Otro triunfo en el bolsillo. El segundo en fila. El tercero del campeonato. Y como dice ese viejo refrán futbolero, “un triunfo, llama a otro triunfo”. Y así fue nomás. El Lobo consiguió tres puntos que valen oro. Venía de golear a Villa Dálmine de visitante por 5-1 y ante Almirante Brown tenía la gran chance de festejar ante su gente.
El Lobo respondió con creces. Lejos de brillar en el campo de juego del Víctor Legrotaglie, el equipo Mensana jugó con una jerarquía absoluta, en líneas generales fue superior en todas las líneas y la mayor virtud: paciencia. En ningún momento, perdió el eje, nunca renunció a su juego, a su idea futbolística y por esta razón, sobe los 42 minutos del complemento, desde el punto de penal, Leandro Ciccolini selló la victoria de Gimnasia.
Almirante Brown, un viejo zorro de la categoría, metió principalmente en el segundo tiempo, todo el equipo atrás, para tratar de enhebrar un contragolpe. Y ahí estuvo la clave del Lobo. En el primer tiempo, falló la última línea, sin embargo, en el complemento, no tuvo fisuras. Y con la tenencia de balón, generó juego, se mostró paciente y logró un triunfo clave que permite soñar en que el equipo Mensana se convertirá en protagonista.
El equipo de Luca Marcogiuseppe acumula 12 puntos, producto de tres triunfos, tres empates y tres derrotas. Se ubica en el escalón número 17 y quedó a un punto de la zona de clasificación para el reducido por el segundo ascenso a la Liga Profesional.
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