un poquito de cada club porque en cada lugar que estuve lo viví de manera muy apasionada. Lo siento de esa forma y por eso es difícil quedarme con uno solo.
-¿En qué club creés que tu carrera hizo un click?
-En La Calera. El 2014 fue un año tremendo, hice 24 goles entre Copa Chile y torneo local. Agarraba la pelota, cerraba los ojos, le pegaba y se metía en el ángulo, je. Además, La Calera en ese momento era un club para mantenerse en la división. Eso hizo que la “U” de Chile me contratara.
-¿Dónde creés que te quiere más la gente?
-No sé, es complicado. Te diría que en todos quedó un gran cariño y afecto mutuo. Eso es importante y por eso es difícil de contestar.
-¿Hasta cuándo tenés contrato con Independiente?
-Tengo hasta el 31 de diciembre.
-¿Posibilidades de renovar?
-Vamos a ver ahora, tenemos que ver porque hay una cláusula que según un porcentaje de partidos, resultados y metas Independiente tiene la prioridad de decidir. Se verá a final de año para ver cómo viene todo.
-¿Te gustaría retirarte en el Azul del Parque?
-Sí, la verdad que me gustaría. La gente que me conoce cuánto quiero a la Lepra y estaría bueno que fuese en Primera División, pero tendríamos que analizarlo más adelante. Eso sí, me gustaría volver entero, para ayudar y mejorar lo que se viene haciendo porque considero que en la Lepra se están haciendo las cosas bien. Ojalá que el día de mañana nuestros caminos se vuelvan a juntar.
-¿Tu idea es seguir ligado al fútbol después como DT?
-Estaría bueno. Estoy cursando el segundo año de la carrera de director técnico acá en Buenos Aires. Lo empecé el año pasado en Chile y ahora lo estoy haciendo en el colegio del Club Parque. Me quedaría un año más para poder dirigir Primera División.
Su experiencia en la selección chilena
En octubre de 2020, Leandro Benegas fue convocado por el DT del seleccionado trasandino, Reinaldo Rueda, para la segunda fecha de las Eliminatorias en un partido que enfrentó a la Roja y a Colombia en Santiago. “Juancho”, nacionalizado chileno, integró el banco de suplentes, pero no entró. El partido terminó 2-2 (Vidal y Alexis Sánchez marcaron para Chile), y el dato de color fue que el mendocino utilizó la camiseta número 10. “Fue una experiencia muy linda, un broche de oro para mi carrera en Chile. La verdad que me puso muy contento poder representarlos. No me tocó jugar ni siquiera un minuto, pero el hecho de la citación me puso muy feliz y estoy agradecido porque me tuvieron en cuenta para esa fecha de Eliminatorias contra Colombia”, dice.
Otros mendocinos con los que jugó. “Con el Fantasmita Pereyra, en La Calera. Ahora estoy con Gerónimo Poblete en Independiente. Con Diego Rivarola coincidimos, pero él ya era mánager del club. Con Gero somos muy unidos, nuestras hijas se juntan a jugar. En River estuve con Lucas Gómez y Judelín Aveska, a quien le enseñé a hablar español”.
PING PONG
Sus mejores goles: “Me gustó uno que hice de chilena contra Huachipato en el 2015 jugando para la “U” de Chile. También me tocó hacer uno muy lindo en el clásico contra Colo Colo”.
El gol más importante: “El próximo siempre es el más importante. Estamos trabajando a full para eso y me ha revitalizado mucho este paso por Independiente. Siempre trabajamos para que sea el próximo gol”.
El mejor equipo que integró: “La U de Chile, que salimos campeones en 2017. Hace unos días cumplió aniversario. Había jugadores como Jean Beausejour, David Pizarro, Gonzalo Jara, muchos jugadores de selección”.
Una tristeza: “Al otro año de salir campeón con la ‘U’ tuve la lesión de la rodilla y me perdí gran parte de la Copa Libertadores. Fue un momento bastante duro y difícil de superar”.
Un amigo del fútbol: “Matías Rodríguez, que también es mendocino. También Fabián Monzón, el que jugaba en Boca, y Lucas Aveldaño, con quien compartimos en la ‘U’”.
Un técnico: “Ángel Guillermo Hoyos. Salimos campeones con la “U” de Chile y aprendí mucho. Nicolás Córdoba, un técnico chileno que tuve Palestino y que llegamos a Cuartos de Final. Y hoy con Eduardo Domínguez sigo aprendiendo muchísimo”.