Los fanáticos de la Academia dieron una enorme demostración del amor por su camiseta, y de la ilusión generada por el equipo de Gustavo Costas, y llenaron dos estadios el mismo día: la Nueva Olla de Asunción, y el Cilindro de Avellaneda. Como en 2001, la pasión todo lo pudo para los hinchas de Racing Club.
El primero y más importante de ambos fue la Nueva Olla de Asunción, sede de disputa del partido definitorio entre Racing y Cruzeiro por la Copa Sudamericana de Fútbol. Allí se vivió una verdadera invasión de fanáticos de la Academia, que superaron a sus pares de Brasil en una proporción de 85-15. Una vez abiertas las puertas del estadio, los hinchas argentinos colmaron el 90% de las tribunas, dejando sólo un pequeño sector detrás de uno de los arcos para el Cruzeiro.
Si bien el elenco de Avellaneda tenía 12 mil tickets a su disposición, se calcula que el número se superó ampliamente a través de las entradas de protocolo, neutrales, e incluso algunos que compraron en sectores de su rival. Afuera del estadio quedaron unos tantos miles más, que viajaron a Paraguay sin boletos, o fueron rebotados por la organización por comprar en el sector contrario.
Mientras tanto, en Argentina se llenó otro estadio. Se trata del Cilindro de Avellaneda, la casa de Racing Club. El presidente Víctor Blanco decidió abrirlo tras observar la enorme expectativa de la gente, y organizó una verdadera fiesta. Se pudo observar bandas en vivo, pantallas gigantes para toda la cancha, y la pasión y color que aportó el fanático Académico. Tanta gente concurrió, que un momento hubo algunos inconvenientes en los ingresos, e incluso gente ingresando en sectores no permitidos.
Cabe destacar que el Cilindro de Avellaneda sufrió una dura sanción tras el recibimiento de sus hinchas ante Corinthians, por las semifinales de la competición continental. Como medida de castigo, una parte de las tribunas fueron clausuradas.
En diciembre de 2001, cuando el equipo que en ese momento dirigía Mostaza Merlo se consagró campeón en cancha de Vélez, los hinchas también habían llenado dos estadios. Gran parte del José Amalfitani, y el Cilindro de Avellaneda donde también se ubicaron pantallas gigantes.