“Soy Gastón Del Pozo tengo 19 años, tengo una moto Honda XR 250 Mod.1993 y voy a demostrar que los verdaderos fierros nunca mueren, solo duermen hasta que los despertás y los ponés a rodar”... es la carta de presentación del joven de Rivadavia que persigue el sueño de correr y llegar en la carrera de motos más antigua y de mayor prestigio del mundo.
La cuenta regresiva para hacer realidad su sueño ya comenzó hace unos meses y verá la luz el lunes 6 de noviembre, cuando el parque internacional de motociclistas inicie la competencia en San Juan. Se trata del ISDE 2023, que este año pisará tierras argentinas, más precisamente cuyanas, luego de una exitosa primera presentación hace casi una década.
La carrera (Seis Días Internacionales de Enduro) nació en 1913 en Inglaterra como ISDRT (International Six Days Reliability Trail). Justamente la carrera consiste en una prueba de resistencia, regularidad y fiabilidad de pilotos y máquinas, con la particularidad de que el que conduce la moto debe ser el mecánico también. El año pasado se corrió en Francia, este año en San Juan y el próximo le tocará a España organizar esta histórica carrera, que durante los primeros 80 años se hizo en Europa, pero luego se extendió a otros sitios del planeta y se ha visto interrumpida sólo por las dos guerras mundiales y la pandemia del Covid-19.
Los mejores pilotos-mecánicos visitarán la vecina provincia y varios argentinos figuran inscriptos, con la intención de mostrar sus habilidades entre los senderos, ríos secos, trialeras y sectores rápidos, similares a los de motocross. Entre los mendocinos postulantes figura el crédito de Rivadavia, Gastón Del Pozo, quien sobresale porque además de atreverse a codearse con los mejores, lo hará arriba de una moto clásica fabricada hace 30 años: Un Honda XR 250 R modelo 1993.
Objetivo 1: completar la carrera
Es una doble apuesta y así lo comenta Claudio Del Pozo, papá de Gastón: “Habíamos perdido la esperanza de correr, porque la moto que tenía Gastón, una KTM, se nos rompió y prácticamente nos quedamos sin posibilidades de repararla. Pero nuestros amigos, especialmente Daniel Dindorf, quien ofreció su propia moto, nos animó a continuar intentando y así surgió la idea de “asombrar a la manera argentina” de poner en carrera una moto clásica”. Y agrega: “Desde ya, nuestras expectativas son ir a correr, dar al máximo, pero también cuidar el medio mecánico, porque el objetivo es obtener la medalla de bronce”. Es que esta distinción la obtienen los competidores que logran la hazaña de terminar la carrera luego de 6 jornadas intensas de esta prueba conocida como la olimpiada del motociclismo, que requiere un estado físico de primer nivel, destreza conductiva y habilidad técnica para reparar los desperfectos puedan surgir en el camino.
Claudio cuenta que, de alguna manera, es una “revancha” de lo que propuso su amigo, el cordobés Pablo Cid, en 2014, que participó con una Suzuki DR 350 y no logró completar la carrera. Cid fue ovacionado durante el prólogo, con muy buenos resultados, pero se confió demasiado de un medio mecánico que ya tenía sus años de uso. “En base a esa experiencia, hemos desarmado completamente la moto para dejarla como nueva, recién salida de fábrica, con todos repuestos Honda Japón y con la atención de Gastón Oyarce”.
Es una apuesta grande que requiere una fuerte inversión económica, pero era una salida frente a la posibilidad de reparar su moto dañada, que exigía un costo más alto. O alquilar las motos actuales de primer nivel que vendrán a participar a San Juan. “El alquiler de estas motos es de 1.500 dólares por día (son 6), más las roturas”, explica Claudio a la hora de evaluar la puesta en pista de la XR. Y añade: “Es una carrera donde viene la élite del mundo y que Gastoncito se presente con una moto que fue campeona mundial en 1994, seguramente, llamará la atención. Pero todo lo estamos haciendo de manera muy profesional, estamos trabajando con una psicóloga y vamos a tratar de hacer el mejor papel que podamos”.
Sobre esta gran cruzada, el equipo RVA Racing es el responsable. Estos amigos de Rivadavia se han encargado de reunir los fondos que necesita Del Pozo para ponder presentarse y la carrera contra el tiempo se largó hace unas semanas. “Nos faltaban 22 días (el 30 de agosto) para abonar los 1.170 dólares de la inscripción y logramos reunir el dinero mediante sorteos, peñas y cenas a beneficio. Y probablemente organicemos algunas peñas solidarias más”, asegura Claudio.