Este Godoy Cruz tiene la madurez de los equipos que al final del camino terminan consiguiendo los objetivos propuestos. Posee la enorme capacidad de adaptarse a las situaciones que el devenir del juego le va imponiendo. Se amolda, cambia, prueba y se anima. Es directo, pragmático y ofensivo a la hora de atacar cuando el partido así lo pide, y también sabe ordenarse tácticamente cuando no tiene la pelota y el rival lo hace retroceder.
Así, con esa fórmula del trabajo como base del crecimiento continuo, mutó en un equipo que estaba para pelear el descenso mirar con cariño la cima del torneo. Le sacó diez puntos a Aldosivi en la lucha por evitar el descenso y se aseguró una fecha más en la zona de clasificación a la Copa Sudamericana. Por si todo lo anterior fuera poco, el miércoles que viene se jugará el pasaje a los cuartos de final de la Copa Argentina ante Belgrano.
Aún con sus señas particulares y su ADN propio, este Tomba hace recordar a esos grandes equipos que supieron marcar hitos en estas casi dos décadas en Primera división. El buen pie de la mayoría de sus intérpretes está respaldado por un funcionamiento colectivo que no deja de sorprender a propios y extraños.
Para muestra, basta un botón. La falta de Ezequiel Bullaude, una de las figuras del equipo y del torneo, pasó desapercibida. Y no porque el equipo no haya necesitado de sus calidad, sino porque la versatilidad de sus componentes han logrado que la suma del todo sea más importante que las partes involucradas.
Godoy Cruz es un equipo serio y trabajado. Tanto, que en el juego de las predicciones de cómo la dupla podría sustituir a Bullaude, encontró su mejor versión cuando la dupla fue a buscar soluciones al banco de suplentes. Porque sin lugar a dudas lo mejor del equipo se vio en ese cuarto de hora del complemento (entre los 15 y los 30′) en el que Orsi-Gómez se la jugaron con cambios ofensivos, para ganar el partido.
Mucho más allá de que el equipo jugaba con un hombre más desde los 18′ del primer tiempo, en ese lapso del segundo tiempo convivieron en cancha cuatro delanteros (Ojeda, Larrosa, Salomón Rodríguez y Ramírez) y dos volantes de contención (Andrada y Vega). Al ataque mis valientes.
El arranque furioso del Tomba, que se puso en ventaja a los dos minutos con un zapatazo rasante y divino de Martín Ojeda que pegó en la base del palo izquierdo y se metió, propició la rápida respuesta de Newell’s. A los 9′, Pablo Pérez la calzó de tijera en la puerta del área grande y la clavó en un ángulo para poner el empate.
A los 18′ se dio otra arista clave para el desarrollo posterior del cotejo. El pibe Balzi dejó la plancha contra el gemelo de Juan Andrada y el árbitro Darío Herrera, a instancias del VAR, le sacó la roja directa.
El Tomba tardó nueve minutos en reaccionar. A los 27′, Negri mandó el centro desde la izquierda, el balón cruzó el área grande y por el otro lado Salomón Rodríguez la tomó de volea el balón se metía en el ángulo pero el arquero Morales la mandó por arriba del travesaño.
Un par de apariciones explosivas de “Tin” Burgoa por izquierda ratificaron que lo mejor de Godoy Cruz se vio cuando Ojeda se tiró unos metros atrás y atacó por el centro del campo, como falso “9″, justamente por donde vino el 1-0.
La clave del complemento estuvo en el ingreso de Matías Ramírez (por Ábrego). Por si fuera poco, un puñado de minutos después, Larrosa completó el cuarteto de ataque con Ojeda, Salomón y Ramírez. Y el Tomba fue una Tromba. Entre los 20′ y los 35′ jugó quince minutos casi perfectos. Llegó con facilidad y generó tres situaciones nítidas para ponerse en ventaja incluso antes del 2 a 1.
La definición con el arco libre de Ramírez para el tanto del triunfo fue el corolario de una tremenda jugada colectiva que tuvo lo más difícil de lograr en el fútbol: precisión en velocidad en los últimos metros. Pudo ser 3-1, pero Enzo Larrosa la empujó en offside.
Mientras sigue disfrutando de un presente colosal, el Tomba se ilusiona con el campeonato.
Lo bueno de Godoy Cruz: la ambición de ganar
Si bien tenía un hombre más, Godoy Cruz lo fue a buscar en todo momento. La dupla hizo cambios ofensivos para ir en busca de los 3 puntos y después, con el triunfo parcial, lo volvieron a cerrar de manera inteligente.
Lo malo de Godoy Cruz: tardó en reaccionar
Después de la expulsión de Balzi, al Tomba le costó algunos minutos acomodarse en el campo de juego para comenzar a usufructuar el hombre de más. En el complemento, con los cambios, se notó la ventaja numérica.