La deportista Rachael Gunn, también conocida como Raygun, fue el foco de los juegos olímpicos tras su presentación en la disciplina de breakdance, donde no acumuló ni un solo punto. Ahora, tiktokers publicaron videos de cómo se coló a los juegos olímpicos en acusaciones severas de trampa y nepotismo.
El breakdance tuvo un triste debut y despedida como deporte olímpico en París 2024, después de que Rachael Gunn (36) dejara mucho que desear en su participación. La participante no ganó ni un solo punto en sus tres oportunidades en París 2024, quedando eliminada en la fase de grupos.
Apenas unos días después de que se apagara la llama olímpica, empiezan a surgir nuevas acusaciones contra la b-girl. En un video viral de TikTok, un usuario lanzó graves acusaciones contra Gunn. Smith se refiere a una petición en Change.org, en la que se exige a las autoridades deportivas que sancionen a la b-girl y a la jefa de misión australiana en París 2024, Anna Meares.
De acuerdo a la petición, Gunn habría creado su propio organismo rector del breakdance en Australia y, a través de él, habría manipulado el proceso de selección para París 2024. El documento acusa a Raygun de crear su propio torneo de clasificación y negarle fondos a otros competidores.
El documento revela además que Samuel Free, marido de Gunn, era el entrenador del equipo australiano de breakdance. Por su parte, otra usuaria de TikTok acusó a la Federación Mundial de DanceSport (WDSF) de marginar a muchos de los practicantes de este deporte.
En su vídeo, Whitney afirma que la WDSF creó su propio órgano de gobierno para supervisar el proceso de clasificación justo antes de París 2024. En ese marco, los competidores tenían que estar afiliados a la WDSF para clasificarse, pero la mayoría no podía pagar las cuotas.
Además, sospechan que la WDSF sostuvo una sola competencia clasificatoria en Australia, lo que restringió el acceso de los competidores y favoreció así la clasificación de Gunn para el torneo olímpico. Aunque el breakdance no volverá como disciplina olímpica, la creciente polémica deja claro que competidores y autoridades tienen mucho que arreglar si quieren que el Comité Olímpico Internacional (COI) lo reintegre en el programa olímpico.
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