Los dos tiempos de 20 minutos, el calor, los cambios y el nivel de ambos equipos hicieron que el partido que debía completarse en el Malvinas fuera chato y aburrido. Prácticamente no hubo oportunidades claras frente a los arqueros, y el empate parecía inamovible.
Hasta que llegó la última jugada del partido, que sacudió la modorra: El Perrito Barrios, que entró muy bien y generó complicaciones a la defensa del Expreso, se internó en el área y cayó tras un leve contacto de Santiago Martínez que si bien existió, no pareció tan importante como para cobrar penal.
De todas formas, el juez principal del encuentro marcó infracción. Ahí se desató el primer tumulto. No sólo con la protesta de todo Godoy Cruz, sino también con la disputa de los futbolistas visitantes para ejecutar la pena máxima.
Luego de varias charlas, el que tomó la pelota y decidió patear fue el recién ingresado Francisco Fydriszewski. Cuando parecía que le iba a romper el arco a Petroli, el delantero la picó de forma displicente, permitiendo que el portero local se incorpore, y desde el suelo pueda salvar la caída de su valla.
La decisión llamó la atención hasta del propio banco de suplentes de San Lorenzo, donde el entrenador Leandro Romagnoli se quejó de la elección del ejecutante, teniendo en cancha a hombres con mejor pegada, como Iker Muniaín, o el ex Independiente Rivadavia Matías Reali, y la manera en la que decidió el ex Newell’s.
Pero eso no fue todo, ya que una vez terminado el juego se sumó otro capítulo a esta historia. Los jugadores de Godoy Cruz fueron a recriminarle a su rival la forma en la que decidió patear, entendiendo que hubo un intento de “cancherear” por parte del Polaco.
Por suerte la situación se calmó rápidamente, y todos se retiraron a la zona de vestuarios sin más complicaciones.
