Cuando la bendita pelota pasa la línea de cal del arco contrario provoca el estallido del hincha, siempre. Ya sea el gol que define un partido o tan solo el descuento que renueva las esperanzas, pero un tanto se grita, en la cancha o en un bar. O en casa, confinados por un virus que sigue amenazando a nuestros defensores. El gol es el gol, el hecho más importante en 90 minutos de fútbol. Goles son amores, y muchas veces ascensos y campeonatos.
Así lo han entendido Independiente Rivadavia y Gimnasia y Esgrima, los mendocinos que protagonizan fecha a fecha la disputa por los puestos de relevancia en la Primera Nacional. Es que tanto la Lepra como el Lobo son los elencos más goleadores entre los 35 participantes. El Azul metió 18 y el blanquinegro, 17; cifras que hablan por sí solas si se mira la ubicación de cada uno en sus grupos con 10 fechas consumadas.
Ni Atlanta ni Güemes (líderes) ni el resto de los clubes han logrado meter la cantidad de goles que sí tienen los azules y el Mensana, dato más que importante para encarar lo que viene. Los punteros tienen 14 a favor.
La Lepra, con el traje de candidato desde la llegada de Gómez
Independiente pasó de no asustar a nadie a pelearle a cualquiera, en el estadio que sea, con aciertos y errores. Con una idea de juego definida y buscando ser dueño de la pelota, el conjunto de Gabriel Gómez logró puntos claves en su lucha por el campeonato, tanto en el Bautista Gargantini como fuera de él. Precisamente 19 sobre 30, lo que lo ubica escolta de Güemes (SdE, con 21) y en posición de clasificación al Reducido por un ascenso a la Copa de la Liga Profesional.
Ahora bien, ¿qué llevó al conjunto del Parque a esta situación? La respuesta no es muy complicada: el orden y los goles, los benditos goles. Los 18 gritos cimentaron su momento, más allá de que le convirtieron 12 (+6). El once de Gómez tiene, hasta el momento, un promedio de 1.8 goles por partido.
Sus artilleros son tres. Los delanteros Cardozo, Imperiale y Quiroga acertaron cuatro veces cada uno, lo que deja bien en claro que el poder ofensivo de Independiente creció notablemente en el marco de un torneo siempre complicado, nunca fácil. Sostener esta cuota goleadora será fundamental para no perder terreno en la lucha por ascender, ya sea a través del primer boleto o mediante el segundo.
Claramente, si se quiere soñar a tiempo completo no pueden descuidarse las estadísticas defensivas. Si se reciben goles jornada tras jornada (como ha ocurrido en la mayoría de los casos), el margen de crecimiento se reduce y después llegan los lamentos. Cuidar la diferencia de gol actual no es un detalle irrelevante, todo lo contrario, porque el torneo es muy largo y el positivo en la balanza decidirá hasta una clasificación.
Maldonado, Impini, Fabello, Palacio, Sánchez y Rébola completan, hasta acá, la producción goleadora de un combinado “leproso” que, con potenciales goleadores en todas sus líneas, tiene decidido luchar hasta la última fecha por el premio mayor: la chance de jugar la final contra el primero de la otra zona rumbo a Primera.
Lobo: anfitrión demasiado generoso y pésimo invitado
Es de locos lo del conjunto de Diego Pozo. En casa pierde y afuera gana, situación que se repite con frecuencia. No logra hacer pie en el Víctor Legrotaglie, pero es tremendo más allá de Mendoza. De visitante muele a sus rivales, de local les otorga todo. Inusual, raro y hasta curioso.
Aunque el punto a destacar del Lobo del Parque (un poquito más al norte que su vecino) es la capacidad goleadora que lo ha puesto en el centro de la discusión, a solo un punto de Atlanta, líder del grupo A con 22 unidades.
La cosa por el lado Mensana está más repartida si se compara con su archirrival, el Azul. Lentini, Llama y Mondino encabezan la lista con tres tantos cada uno, seguidos por Carrizo con dos; Garrido, Leguizamón, González, Meritello, Cortez y García completan el grupo de los que lograron meter la redonda 17 veces entre los tres palos adversarios. Promedio goleador por partido: 1.7.
Como su vecino, tiene definidores en todas sus líneas, fecha a fecha.
La diferencia de gol del “Caracol” es +7, resultado de 17 alegrías conseguidas y 10 goles sufridos.
Hay que insistir en algo: la Primera Nacional es uno de los torneos más complejos de Argentina. No es cosa simple meter un gol y sostener, después de 10 encuentros, el saldo a favor entre hechos y recibidos. Por eso la Lepra y el Lobo están donde están, porque han sabido cuidar ese aspecto en las estadísticas.
La evidente relación entre puntos y goles
No es casualidad lo de los dueños del Parque General San Martín. Los números son claros y la relación entre goles y puntos es evidente. Todo lo que provocaron en el área rival se tradujo en la tabla de porotos a pesar de los goles recibidos. La importancia de meter la pelota, acá, allá o donde sea.
Los logros son multifactoriales, es cierto, pero que dos de los tres mendocinos sean los que más veces han festejado goles no es azaroso y resulta clave para sus aspiraciones.
El próximo compromiso de Independiente será ante Instituto, en Córdoba. Por el lado de Gimnasia, San Martín (T) lo visitará. Todo por la fecha 11.
Saben bien Gómez y Pozo que si quieren continuar en lo más alto de sus zonas no tienen que regalar puntos y, sobre todo, seguir de buenas con los goles. Porque goles son amores, y muchas veces ascensos y campeonatos.
