Independiente y River Plate igualaron sin goles en el estadio Libertadores de América, en un entretenido partido, donde sobraron roces y faltaron escasas situaciones sobre los arcos. El Rojo jugó más de la mitad del encuentro con un hombre menos por la expulsión de Santiago López y mostró temperamento para resistir los embates del conjunto visitante.
No había pasado demasiado cuando López fue con todo sobre la humanidad del chileno Paulo Díaz, que se había arrojado al piso para rechazar el balón. El pisotón del juvenil local no dejó dudas en Falcón Pérez. Expulsión y llanto del volante, de apenas 18 años.
Con un hombre más en cancha, Gallardo modificó el esquema y mandó a la cancha a Colidio, en reemplazo de Kranevitter. Fue un cambio que potenciaba la intención de River de sumar poder en ofensiva. Sin embargo, lejos estuvo eso de suceder. El Rojo retrocedió, juntó líneas y se aseguró el cero en su arco.
La ausencia de ideas fue calentando el clima y el choque ganó en roces. Cero emociones y batallas dialécticas por doquier.
Para el complemento, River creció, adelantó sus líneas y generó un puñado de situaciones que no significaron más que sobresaltos para el Rojo. La llegada de Gallardo y el recambio en la estrategia incomoda a Borja. Así, el elenco de Núñez volvió a sumar un partido sin goles.
Y en la valla propia, River casi sufre la apertura del marcador con un remate de Pellegrino, luego de una acción donde ningún defensor visitante la pudo despejar. Sin embargo, una mano de Fedorco fue el motivo por el que el 0-0 siguió sin modificarse.
Desde ahí y hasta el final hubo arrestos ofensivos del Millonario, pero no pasaron de eso. Más allá del empate final, jugaron un duelo entretenido en Avellaneda.