La muerte del Morro García dejó mucha tristeza y el pesar por la partida del ídolo continúa en el aire, en cada uno de los hinchas que verán mañana debutar a su equipo sin el gran capitán acechando el área rival.
Pese a esto, ahí estará la parcialidad bodeguera con mensajes y un claro destinatario; mientras el equipo lo homenajeará en el campo de juego, allí donde el Morro gritó 51 goles con la camiseta tombina. Ni hablar en la segunda fecha, cuando el sábado 20, Godoy Cruz sea local en el Malvinas.
Entre ellos –en ese deseo de estar acompañando- aparece José Giménez, un joven con discapacidad motriz de 21 años, que en varias ocasiones supo disfrutar momentos con el equipo, y muchos más valiosos y significativos con el Morro. E incluso, durante la pandemia, rabió, sufrió y vibró desde casa, en el barrio Jesús Nazareno de Guaymallén, frente a su televisor. Ese plasma donde vio a Godoy Cruz en la última temporada a la espera de que el delantero uruguayo haga su entrada para seguir gritando sus goles.
De allí que José, se quedará con aquel puñado de recuerdos propios e imborrables. Como el día en que fue sorprendido por su familia para ir a Perú a ver al Tomba, por Copa Libertadores en marzo de 2019, frente a Sporting Cristal, donde ganó 2-0. En cuyo viaje, colmó su corazón con un sueño bodeguero en el cual también formó parte ese moreno con la número 18 en la espalda. Además de esto sumó otra experiencia imborrable: fue su primer viaje en avión
“Mi papá me hizo hincha del Tomba y voy a la cancha desde los 7 años. Hasta el día de hoy siento un amor muy grande por Godoy Cruz y se los transmitiría a mis hijos el día de mañana”, confió el chico que apenas se enteró del fallecimiento de Santiago, no dudó en colgar en su cuenta de twitter otro de sus momentos compartidos.
“La noticia del fallecimiento del Morro, como a todos, me puso muy mal. Lloré por él, porque lo conocí de cerca. Estuve con él dos veces, estando en Perú para un partido de Copa Libertadores, cuando me llevaron en un viaje sorpresa como premio por mi esfuerzo por terminar bien el secundario. Y después en un entrenamiento que me permitieron entrar. El me dio una camiseta, fue un regalo que me hizo y que todavía la tengo. Con ella lo recordaré siempre”, contó el joven.
Para José, su realidad tampoco es fácil, pero en este diálogo mostró gran fortaleza. Y aconsejó a personas con discapacidad o con otra seria enfermedad que “siempre tienen que salir adelante, nunca bajar los brazos. Que es difícil vivir con una enfermedad o una discapacidad como es mi caso. Siempre se sale con el apoyo de la familia y amigos. Cuesta, pero se puede siendo constante en todo”.
Desde su lugar como hincha del Tomba, también dio su opinión sobre la consecuencia, en relación al rendimiento exigido en el equipo.
La situación del Morro con el club era un tema que venía desde un largo tiempo y “como hincha me puso triste, porque un jugador de esas características y con un problema como el que él tenía jamás se lo debió abandonar ni dejando de lado, o mandarlo a correr por el paso como el señor presidente dijo. No me quiero meter con la dirigencia, pero se lo debió cuidarlo un poco más”, afirmó.
Y finalmente agregó: “Mansur fue injusto con el Morro a la hora de sacarlo del equipo, porque era un buen jugador…”, expresó, José con un claro nudo en su garganta.