Godoy Cruz Antonio Tomba demostró en los tres partidos que lleva en la Copa de la Liga Profesional que Sebastián Méndez le imprimió un estilo que lo lleva por el buen camino… aunque hay varias cosas a mejorar.
Uno de los temas para revisar es el rendimiento defensivo, ya que en tres fechas recibió cinco goles, pero ajustando algunos tornillos la historia puede ser distinta.
El arquero Juan Espínola se muestra cada día más asentado, pero se le complica cuando el equipo se repliega ya que la zaga central, en especial Gianluca Ferrari, es una máquina de generar infracciones cerca del área o cada vez que sale lejos de la “cueva”, mientras que Leonel González es de los mejorcitos, a pesar del error contra Estudiantes en el Malvinas Argentinas.
En cuanto a los laterales, Elías López parece que llega para solucionarle un problema al Tomba, quien no encuentra un dueño del lateral desde la partida de Luciano Abecasis. El “4” surgido de River mostró ante Rosario Central que tiene marca y proyección.
En el medio el Tomba tiene una de las mejores apariciones de los últimos años: Gonzalo Abrego. Este juvenil demostró tener buen pie y despliegue y ante el “Canalla” le aportó llegada al arco contrario con dos disparos peligrosos.
Junto al pibe de las inferiores está Wilder Cartagena, quien arrancó bien marcado a Emiliano Vecchio, pero después perdió la referencia y el enganche rosarino se transformó en una de las figuras del partido (un gol y una asistencia).
Sin duda el que más provecho le está sacando al 4-2-3-1 de Sebastián Méndez es Renzo Tesuri, el volante que llegó de Ferro es lo mejor del Tomba en estas tres fechas, donde se anotó con goles, asistencias y despliegue por el carril derecho.
La duda está en la delantera, ya que con Tomás Badaloni y Ezequiel Bullaude, el Tomba pierde peso ofensivo. El “9” no tuvo situaciones de gol ante el Canalla y tuvo que pelear demasiado contra los centrales, mientras que el mediapunta demuestra ser un jugador fino, pero todavía le falta rodaje y, sobre todo, velocidad en los metros finales.
Por esa razón es que fue tan promisorio el ingreso de Matías Ramírez, quien le dio velocidad, gambeta y asistencia en los metros finales. Así llegó el segundo gol del Tomba.
Mientras que con Cristina Colman, el entrenador tombino se aseguró un delantero de área fuerte, que no tiene mucho manejo de balón pero con una potencia física que promete ser un problema para los defensores rivales, siempre y cuando tenga quien lo asista.
Material hay, entrenador también… sólo falta que Sebastián Méndez pueda ajustar algunas tuercas para que este carro sigue sumando y empiece a mirar más de cerca a sus rivales en los promedios.
