La casa está en orden (y ahora que se venga Australia)

La albiceleste ganó, gustó y terminó primera en el Grupo C con el deseo de ir por más. Ordenó lo que hasta hace unos días estaba en discusión. Gran producción colectiva y el ánimo bien arriba.

La casa está en orden (y ahora que se venga Australia)
Lionel Messi, el capitán de la Selección Argentina que sueña con ir por más en el Mundial. / EFE

Sí, la casa está en orden. Después del traspié inicial ante Arabia Saudita, que había instalado todo tipo de dudas, la Selección Argentina confirmó lo hecho ante México y derrotó a Polonia sin dejar lugar a la más mínima crítica. Solo aplausos para una albiceleste que aplastó a su rival de turno y que, por esas cosas que tiene el fútbol, no lo terminó goleando. Consecuencia: clasificación a octavos de final del Mundial Qatar 2022 como primera del Grupo C.

La primera mitad fue un verdadero monólogo de Argentina, que pasó por encima a una Polonia muy mezquina con decisión, fuerza y fútbol, mucho fútbol. El elenco europeo solo jugó a empatar, a que la albiceleste no haga un gol. Y lo consiguió en la primera mitad, ya que el bueno de Szczesny le atajó a Leo Messi un tiro penal y rápidamente se convirtió en la figura de la noche qatarí.

El cordobés Julián Álvarez y Alexis Mac Allister, los goleadores de Argentina en la victoria frente a Polonia cerrando la fase de grupos del Mundial de Qatar. (AP)
El cordobés Julián Álvarez y Alexis Mac Allister, los goleadores de Argentina en la victoria frente a Polonia cerrando la fase de grupos del Mundial de Qatar. (AP)

De todos modos, Argentina siempre fue muy superior a su rival, en los primeros 45 y luego más. Intentó por izquierda y derecha, por el centro, por arriba, por abajo. El catenaccio polaco se hizo sentir 47 minutos, pero afortunadamente tuvo punto final.

El arranque del segundo período no pudo ser mejor. La habilitación de Di María a Molina por derecha desembocó en el centro del lateral del Atlético de Madrid, que cayó en los pies de un Mac Allister astuto y atento, quien mordido y todo definió cruzado y desató el delirio argentino para el 1-0.

Dominio total y absoluto de la albiceleste, que volvió a ser aquella Scaloneta que supo enamorar en Copa América. Siguió controlando el juego a placer, esperando el momento exacto para volver a lastimar. Y así fue. Julián Álvarez capitalizó una gran jugada de Enzo Fernández -una de las figuras- y anotó un golazo para el 2-0 tranquilizador.

El resto fue manejar la pelota y buscar algo más mientras el tiempo pasaba. Da la sensación de que el resultado fue corto porque perfectamente el partido debiera haber terminado en goleada categórica. Polonia no inquietó a Emiliano Martínez ni una vez en todo el partido, una foto de lo que fue la agridulce noche polaca, que se metió a octavos por la ventana.

Si hacemos un ping pong de las oportunidades para unos y otros, Argentina ganó 16-1.

Abajo, Otamendi una fiera. En el medio, De Paul y su constante despliegue. Y arriba lo mejor: gran partido de Álvarez, Di María y Messi, quien desperdició un penal aunque completó un muy buen encuentro.

Las líneas funcionaron, todas y cada una de ellas. Si bien está claro que Polonia fue una sombra de lo que supo ser en las eliminatorias europeas, los de Lionel Scaloni fueron inteligentes a la hora de desactivar los pelotazos a Robert Lewandowski y cada pelota quieta que buscó su cabeza. Sin éxito, para fortuna nuestra.

La dinámica de mitad de cancha hacia adelante anduvo a la perfección. Desplazamientos rápidos de pelota y paciencia a prueba de balas fueron los factores fundamentales para conseguir el objetivo mayor.

Triunfo que revitaliza, inyecta confianza y vuelve todo a la normalidad. Argentina desplegó su mejor repertorio y ahora puede decir que la casa está en orden. Y que se venga Australia.

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