¡Qué campaña Independiente Rivadavia! Fantástica. Por juego, por coraje, por efectividad, por hambre de gloria. La Lepra es puntera. Es que aprobó un examen duro: Deportivo Maipú. Con goles de Juan Manuel Elordi y Alex Arce de penal, el Azul de Alfredo Berti derrotó por 2-1 al Cruzado y se trepó a lo más alto de la tabla de posiciones con 34 puntos. Ilusionados al máximo. El tanto del Botellero fue de Marcelo Eggel.
Una racha formidable para el equipo de Alfredo Berti: 12 partidos sin caer, 8 victorias y 4 empates. Por esta razón, en la fecha 17, última de la primera rueda, ¡Independiente Rivadavia es puntero!
Los goles del triunfo de Independiente Rivadavia ante Maipú por la Primera Nacional
El análisis del primer tiempo entre Independiente vs. Deportivo Maipú:
Con las parejas celosamente conformadas, Independiente salió decidido a buscar el arco de enfrente. Y en los primeros diez minutos se jugó en campo de Maipú. El partido arrancó con una dinámica impresionante, casi de Primera División.
El Azul se paró como protagonista, con la línea de fondo casi en la mitad de la cancha, los laterales subidos y Ham cerrándose para asociarse con Romero, Tonetto, Reali y compañía. Y con su estilo directo, el equipo de Berti fue acorralando lentamente a un Maipú que apenas descansaba cuando el balón pasaba por los pies de Sambueza o Herrera.
Recién sobre los 13′ el Botellero encontró su primera jugada importante en el partido. Santi González apareció entre líneas, Herrera desbordó y mandó un centro pasado, Moyano remató, dio en la espalda de Maidana y el Cruzado ganó el primer córner.
El partido que García había pergeñando con Santi González y Luciano Herrera mano a mano en los extremos, no tuvo eco ni peso ofensivo en el área, dónde se ganan los partidos. Si la idea era desbordar y lastimar por las bandas, ¿no era Klusener de entrada? Así y todo, después de los 15′, Maipú emparejó el trámite y la pelota empezó a pasar más por Manzur y Sambueza. Pero al Cruzado le seguía faltando peso ofensivo en el área de enfrente. Aún cuando perdió la posesión, la Lepra continúo siendo intenso en la recuperación tras pérdida, en las vigilancias y en el retroceso.
Independiente fue pura concentración, actitud y voluntad, y Maipú no pudo lastimarlo con sus pelotas cruzadas al área, dónde se mostraron muy firmes los centrales.Cuando el desarrollo no tenía dueño, una jugada por la derecha de Ham derivó en un centro al corazón del área que no logró conectar. Hubo una segunda jugada, un rechazo y Elordi cargó la barra de potencia, sacó un zurdazo que descolocó a Cozzani y 1-0.
Maipú sintió el impacto, pero tardó unos minutos en acomodarse y reaccionar. Si el duelo psicológico estaba planteado desde que Arasa pitó el inicio, los últimos minutos del primer tiempo serían para el infarto.
Con la tranquilidad de la ventaja, el Azul retrocedió unos metros para achicarle espacios de maniobra a los versátiles volantes del Cruzado. En ese sentido, creció el trabajo de Romero, Tonetto siguió siendo su lugarteniente y el desarrollo se hizo luchado.
No obstante, ninguno de los dos mermó la intensidad. Vía Reali, Independiente era una amenaza constante en cada transición ofensiva.
Recién en los últimos minutos de la primera etapa, el Cruzado reaccionó. Garciá cambió de andarivel al “Mágico” y tuvo respuesta inmediata. Porque después de un gran pase de Manzur al espacio, Santi se metió en el área a pura velocidad y definió de puntin, pero Gagliardo se hizo gigante para tapar el mano a mano.
Y un par de minutos después, Agustón Manzur vio adelantaado a Gagliardo y sacó un bombazo que pegó en el ángulo izquierdo y pico afuera de la línea.
El análisis del segundo tiempo entre Independiente vs. Deportivo Maipú
Lejos de retroceder, el Azul se paró bien alto. La presión sobre los receptores de Maipú fue la clave. García tardó en mandar a la cancha a Klusener. Así y todo, la Lepra tuvo varias situaciones para liquidarlo. Maipú siguió con vida gracias a las enormes tapadas de Cozzani a Ramís y Reali.
El gol de penal de Arce (polémico)y el descuento de Eggel le dieron suspenso a un final épico. De repente, el cielo se iluminó por las bengalas. Y la Lepra está más arriba que nunca.
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