Independiente Rivadavia venció con mucha claridad, aunque apenas por 1-0, a Independiente de Avellaneda, tras un golazo del delantero colombiano Sebastián Villa, que aprovechó un magistral pase de Ezequiel Ham para sentenciar la suerte de Rodrigo Rey. El gol marcó la única diferencia concreta, pero el Azul fue mucho más que su rival, que se mostró sin ideas e incapaz de rebelarse ante la situación.
La Lepra supo controlar sin mayores inconvenientes a su par de Avellaneda, que no consiguió establecer dominio sobre las acciones del juego. Desde un córner que lanzó al visita, el Azul encontró la apertura del marcador en una acción que involucró un saque de Centurión y un exquisito pase de tres dedos de Ham para la corrida de Villa, quien definió ante el achique de Rey.
Pese a la ventaja, a la Lepra también le costó establecer las condiciones del duelo. En la zona media chocaron más de lo que pensaron y faltó claridad. El único que consiguió mostrar algunos chispazos fue el propio Ham, que intentó moverse como eje de circulación del equipo mendocino.
Antes del final de la etapa, un centro de Abecasis pudo ser el segundo, pero Ostchega no consiguió darle fuerza al toque de balón, y un gol de Romero que fue anulado por offside del delantero paraguayo. Esta acción expuso aún más a la última línea visitante, que ofreció espacios por doquier.
Así, el descanso se anunció como urgente para intentar dar claridad a los equipos. Claro, el más necesitado fue el Rojo, que consiguió anotar en su primer tiro al arco, pero fue bien anulado por offside de Canelo.
El complemento, más allá de algunos intentos de Villa sobre la derecha, no tuvo grandes emociones en el arranque. La Lepra controló sin inconvenientes a un rival que empezó a mover el banco pero no obtuvo resultados.
El partido siguió sin grandes modificaciones y el duelo se debatió en la zona media, donde los equipos lucharon más de lo que jugaron. .
Y de cara a la recta final del encuentro, tras la roja a Sporle por un patadón a Franco Romero, Asenjo se perdió lo que era el 2-0 para la Lepra. Sin embargo, el duelo estaba resuelto desde la definición del delantero cafetero. Independiente de Avellaneda fue incapaz de torcer su propio destino y jugó un papel paupérrimo en la agradable tarde mendocina.
Los minutos finales encontrar a Independiente Rivadavia parado de contragolpe, aunque sin poder dar el golpe de gracia. El 1-0 final fue festejado por varios motivos: tercer juego con la valla invicta; el Azul quedó a un punto de la cima, con un partido más; y Riestra ahora empieza a sentir la presión de ganar para no caer en zona de descenso.