Hace dos años, el futbolista rivadaviense Jorge García recibió un difícil diagnóstico y un duro pronóstico: leucemia y una semana de vida. Sin embargo, con mucha fuerza de voluntad, el apoyo de los especialistas y de sus seres queridos, logró el milagro. Y hace tan solo unas semanas, volvió al lugar donde es feliz: los campos de juego.
Con un diagnóstico sombrío por delante, y con el marcador en contra, Chapy hizo lo que sabe: dejar todo y pensar en positivo. Hoy disfruta de su vuelta a la vida y al fútbol en el Torneo Regional Federal, defendiendo la camiseta de La Libertad.
- Retrocedamos un poco en el tiempo para explicar bien esta historia; llevanos hasta lo primero que te acuerdes de lo que te sucedió…
- Esto empezó en julio, hace dos años atrás. Estaba entrenando en Guaymallén. Un día martes empiezo con dolor de cabeza y decaimiento. En su momento pensé en COVID. El día sábado ya estaba bastante complicado; muy mal. Decido hacer un hemograma, que es importantísimo en el fútbol hacerlo y saltó que tenía leucemia. Fue como un baldazo de agua fría. Son enfermedades que se despiertan, que son hereditarias y genéticas. Ahí empezó toda una odisea de lucha y de vivir el día a día. Ingresé al Hospital Italiano con el 81% del cuerpo enfermo. En ese momento, los médicos me decían que ‘del martes no pasaba”, o sea, una semana. Pasé por un montón de cosas bastante feas. Por ejemplo, al día siguiente fue un cura para confesarme. Estuve a punto de no contarla.
A la semana siguiente llegó la medicación y desde ahí empecé con esquemas de quimioterapia. Estuve todo un año tratando de limpiarme y se logró en abril. Ahí tuve que viajar para el trasplante de médula ósea. Tuve la gran suerte de poder ser compatible con mi hermano. Así que él fue el donante, que esa es otra cosa también que recalco: donar médula es fundamental y salva vidas. Estuve cuatro meses internado en el Hospital Universitario de Córdoba y logré salir.
“Una patología oncológica suena igual a la muerte, pero cuando empezás a hondear, hay un millón de posibilidades y puertas para dar esperanza”.
Jorge García
- Teniendo en cuenta el diagnóstico, ¿de dónde sacaste fuerzas para afrontar esa situación?
- En un principio es un baldazo de agua fría. Es ahí donde uno tiene que pensar en frío y decir: “bueno, a ver, ¿qué pasa a partir de ahora?”. Lo que me sirvió fue tener fé en Dios y obviamente pensar en positivo y vivir el día a día para poder sacar esa ansiedad de encima. De eso me aferré, y obviamente que hay un componente muy grande que es la familia y los amigos. Yo he sido un privilegiado en ese sentido por la familia y la calidad de amigos que tengo; son familia prácticamente.
- Entendiendo que no hay punto de comparación, vos sos futbolista y por ahí están acostumbrados a tener que hacer el click rápido, ¿pudiste sacar algo de todo ese aprendizaje?
- Yo siempre digo que el fútbol es una copia de la realidad;es lo que practiqué toda mi vida. Del deporte en sí uno puede sacar pedacitos de situaciones para la vida. Fue un partido muy difícil. Como siempre lo decía: cuchillito entre los dientes, a ponerle el pecho y, como me pasó en varias ocasiones en partidos muy complicados, a luchar hasta el último segundo. La verdad que saqué prácticamente un 100% de lo que pude tomar de experiencia del futbol. El futbol fue un componente muy importante para mi recuperación.
- ¿Cómo se portaron tus excompañeros y los clubes a dónde jugaste?
-Nunca esperé el apoyo en esa magnitud, fue un montón. Estoy agradecido con mucha de gente. No me esperaba ese apoyo; en ese momento hace mucha falta. Saber que tenés toda esa gente detrás tuyo te da mucha fuerza para afrontarlo.
- ¿Te acordás cuándo fue que te dijeron que existía una gran posibilidad de no volver a jugar al fútbol?
- Cuando apenas ingresé al hospital, que no me daban mucho tiempo más. Después me lo repitieron, porque la quimio debilita mucho la parte ósea y es muy cardiotóxica. También puede generar muchas complicaciones respiratorias. Entonces, como que el fútbol en ese momento pasó a un segundo plano y uno piensa obviamente en recuperarse.
-Y la parte buena, ¿cuándo te contaron o te diste cuenta de que ibas a volver a jugar al fútbol?
-A mí me dan el alta en Córdoba, pero tenía que esperar aproximadamente un año para poder estar expuesto al sol, Hace 3 meses atrás probamos, porque me dejaron tener más vida libre. Me expuse al sol y anduvo todo bien. Esa fue la última complicación que tuve que superar, ya que la parte pulmonar, cardiológica y ósea estaba bien. De ahí en más estoy siempre con protector solar para cuidarme. Eso lo voy a tener que hacer de por vida, pero es algo que todos deberíamos hacer.
- ¿Qué sentiste cuando volviste a ponerte los botines y pisaste la cancha?
- Me dijeron: “vas a renacer, es una segunda oportunidad”. Pero la verdad que era tal el nerviosismo que tenía que parecía como que nunca había jugado al fútbol. Las emociones fueron muy fuertes porque después de todo lo que me pasó, poder volver a sentir fue tremendo. Cuando me puse los botines en el primer entrenamiento sentí el temor de cómo mi cuerpo iba a responder. Después, cuando terminé el entrenamiento, estiré, sentí el olor al césped y al vestuario...Fue emocionante.
- ¿Cómo te sentís actualmente?
- Físicamente, para lo que yo creía, estoy muy bien, aunque me falta. En cuanto al equipo, todo excelente. Hay un plantel muy lindo, muy hermoso. Estoy agradecido con La Libertad que me abrió las puertas. Es como si fuese una cajita de sorpresas, con todo lo que pasé. Creo que he logrado las expectativas, de ir superando y aportando mi parte para el plantel.
- ¿Te ponés alguna meta, algún deseo o que vaya fluyendo todo solo?
- La esperanza y la fe están intactas. Hoy en día siento que puedo hacer una vida normal. Hay una frase de un técnico que se me quedó grabada: “El hombre que deja de soñar, muere”. Y la verdad que tengo muchas ganas de vivir, muchos objetivos por delante. Tengo dos hijos chicos, y siento que tengo toda una vida por delante así que a disfrutarla sin hacerle mal a nadie.
- ¿A quiénes creés que tenés que agradecer todo lo atravesado y vivido en este tiempo?
-Quiero agradecer, ya que tengo este espacio, a toda la gente. Hoy en día siempre me pregunto: “¿Cómo les puedo devolver tanto amor, cariño y apoyo que tuve?” Quiero que sepan que no me olvido de ninguna persona que me ayudó, que me apoyó y realmente los llevo en mi corazón.
Su carrera:
Jorge García nació en Rivadavia, y tiene 33 años. Realizó inferiores en Racing Club y River Plate. Luego pasó a Sportivo Belgrano de San Francisco. En Mendoza jugó en Rivadavia, Godoy Cruz, Andes Talleres, La Libertad, San Carlos, Atlético Club San Martín, Montecaseros, Huracán Las Heras y Guaymallén.