Lo vivido el sábado por la noche en el Feliciano Gambarte dejó grandes sensaciones para Godoy Cruz, ya que le ganó claramente a River con un estilo diseñado por Sebastián Méndez.
Este Tomba vertical, de juego y presión está dando que hablar en esta Liga Profesional, salió del laboratorio emocional del “Gallego” quien contagia desde afuera.
Este Expreso tiene una columna vertebral sólida con un Juan Espínola es gran nivel, las llegadas de Guillermo Ortiz y Néstor Breitembruch le dieron la seguridad que le faltó en el torneo anterior en la zaga central, Nelson Acevedo es el mejor refuerzo que sumó el equipo ya que le da prestancia, marca y buen pase a la mitad de la cancha y los “rapiditos” (Martín Ojeda, Matías Ramírez y Sebastián Lomónaco) complican a todas las defensas.
El resto del equipo acompaña como corresponde: con sacrificio para recuperar la pelota por intermedio de la presión y con verticalidad para sorprender a al rival.
El único lunar que tiene este “Tomba by Méndez” es el “9″, ya que ni Tomás Badaloni ni Cristian Colmán se han convertido en ese “terminador de ataques” que necesita un equipo que crea bastantes situaciones de gol por partido. Si bien a ambos les toca hacer el trabajo sucio de pelear con los centrales y tratar de asistir a los “llegadores”, las estadísticas son implacables: Godoy Cruz convirtió 7 goles en 5 fechas y ninguno fue de los 9.
Otra cosa que tendrá que tener en cuenta el entrenador es lo corto que es el plantel y las fechas entre semana, algo que sufrió cuando tuvo que jugar 3 partidos en 6 días y donde cosechó un triunfo y dos derrotas al hilo por tener jugadores cansados y lesionados.
La buena noticia es que los soldados que se habían caído al principio comenzaron a sumarse (Gonzalo Abrego y Jeison Chalá) y que serán vitales para el futuro cercano cuando el Expreso vuelva a tener tres partidos en una semana (22/8 Huracán y 25/8 Unión ambos en el Gambarte y 29/8 ante Vélez).
Este plantel de Godoy Cruz banca la idea de Sebastián Méndez porque saben que tiene que sortear varios obstáculos extrafutbolísticos y lo plasman en la cancha, algo vital para soñar con engrosar el promedio y, porque no, ser protagonista del torneo.