Las historias del fútbol nunca dejan de sorprender y la final de la Champions League regaló una imperdible.
El francés Kingsley Coman, autor del gol que le dio la sexta “orejona” al Bayern Munich, surgió (nada menos) de las divisiones inferiores del Paris Saint Germain, pero lo dejaron libre en el 2014, luego de haber jugado sólo 4 partidos.
La Juventus de Italia se hizo de sus servicios, pero después de un año con altibajos y sin poder afianzarse en el equipo, ya que sólo jugó 22 partidos y convirtió un gol, pasó a préstamo al Bayern Munich.
Después de dos años de buenos rendimientos los alemanes hicieron uso de la opción de compra y se lo dejaron a cambio de 21 millones de euros.
Hoy Coman pasó a ser el héroe del gigante alemán que sigue haciendo crecer su historia, ya que se metió en el podio de los más ganadores de la Champions League.