“Hagamos un Boca para todos, sin grietas y sin diferencias”, es el slogan distingue a la Agrupación Familia Xeneize y el mensaje que pregona Jorge Reale. Es mendocino, pero desde hacer dos décadas vive en Buenos Aires. Tiene 51 años, es empresario publicitario (de la agencia Reale Dalla Torre) y en abril de este año lanzó formalmente su candidatura a presidente del Club Atlético Boca Juniors.
De familia oriunda de Dorrego, Guaymallén, Jorge Reale arribó este fin de semana a Mendoza para disfrutar de la histórica doble jornada de Boca jugando por los puntos en la provincia, pero también para compartir con sus seres queridos y continuar con su campaña electoral.
-¿Cuánto hace que viene trabajando para ser presidente de Boca y cómo surgió esta posibilidad?
-Surgió porque se lo prometí a mi abuelo, Roberto Reale, quien fue vicepresidente de Boca de Bermejo cuando salió campeón de la Liga Mendocina en 1957. Si bien yo tenía un tío, Nando, que me quería hacer de Independiente Rivadavia, mi abuelo y mi papá me llevaban a la cancha a ver a Boca de Bermejo. Me preparé toda la vida para esto y llegó el momento en el que mis hijos están grandes, que pude construir cierta estabilidad desde lo económico para poder dedicarle el tiempo aBoca pase lo que pase. Si me toca ser presidente voy a estar las 24 horas en el club, le voy a dedicar el resto de mi vida a Boca.
-Los hinchas de Boca se encontraron con un cartel publicitario con su imagen a la salida del aeropuerto, ¿qué repercusiones tuvo?
-El mendocino me llama contento y se siente identificado. Una cosa que yo digo siempre a cada provincia a la que voy es que sería muy lindo que Boca se pueda dar la oportunidad de tener un presidente del interior del país porque eso demostraría el crecimiento que tuvo Boca en todo el país. Ese club que se hizo por gente del barrio, por aquellos inmigrantes que llegaron a La Boca y se quedaron para crear este club tan grande, yo creo que estarían felices de ver que alguien del interior puede ser presidente.
-Está claro que no será para nada fácil, ¿no?
-Sé que no es fácil, pero voy a trabajar sin descanso para que así sea. Y fundamentalmente para darle esa alegría a todos esos socios que nos hacen ser el club más grande de la Argentina. A ellos les digo que de alguna manera estamos todos cerca del club, por eso me gusta mucho que el próximo miércoles también venga a jugar Boca por la Copa Argentina, que es una competencia que me gusta mucho porque recorre todo el país y es muy lindo porque le da la chance a los hinchas de poder a ver a Boca.
-Cuando digo que no es fácil, me refiero a tener enfrente a un contrincante como Riquelme, el máximo ídolo de la historia del club. ¿Cuál es su propuesta para seducir al hincha de Boca?
-Trabajamos hablándole al socio, estamos trabajando un proyecto que sea superador a cualquiera. No hablándole de los demás ni criticando, sino pensando en el futuro. La idea es trabajar para hacer que el club más grande del país se sostenga entre los diez mejores del mundo.
-¿Cómo califica la actual gestión de Ameal-Riquelme?
-Creo que hay cosas que están bien y otras que están mal. Me parece que se están tomando algunas decisiones que a la larga van a perjudicar al club. Por ejemplo, algunos libros de pases que no estuvieron bien. Entonces me parece que la mirada es muy chica y los veo a ellos muy cerrados en su idea. Yo quiero trabajar por un Boca unido, mucho más abierto, moderno y por sobre todas las cosas, ganador.
-¿Habría un Consejo de Fútbol en tu gestión?
-No, en mi gestión habría un mánager sin ninguna duda.
-¿Quién sería?
-Hay muchos nombres que me gustan, pero no es atinado decirlo ahora.
-¿Pero son nombres identificados con la historia de Boca?
-En el puesto de mánager como en el de técnico me gustaría trabajar con gente que conozca el ADN de Boca. El día a día en la interna de nuestro club es muy difícil, entonces tiene que ser alguien que haya pasado por el club y lo conozca bien. Siempre pongo el ejemplo de Gustavo Alfaro, que me parece un gran técnico y un hombre muy serio, pero se tuvo que ir porque el día a día de Boca es difícil. Entonces, tiene que ser alguien que lo haya transitado y sepa manejarse.
-Un tema muy polémico en Boca es la ampliación de la Bombonera. ¿Cuál sería su propuesta?
-Tenemos un estadio mítico con capacidad para 55 mil personas y 308 mil socios que merecen ir a la cancha. Entonces, no hay que tener miedo en pensar en un estadio nuevo.
-¿Qué haría con la Bombonera?
-Juntar a toda la oposición porque es una decisión que trasciende a cualquier gestión. Hay que hacer un proyecto pensando en muchos años, en cómo construir en La Boca una Bombonera nueva con mayor capacidad, pero teniendo en cuenta los accesos y haciéndolo de manera conjunta con el Gobierno de la Ciudad. Hacer crecer toda la zona desde la infraestructura y lo social es clave. La Boca nos dio todo y nosotros se lo debemos.
-¿Has tenido la posibilidad de charlar con Riquelme?
-Cuando decidí presentar mi candidatura hace seis meses llamé absolutamente a todos los referentes del club para decirles que iba a hacer política siempre dentro del marco del respeto, que es mi forma de ser y de construir buscando la unión de Boca. Y aunque no lo hice directamente con él, sino a través de uno de sus mejores amigos, le avisé que estaba a su disposición. También lo hice con el presidente Jorge Ameal.
-¿Se tomaría un café con él?
-Siempre estoy a disposición, y estoy seguro de que en algún momento se dará ese café. Pero tampoco tengo dudas de que en términos electorales vamos a ser adversarios. Soy un outsider de la política y voy a romper la grieta que tanto daño le hace al club.
-Si los resultados del equipo no son los mejores, seguramente se abrirá el abanico para nuevas propuestas electorales. ¿Cómo se lidia entre el sentimiento y la razón?
-Quiero ser ese candidato a presidente que compita contra una gestión actual que haya ganado todo. Ojalá Boca gane la Copa Libertadores, yo me voy a presentar igual. Porque si logramos eso, vamos a dar un salto de calidad en la política del club, que es discutir cómo ser mejores de lo que ya somos. Porque Boca ya es una institución muy importante. Y te voy a ir un poco más atrás. Cuando recién mencioné a aquellos inmigrantes que llegaron desde afuera para construir este club… Alberto J. Armando decía que “Boca era el sueño americano”. Claro, si somos aquellos trabajadores que salieron, que eran obreros de la construcción, que vinieron a hacer su vida a la Argentina, a construir y a soñar, y en algún momento nos encontramos siendo campeones del mundo. Entonces, no somos el sueño americano, somos el sueño cumplido. Por eso, hay tantos antiBoca.
-¿Quiénes lo acompañan en su proyecto?
-En este viaje y en esta gestión me acompaña Diego Lajst, que es presidente de la Agrupación “Boca La Causa”. Con Diego tenemos una relación extraordinaria. Más allá de la trayectoria que tiene “Boca La Causa”, que es una de las agrupaciones más antiguas y de las que mejor trabajan, Diego es una de las personas que más conoce el club. Nació y se crió en Boca, conoce cada detale, sabe un montón y es de quien aprendo mucho.