Pasaron 36 años para que un argentino representará al país en tiro con arco. En Seúl 1988 fueron Ángel Bello y Claudio Pafundi y ahora, en París 2024, Damián Jajarabilla, hace historia.
El joven marplatense de 25 años, amante del mundo medieval y de los cuentos de fantasía “probó” la disciplina y se enamoró. Hoy, once años después de haber lanzado una flecha por primera vez, debutó en sus primeros Juegos Olímpicos.
De pequeño y en los inicios de su adolescencia, Jajarabilla se metió en las historias fantásticas que describían distintos mundos medievales, donde el arco y las flechas eran elementos fundamentales para los protagonistas. Eso lo llevó a querer probar el deporte por sí mismo, y se enamoró a primera vista.
Durante su juventud practicó vóley, fútbol, natación, gimnasia artística, básquet, kayak y hasta handball. Pero lo que más lo cautivó de la arquería es la dificultad que conlleva ser eficaz. En el 2013 se anotó en el Tiro Federal de Mar del Plata y a los 14 años ya representaba a la Argentina.
El arquero argentino se adentró tanto que hoy en día aprovecha sus momentos libres para leer y estudiar sobre el deporte, porque con la técnica no basta. De hecho, mientras más alto es el nivel de competencia, menor es el entrenamiento en campo y mayor es el trabajo físico y psicológico.
Si bien hay antecedentes en el deporte, Jajarabilla es la principal figura del tiro con arco argentino, pero asumir esa responsabilidad no fue sencillo para él. En primer lugar, debió superar la timidez, algo que caracteriza su personalidad. Pero, por otro lado, tuvo que dejar atrás obstáculos que lo hicieron hasta pensar en retirarse.
Las dificultades que vivió Damián Jajarabilla para seguir compitiendo
El primer obstáculo que debió superar fue lo caro que es la disciplina. Un arco competitivo ronda los 5 mil dólares, mientras que las flechas -que se deben renovar dos veces al año- valen 800 dólares por docena.
Más allá de las becas que pueda otorgar el ENARD y la Subsecretaría de Deportes, los deportistas deben contar con un sustento económico propio para adquirir las piezas. Además, el hecho de no contar con un entrenador personal lo hizo realizar un proceso muy largo y solitario que tuvo frutos con su boleto olímpico.
Estas situaciones lo llevaron a plantearse seriamente su retiro; hasta le escribió una carta de renuncia a la Federación Argentina. Tras una charla con Laura Fontana, la directora técnica y una persona muy importante para su carrera, revirtió su decisión y continuó tirando.
Tras su decisión de seguir compitiendo, llegó lo más lindo para el debutante argentino en París: finalizó tercero en el Preolímpico Panamericano de Medellín y consiguió una plaza para los Juegos Olímpicos.
Desde la previa se supo que Jajarabilla tiene como objetivo superar la fase de clasificación, entrar entre los primeros 32, y luego meterse en los cuartos de final para obtener el diploma olímpico. Más allá de que lo cumpla o no, su participación escribirá una de las páginas doradas del tiro con arco argentino.