Una vez más, Independiente Rivadavia atraviesa un delicado momento deportivo. Jamás encontró la paz en ese sentido. Lo institucional (deudas) parece estabilizarse de a poco a partir de la llegada del grupo inversor y de las nuevas autoridades encabezadas por el presidente Carlos Castro. El tema es, como desde hace años, el costado futbolístico. Allí está la deuda mayor porque la Lepra juega mal y los resultados están a la vista. Y la responsabilidad es de todos.
Desde la llegada del DT Marcelo Straccia -desconocido por la gran mayoría y de alto perfil en las redes sociales; arribó como condición de quienes manejan el gerenciamiento-, la Lepra solo ganó un partido en la renovada Primera Nacional. Empató otro y el resto de los encuentros oficiales (cuatro) los perdió pese a haber contado con un nutrido plantel y tiempo de sobra como para entrenar, planificar, corregir y volver a planificar durante el largo receso por la pandemia de coronavirus.
Sabido es que “el Nacional” no es un torneo fácil, todo lo contrario. Debe ser uno de los más difíciles del país. Aunque eso no justifica el pésimo andar del primer equipo, un conjunto que exhibe buenas voluntades pero que en realidad no sabe a qué juega. Empuja, sí. Hay actitud. Pero la mano del entrenador no se ha visto hasta acá y en la tabla de posiciones están los irrefutables argumentos.
La línea de defensores aún está en plena construcción. No hubo partido en que no se evidenciaran sus desacoples traducidos en goles para el rival. Erráticas las transiciones en el mediocampo y recurrente la inexistencia en el armado de juego cuando cuenta con la posesión de la pelota. Arriba, tres goles en seis partidos. No mucho más para decir en cuanto a elaboración.
Una buena, tanto para Independiente como para muchos clubes del fútbol argentino (entiéndase Godoy Cruz) es la suspensión de los descensos hasta nuevo aviso. De estar activos los promedios y con los resultados arriba de la mesa, el Azul hubiese vuelto a sufrir con la calculadora.
El flojo andar de la Lepra de Straccia, en números
Con Marcelo Straccia al frente, Independiente disputó seis encuentros. Ganó uno, perdió cuatro y empató en una oportunidad. Es decir, cosechó solo cuatro de los 18 puntos que disputó. Fue goleado dos veces: ante Belgrano en Córdoba y frente a Alvarado en Mar del Plata, ambos por 3-0.
La única alegría hasta el momento se dio en Buenos Aires, ante Nueva Chicago, en una levantada que derivó en el 2-1.
En su estadio, el Bautista Gargantini, no ganó. Igualó ante Brown (PM) y cayó en el clásico frente a San Martín de San Juan.
En cuanto a goles, el Azul solamente marcó en tres ocasiones y le convirtieron en 10, lo que da un balance de -7.
Un punto a destacar, como ocurre permanentemente en el fútbol argentino, es el arbitraje. En el primer encuentro, ante Barracas Central, la Lepra fue desfavorecida desde el inicio con un penal que no existió. Tan cierto es eso como lo fue la débil resistencia del equipo ante las adversidades que se le fueron presentando a lo largo del fixture.
Hasta el momento y a falta de una fecha para el cierre (Mitre SdE) de la etapa en Zona Reválida, el elenco de Straccia está penúltimo solo por encima de Nueva Chicago (2), sin chances de avanzar hacia el ascenso.
¿Quién es Marcelo Straccia?
El adiestrador de Independiente Rivadavia nació en Rosario y tiene 54 años. Llegó al Parque como integrante del grupo inversor que hoy trabaja en la institución Azul. Anteriormente se había desempeñado en Deportivo Merlo, Colegiales de Munro, y Melgar de Perú, entre otros.
Tiene un alto perfil en Twitter, donde es cuestionado por una buena parte de los simpatizantes azules. Permanentemente realiza publicaciones no solo deportivas, sino de situaciones cotidianas ligadas a su vida privada. En esa red social se presta al intercambio de opiniones con periodistas e hinchas y muchas veces el cruce termina en polémica y bloqueo por parte del entrenador.
Sancionados en Independiente Rivadavia
Por haber ido a la playa marplatense tras la derrota 3-0 frente a Alvarado el último fin de semana, un grupo de jugadores fue sancionado a nivel económico y disciplinario por parte de la dirigencia. La decisión puntual aún no se conoce y tampoco se sabe exactamente hasta cuándo se estirará y contra quiénes.
Más allá de que los popes de la Lepra pueden tener motivos para determinar lo que hasta acá es una supuesta inconducta, el foco parece desviarse hacia los futbolistas cuando el tema más preocupante es, sin dudas, la conducción del plantel y su posterior rendimiento dentro del campo de juego.
Ante Mitre de Santiago del Estero y por la última fecha, Independiente Rivadavia tendrá en el Gargantini la chance de ganar para recuperar algo de confianza de cara a lo que viene. Y lo que viene sigue siendo el camino de la reconstrucción.