Bárbara Pichot vienen trabajando con el rugby femenino desde hace cuatro años para impulsar la rama a nivel nacional. Pero desde hace más de 8 meses, desde que ganó el cargo como Coordinadora en el Sudamérica Rugby, amplió fronteras y busca que este deporte crezca y se desarrolle para alcanzar a los grandes equipos de esta rama.
De cara a los Juegos Olímpicos de Tokio, y con la posibilidad de que el seleccionado argentino logre la clasificación en el repechaje que se realizará en Mónaco, en el seven, 19 y 20 de junio, Pichot hace un balance de la realidad actual del rugby nacional y también de sus desafíos con el resto de la región, la cual incluye no sólo a la Argentina sino también Brasil, Paraguay, Chile, Colombia, Perú y Uruguay.
“Para clasificar a Tokio, creo que tenemos una buena oportunidad. Argentina hace un año y medio cambio su staff de entrenadores con, 6 personas a cargo bajo el ala de Santiago Mescora y del “Negro” Grabano, que saben un montón de Seven. El domingo se van a Tucumán para concentrar, pensando en el repechaje. Esta es la segunda concentración, de otras que habrán antes de que se vayan a Mónaco”, confió la coordinadora sudamericana.
-¿Y de clasificar, cómo ves a la Argentina?
-Nos falta pero vamos en camino, es decir, estamos en un proceso de llegar al alto rendimiento y a tener un equipo que sea competitivo como Brasil. Pero apuntamos a 4 años para tener un buen equipo ya formado. Pero para Tokio, si clasificamos, será muy difícil.
La pandemia, así como dificultó el normal desarrollo de torneos a nivel nacional desde hace más de un año, a nivel selección también lo hizo. Desde lo competitivo no se ha tenido actividad, “el único que se tiene en agenda será el de fin de año en Uruguay, el torneo Valentín Martínez (clasificatorio al Challenge y éste al Circuito Mundial). Y en juveniles se espera hacer un Sudamericano. Todo depende de si esta pandemia nos deja. Lo cierto es que hay mucho interés de la región de que jueguen las mujeres. La verdad que los pedidos de los presidentes para que se incluya la competencia femenina ha crecido muchísimo. Así que estoy súper contenta con eso”, dijo Pichot.
A nivel sudamericano, el rugby se va abriendo camino y, “por ejemplo, en Chile ahora se está empezando a abrir academias para que las chicas puedan acceder a un entrenamiento un poco más de alto rendimiento. Y como éste, cada país está empezando a darle su lugar al rugby femenino. Tenemos que pensar siempre que arrancó hace poco y va a llevar su tiempo. Pero mi trabajo, justamente, es dar una mano para que esto se motive con competencia y poder acceder así a un Olímpico o Circuito Mundial cómo lo hizo Brasil. Actualmente estamos con el Seven, pero esperamos a que el día mañana sea rugby de 15, y sobre todo -que es mi objetivo- lograr que muchas chiquilinas empiecen a jugar con los varones para que adquieran los conocimientos de base, para que el día de mañana podamos tener jugadoras de mejor nivel competitivo. Sabiendo que significa un gran cambio cultural”, sostuvo.
-¿Todavía hay barreras y prejuicios?
-Uno de los desafío es que el femenino esté en los clubes de elite., pero es un tema cultural y de género, son las dos cosas. Porque la cultura del rugby fuerte está en los clubes elitistas y en esas instituciones, son las madres mismas quienes no se imaginan a sus hijas jugando al rugby, la opción es para el hijo y las niñas deben optar por otro deporte. Es difícil cambiar este paradigma, pero queremos cambiarlo porque consideramos que el rugby no sólo es un deporte, sino que es fuente de valores y es inclusivo total de la clase media baja. De hecho donde mayor cantidad hay de “rugbiers” mujeres son en los clubes no elitistas.
La dirigente de 50 años, amplió el horizonte. Su lucha como reconocida líder en el rugby femenino ya no está dentro del ámbito de la UAR. Sin embargo, su objetivo es el mismo: “Sigo en contacto con el rugby permanentemente. Tuve que hacer un curso de mujeres líderes en el deporte y me eligieron desde la World Rugby para representar al rugby junto a otras mujeres de Europa. Estuvimos con otras líderes de otros deportes del mundo y lo que yo adquirí en ese curso hoy lo quiero transmitir a las mujeres de la región, a ayudar a futuras líderes de Sudamérica que ojalá sean cada vez más, accediendo a cargos y a lugares importantes para seguir fomentando este deporte. Porque hay muchas mujeres con ganas de trabajar, que se esfuerzan por el rugby y que son tan capaces como un hombre”, concluyó.