Ya no es novedad de que los deportistas emigren en busca de oportunidades y sueños, pero con un regreso asegurado. Esto se viene repitiendo desde años en el hockey sobre césped mendocino con jugadoras y jugadores que se suman al deporte europeo en busca de capacitaciones y experiencias. Es el caso de Agustina Benedetti, la arquera de Tacurú que supo ponerse el traje de bombera para ‘salvar’ a las “Leoncitas” cuando el covid impidió que el equipo original cruzara la frontera con Chile para jugar el Panamericano.
Ella junto a otros mendocinos Valentina Micoli (Los Tordos), Federica Roby (Banco Mendoza) y los hermanos Pablo y Joaquín Giménez (Andino) se embarcaron a navegar por el hockey belga, uno de los más buscados por los mendocinos y donde se sienten cómodos para el desarrollo y el aprendizaje.
Por allegados contactos o amigos de amigos -como sea-, el tren pasó y este grupo de amigos se subieron para ser parte de una de las ligas de Europa. En el caso de la guardameta y compañeras, en el Nacional 2, cuyo equipo está a punto de ascender.
“La arquera de la primera se había lesionado por lo que estaban buscando a alguien de Argentina para reemplazarla y ahí me contactaron a mi. La recomendación fue de gente que me había visto jugar en partidos con el seleccionado mendocino que integré, además de mis desempeños en el club”, explicó la jugadora esteña.
Su carrera deportiva comenzó a expandirse en julio del 2021: “Me vine a Bélgica a fines de agosto y estuve por tres meses jugando la primera parte del torneo. Volví a Argentina para nuestras vacaciones de invierno y volví en febrero para terminar el torneo. Esta vez me quedaré cuatro meses”.
Pese a la distancia, la experiencia suma: “Me encuentro muy feliz viviendo esta experiencia haciendo lo que me gusta y aprovechando para conocer lugares y culturas diferentes. Igualmente extraño mucho mi país y mi gente, pero sobre todo el clima de Mendoza. Aquí, en el club, me pagan un sueldo por trabajar en el club entrenando a las categorías inferiores entre semana y los sábados dirigiendo a un equipo en los partidos. También el club nos da una casa en donde vivimos los cinco mendocinos”, detalló.
Agustina explica que no están jugando en un torneo profesional porque “la élite del hockey belga se encuentra por encima del torneo Nacional 1. Pero en el Nacional 2, el Saint Georges está segundo en la tabla de posiciones y tenemos posibilidades de ascender, ya que suben primero y segundo de manera directa”.
En cuanto al grupo humano “es lindo, nos recibieron muy bien. Las jugadoras belgas están acostumbradas a las argentinas porque anteriormente hubo jugadoras del país en el club (NdR: Analía Belda (ex Alemán) y quienes volvieron con Benedetti, Valentina Micoli y Federica Roby). Es muy interesante el intercambio de idiomas que se da, aunque algunas saben español por suerte. Me gusta conocer la vida de la gente de acá y que ellos también conozcan nuestras costumbres y nuestro país. Pero si es verdad que la gente de argentina es especial, muy amiguera y cálida y eso se extraña”.
Sus objetivos con el equipo “es poder dar lo mejor para lograr el ascenso. Me gustaría seguir disfrutando del hockey por mucho tiempo más, tengo ganas de volver a jugar en el club con mis amigas. Y en un futuro -tal vez- volver a hacer una experiencia en el exterior. Además del deporte, estudio Arquitectura en la Universidad Nacional de Cuyo, por lo que también me gustaría recibirme pronto”, concluyó.
Así se presenta ella
Me llamo Agustina Benedetti, tengo 22 años, juego al hockey en el club Tacurú de San Martín Mendoza y actualmente me encuentro en el club Saint Georges, de Bélgica.
Empecé a jugar cuando tenía 9 o 10 años. Comencé de arquera porque me gusta jugar al fútbol y tenía que usar mucho los pies.
Cuando era chica salí campeona varias veces con las inferiores del club. Empecé a jugar en la primera a los 14 años y ascendimos en el año 2016. Después de tres torneos en la máxima categoría de Mendoza descendimos, pero en noviembre del año pasado logramos subir nuevamente a la A. Yo no estuve presente porque ya estaba jugando en Bélgica.
Estuve por primera vez en el seleccionado mendocino en el año 2012 cuando fui convocada al sub 14. Desde ahí jugué los torneos argentinos en el sub 16, sub 18 y junior. El año pasado fui convocada al mayor pero dejé de entrenar porque me vine a Bélgica.
Jugué el torneo Panamericano Junior con la selección argentina sub 21 en agosto del año pasado, fue algo totalmente inesperado ya que no había estado en ningún proceso más allá del año 2016 que fui a una concentración al Cenard. Después, jugué para las Leoncitas cuando llamaron a varias jugadoras mendocinas para reemplazar al seleccionado original que se habían contagiado de covid. Fue una oportunidad increíble, representar al país y vestir la camiseta”.