El éxito de Pep Guardiola como entrenador es probado y extendido en los tres países que pasó como entrenador. En la etapa de Manchester City, que comenzó en 2016, ganó ocho títulos nacionales pero la Premier League es la gran bestia negra del catalán.
Durante su ciclo en Inglaterra, Pep no logró pasar a semifinales en ningunos de los certámenes que disputó y le quedará la deuda pendiente para la próxima temporada. Ni siquiera pudo aprovechar el actual formato abreviado.
En la campaña 2016/17, la primera de Guardiola en el City, pasó segundo en el Grupo C y en octavos de final cayó ante Mónaco por gol de visitante, en una serie impresionante que terminó 6-6 en el resultado global.
Al año siguiente la situación mejoró: clasificó invicto en el Grupo F, eliminó sin problemas a Basilea en octavos de final pero en la siguiente instancia chocaron ante Liverpool, la máquina de Jürgen Klopp. Los Reds desplegaron todo su potencial y se impusieron con un contundente 5-1 global.
En la 2018/19 el camino fue muy similar para Pep y los suyos. El Grupo F fue trámite y el camino siguió a paso firme con un desfile frente a Schalke 04, al que le propinó un 7-0 en la vuelta. Pero otra vez pegó el karma de los goles de visitante, esta vez contra el Tottenham de Mauricio Pochettino. Fue un global de 4-4 y despedida en cuartos de final.
Hoy el verdugo de Guardiola fue Lyon, en un escenario de favoritismo previo y un cuadro que le permitía soñar en grande. El 3-1 en Portugal acabó las esperanzas.