Creer en la idea de un director técnico. Hacerle caso en su estrategia y salir a la cancha a plasmar lo acordado en la semana. Ese aspecto, que a veces pareciera invisible en el fútbol, es más importante que contratar al mejor delantero de la categoría, o incluso que tener a figuras de renombre y el césped impecable. Un DT que logre química con el plantel. Es eso, sin mucha ciencia.
Aquí en Mendoza tenemos una prueba irrefutable del concepto en cuestión: la que viene demostrando Independiente Rivadavia en la Primera Nacional 2021 que lo encuentra líder en puntos y goles de la mano del adiestrador Gabriel Gómez, después de una etapa deplorable como la que dejó el ex entrenador Marcelo Straccia.
Es sabido que la Lepra modelo 2020 no pegó una. Último en la tabla general, con cuatro puntos sobre 21 disputados en la era Straccia y sin una línea de juego clara. El Azul fue una permanente improvisación que no pasó a mayores por dos buenas cosas: no hubo descensos y se fue el DT rosarino.
La abrupta salida de Straccia (¿los motivos fueron solo futbolísticos?) derivó en una buena decisión dirigencial: el llamado telefónico a Gabriel Gómez, quien ya había dirigido a Independiente y esperaba una segunda chance. El “Comandante” aceptó inmediatamente y desde ese minuto empezó a cambiar la suerte en los pasillos del Bautista Gargantini.
Con un equipo prácticamente similar al que dejó Straccia, Gómez ha logrado hasta el momento ser puntero de la zona B del certamen con 10 unidades -tres triunfos y un empate- y hasta posicionarse como uno de los dos equipos más goleadores, junto a Tigre, ambos con nueve tantos.
Qué cambió en Independiente
La cabeza, así sin más. Gabriel Gómez tuvo que esforzarse para que sus charlas y motivaciones tuvieran el efecto deseado a corto plazo. Y así fue. El envión psicológico a través de la palabra y la mejora en las relaciones interpersonales entre jugadores y cuerpo técnico sirvieron de llave para ingresar en un terreno promisorio.
Ojo, este equipo puede caer ante otro como sucede en cualquier parte del mundo, aunque lo que se ve en cancha hace pensar que ganará más de lo que perderá. Aunque a veces se juegue no muy bien, no se negocia la actitud. Todo un cambio.
Otro punto a destacar es el ordenamiento de las líneas. Aracena regresó al club y, aunque alterna buenas y malas, es el arquero capitán y referente. La zona defensiva interpretada por Godoy, Impini, Ferroni, Rébola y Fabello luce cada vez más aceitada. Si bien aún está en construcción porque la Lepra ha recibido cinco goles en cuatro jornadas, es llamativo el repunte en comparación con el último año.
El mediocampo batalla más que nunca y es un factor que no puede pasarse por alto. La polifuncionalidad de Luciano “Cheche” Sánchez -que va camino a convertirse en ídolo de los hinchas- ayuda para que Navarro, Imperiale, Palacio, Mayorga, Maldonado y compañía entren en esa sintonía, la de la presión constante, la recuperación de pelota y el pase rápido para generar acción con los de mejor pie.
Arriba lo mismo. Cardozo, Quiroga, Berti y Vivanco entran hambrientos de gol. Y eso es clave, que los delanteros la metan para justificar el esfuerzo de las otras líneas.
Una prueba más
El próximo obstáculo de esta renovada Lepra se llama Almagro, en Buenos Aires. El encuentro se desarrollará el domingo 11 desde las 15.30 y podrá verse por TyC Sports Play. El DT Gómez ya sabe que se trata de otra final y que, si quiere subrayar las intenciones de conseguir algo grande, tiene que seguir sumando lejos de casa.