Gimnasia y Esgrima se subió al tercer puesto y da que hablar. Sin embargo, el DT Luca Marcogiuseppe prefiere mantener la calma: “tenemos que reafirmarlo en el último partido”.
Seguramente todos los equipos trabajan. Y mucho. De eso no hay dudas. Sin embargo, algunos lo hacen de la manera apropiada y otros con lo que tienen al alcance. Ahí se comprende la clave: el cómo trabajar una propuesta futbolística.
Si algo dejó en claro Luca Marcogiuseppe es que no existen fórmulas mágicas y que todo responde a la táctica y estrategia que se trabaja en la semana. Ahí el entrenador se volvió un artesano; un orfebre de las buenas intenciones. Obsesivo, y con una enorme capacidad de análisis, el entrerriano puso al Lobo a la altura de los mejores del torneo.
Y lo de artesano no es un capricho. Tomó un equipo con el torneo ya iniciado, con jugadores que no eligió y con múltiples problemas futbolísticos. Sin embargo, a fuerza de trabajo y capacidad de convencimiento, fue transformando las características del equipo hasta darle una estética que terminó convenciendo a propios y ajenos.
Variables, multifuncionalidad de sus dirigidos, buen juego y resultados. Un combo que se sostiene por el alto rendimiento colectivo e individual, con puntos muy altos en Matías Villarreal, Diego Mondino, Leandro Ciccolini y Santiago Solari, por nombrar solo algunos. Incluso potenció a Tomás Giménez, artífice de una campaña magnífica bajo los tres palos mensanas, que exponen el principal argumento para ensalzar al DT.
Las estadísticas hablan de un magistral rendimiento defensivo. Apenas 14 goles en 33 fechas (las que lleva Marcogiuseppe como DT) convirtieron al elenco blanquinegro en el equipo con menos festejos en contra en la temporada. Una de las grandes claves por las que el Lobo asoma como gran candidato.
Además, el equipo fue mutando hasta demostrar una gran capacidad de reinvención a cada baja. Primero fue la salida de Ulises Ortegoza a Talleres (C) y luego llegaría, en la previa del clásico mendocino, la ida de Ismael Cortéz a Rosario Central. Golpes que no consiguieron cambiar el plan original del cuerpo técnico.
Apoyado en el alto rendimiento de Ciccolini y Solari, con un patrón de juego establecido para sostener el balón al piso, y asentando en esa base defensiva que componen Mondino, Meritello y Villarreal, las bandas son el campo perfecto donde crecen los mejores momentos del mensana. Y aún sin haber conseguido un “9″ fijo, de referencia, Gimnasia y Esgrima consiguió repartir sus goles para sostener una campaña inolvidable.
Cuando tuvo que ganar, más allá de algunos tropiezos, lo hizo. Y el juego ante Estudiantes de Caseros no fue la excepción. No fue el mejor partido, sin dudas, pero hizo lo que debía y se subió a la tercera posición de la tabla, a una fecha del final. Ese sitio de privilegio le permitiría ingresar al Reducido recién en instancias de cuartos de final, saltando una etapa que puede permitir recuperar lesionados y una mejora física general en el plantel.
Queda una fecha y todo depende del Lobo. La estación Atlanta marca la última jornada de esta etapa inicial de la Primera Nacional. Y aunque el Bohemio es un conjunto difícil jugando como local, la esperanza mensana está puesta en Marcogiuseppe y sus dirigidos. Nombres propios que pintaron la temporada de blanco y negro. El Lobo se prepara para el verdadero “campeonato”.
