Huracán Las Heras barrió a todos sus rivales en la Copa Mendoza y es justo campeón de la competencia, luego de vencer ayer a domicilio a Atlético Palmira, 2-0 (4-0 en el global) y certificar que el trabajo de Gabriel Vallés permite ilusionar para lo que vendrá.
El encuentro comenzó como se preveía, con mucho roce y una propuesta por parte del local, que reconocía la urgencia de un triunfo por dos goles de diferencia. Mientras, Huracán LH eligió esperar y sorprender de contragolpe. Así, se armó un partido de mucha lucha en el mediocampo, donde ninguno de los dos consiguió hacerse de la tenencia y tampoco encontró profundidad en sus hombres encargados de la creación.
Con el correr de los minutos, fue el Globo el que comenzó a encontrar espacios para atacar. Y lo hizo sobre el sector derecho de la defensa aurinegra, que lució demasiado despoblado para intentar sostener el órden y la seguridad. Pero no fue más que un oasis en medio del desierto. Apenas un puñado de minutos después, en un terreno imposible por su estado, volvieron los pelotazos y las imprecisiones.
El Globo parecía tener más claro como llegar al arco local. Sin embargo, fue Palmira el que casi abre el marcador tras un jugadon sobre la izquierda y un centro para la llegada de Estrada, quien la tiró por encima del travesaño. Increíble.
La etapa se fue escurriendo entre los nervios de unos y otros. Palmira no conseguía prolijidad en la salida y el visitante se quedaba sin ideas en las inmediaciones del área jarillera. Fue un combo que atentó contra el espectáculo.
El complemento reafirmó la intención local abrir el marcador y el cuarto de hora inicial lo encontró jugando en campo rival. Huracán apostó a defender con uñas y dientes la ventaja conseguida en la ida y los roces se sucedieron. Y lo que se preveía sucedió. Palmira perdió la cabeza y a su lateral izquierdo, Martínez, por una falta que significó la segunda amonestación, se fue expulsado. Fue el principio del final, porque apenas un puñado de minutos después, llegó el golazo de Silva, que la clavó en el ángulo luego de una buena maniobra personal en la puerta del área grande, y sentenció la historia definitivamente. Tres minutos después, llegaría el segundo gol, a través de Vizaguirre; pero todo era cosa juzgada. La coronación del Globito fue inevitable y Las Heras desató un festejo tuvo la más linda de las melodías en los barrios aledaños al General SanMartín.