La Liga Profesional 2024, o el torneo de Primera división “César Luis Menotti” como decidió nombrarlo la AFA en homenaje al gran entrenador que falleciera el domingo último, resultará fundamental para las aspiraciones de los dos elencos mendocinos en el segundo semestre del año. Tanto Godoy Cruz como Independiente Rivadavia sueñan con hacer la campaña que les permita alcanzar sus objetivos, esos que hacen soñar a los miles de hinchas que alientan fecha tras fecha.
Está claro que para el Tomba, una de las revelaciones de la Copa de la Liga y tranquilo en los promedios, el norte es superarse a sí mismo y dar el batacazo nacional. Para la Lepra, en cambio, salvar la categoría es el único fin tras una Copa en la que dejó muchísimo que desear.
Y aunque parezca que todo los diferencia (porque por supuesto hay aspectos distintivos a atender a partir de los resultados expuestos), aparecen en el análisis algunas similitudes también entre Godoy Cruz e Independiente. Vamos a ver.
Los revulsivos, las cartas más fuertes
Ambos tienen un as de espadas en sus equipos y deben cuidarlos por un simple motivo: hacen la diferencia. El Tomba cuenta con el volante ofensivo Tomás Conechny, quien estuvo a punto de marcharse al exterior en el actual mercado de pases. Junto al “Indio” Fernández son los mejores jugadores de un plantel que quiere ir por más tras haber quedado en el camino en cuartos de final de la Copa de la Liga. Sin Hernán López Muñoz, otro crack que decidió seguir su carrera en la MLS, Conechny será la bandera de un Bodeguero que querrá pisar fuerte en todos lados. Bien ahí la dirigencia en mantener el talento (al menos por un tiempo más) de uno de los mejores armadores de juego de la Primera división.
El Azul, en tanto, cuenta con el muy habilidoso delantero Matías Reali, acaso el mejor de un equipo sin muchas luces que sufrió más de la cuenta. Prácticamente todas las producciones de ataque de este Independiente Rivadavia pasaron por los pies de “Chucky”, el pretendido por los grandes. Retenerlo, saber rodearlo y potenciarlo es clave para ir por todos esos puntos que en el Parque necesitan como el agua para no descender.
Sostener a los entrenadores, la apuesta de ambos
Un acierto en Godoy Cruz fue garantizarle al hincha la continuidad del DT Daniel Oldrá. A pesar de no haber podido quedar entre los cuatro mejores del país, el “Gato” fue, sin dudas, uno de los entrenadores sobresalientes a base de planificación, trabajo, seriedad, liderazgo y resultados. Todo lo que un club busca de un adiestrador. Hijo de la casa, Oldrá le otorgó identidad ofensiva al Expreso y al haber sido ratificado en su cargo irá por más. Porque sabe que tiene con qué.
Un acierto en Independiente Rivadavia fue permitirle la continuidad, aunque por tiempo indeterminado, al DT Martín Cicotello. Es que hay que decirlo: más allá de los malos resultados el ex Unión La Calera no contó con el tiempo suficiente para armar su plantel (todo de Rodolfo De Paoli) y plasmar por completo su idea de juego en el campo. Merece más tiempo. Un éxito en la Copa Argentina y la goleada ante River en un amistoso, sus únicos logros. En la Copa de la Liga, todo mal. Ante Lanús y Godoy Cruz, los primeros compromisos en la Liga, se jugará el futuro inmediato. Y la pregunta es: ¿Cuánto tiempo tendrá para dar vuelta la situación si los triunfos siguen ausentes?
Dos realidades distintas, dos sueños en marcha
Es evidente que Godoy Cruz no se conformará con hacer un digno papel en la Liga Profesional. Irá por ella. Serán 27 jornadas duras y cambiantes, se sabe. Pero este Expreso no se detendrá y buscará dar el golpe ante las cámaras de toda la Argentina. Será difícil, como siempre para un club de provincia, aunque la buena noticia para los amantes del fútbol federal es que las distancias entre los que logran campeonatos y los que no son cada vez más cortas. Todo un aviso.
Orden, tenencia de la pelota, apuesta por la efectividad y no temerle a nadie en ningún lado, cualidades que si el Tomba sostiene pueden arrojar grandes historias para contar. Sobre todo si continúa con ese desparpajo que tantas veces se vio fuera de Mendoza.
En la vereda de enfrente, los “primos” tienen en la cabeza otra cosa totalmente distinta. Último en los promedios y penúltimos en la tabla anual, quedarse en Primera es el único deseo de un Independiente Rivadavia que no debe permitirse pensar en otra cosa, ni siquiera en la Copa Argentina y sus premios de dinero. No. Todo bien con la Copa nacional y las bondades que presente, pero no regresar a la Primera Nacional es el anhelo máximo de cada uno de los simpatizantes que se dan cita en el Bautista Gargantini todos los fines de semana.
El Azul no puede darse el lujo de seguir perdiendo. Es sabido que caerá y que lo hará en varias ocasiones, es normal para cualquiera. Pero deberá acostumbrarse a ganar, cueste lo que cueste, para darle alcance a Riestra y al resto de los que también juegan por quedarse en la categoría.
Cada uno con su realidad, cada uno con sus armas. Mendoza espera verlos brillar, entregándolo todo y con la ilusión de que el semestre que comienza sea trascendental para ambos.