Godoy Cruz presentó oficialmente a una de las incorporaciones que se habían anunciado: Guillermo Pereira. El volante que llegó proveniente de Deportivo Riestra habló con Los Andes sobre su arribo al Tomba y de su relación con Diego Maradona.
Pereira no estaba en los planes de nadie y fue una sorpresa cuando el club confirmo su llegada: “Fue una sorpresa para mí porque se dio todo rápido y se veía difícil porque en Riestra venía en competencia y jugando todos los partidos. Por suerte los dirigentes y el cuerpo técnico entendieron mi situación y pude salir sin problemas”.
Sobre Godoy Cruz, el volante aseguró que sabe la situación complicada que está el club, pero que llega con toda la ilusión de ayudar al equipo a engrosar los promedios: “Sabía la situación del club, pero me hablaron muy bien del club, de la ciudad y del cuerpo técnico”.
Sobre sus características, Pereira aseguró que se adapta a varios puestos en la mitad de la cancha: “Intento llegar al área rival, en Riestra me tocó jugar más atrasado, pero me siento cómo jugando al lado de un volante central. Además quiero adaptarme a lo que me pida el DT”.
El día que conoció a Diego Maradona
Pereira, como un alto porcentaje de los argentinos, es fanático de Diego Armando Maradona y tuvo la suerte de poder conocerlo y de llevarse un souvenier: una firma que a los pocos minutos fue tatuaje.
El “celestino” que le dio la chance a Guillermo de conocer a “Pelusa” fue nada menos que el Rolfi Montenegro, quien fue su compañero en Independiente de Avellaneda.
“En una pretemporada de Independiente hablaba con un amigo de mi admiración por Diego y el Rolfi Montenegro me preguntó si lo quería conocer. A los pocos días me llamó y me dijo que me fuera a un hotel de Las Cañitas que Diego iba a estar en el gimnasio”, comenzó contando Pereira.
“Literalmente yo estaba en la otra punta y tenía que cruzar Buenos Aires en menos de una hora, algo imposible. Me tomé dos bondis, un taxi y corrí 10 cuadras para tratar de llegar a tiempo, pero llegué casi una hora tarde y cuando creí que no iba a poder hacer nada, el contacto del Rolfi me hizo pasar y pude conocer a Diego. Pude hablar unos minutos con él y me firmó la pierna. Apenas salí, me fui a tatuar”, contó orgulloso.