Gastón Alto, uno de los pocos privilegiados deportistas mendocinos en participar de los Juegos Olímpicos, vivió un 2024 emotivo y movilizante. Se retiró de la Selección Argentina de Tenis de Mesa, se convirtió en su técnico y viajó como entrenador a París, para vivir por segunda ocasión el evento más importante del deporte. En una charla exclusiva con Diario Los Andes, hacemos su balance del año.
-Viviste un 2024 plagado de emociones encontradas, ¿no?
-Sí, totalmente. Pasé muy rápido de jugador a entrenador, sin pensarlo tanto. Adelanté un poco el deseo, porque si bien estaba pensado se dieron ciertas situaciones que me hicieron tomar la decisión un poquito antes.
-¿Cuándo fue que se te empezó a cruzar por la cabeza la idea de ser entrenador?
-Llevo muchos años jugando, desde los 7. Siempre dije que de algún modo iba a estar involucrado en el tenis de mesa toda mi vida. Como jugador, aficionado, dirigente o entrenador. Me gustaba la idea de ser el entrenador del seleccionado nacional y transmitir un poco lo vivido. Tenía pensado jugar un tiempo más. De hecho, dejé la selección, pero sigo jugando en Europa. Asique adaptándome un poco al cambio, a ir combinando jugador/entrenador, que no es fácil.
-¿Qué tan especial fue tu último torneo en Mendoza, el WTT Contender, donde compartiste dobles con tu sobrino?
-Fue un poco de casualidad y de apuro, pero se dio todo: que sea en Mendoza, y en un torneo internacional. En dobles yo jugaba con Horacio Cifuentes, pero yo ya estaba dirigiendo, y el equipo nuestro iba a ser Santiago Lorenzo - Horacio Cifuentes. Así que fui jugando con el que quedaba libre. De esa manera me tocó con mi sobrino Luciano, y con mi hermano dirigiéndome como toda la vida. Terminé en familia, todo fue muy rápido, lindo, y emotivo.
-¿Qué significa participar de los Juegos Olímpicos? Es la pregunta que te deben hacer en cualquier charla…
-El logro más grande que tiene un deportista es poder participar de un Juego Olímpico. Yo pude clasificar como jugador ya con 35 años. Fue distinto porque estábamos en pandemia. No había público, no podíamos salir ni tener contacto con la gente. Pero lo que se vivió ahí en la villa con los demás deportistas, con todas las figuras que había, fue increíble. En Francia acompañé a Santi, y fue diferente. Tuvimos que lidiar con un público francés en contra, pero los dos vivimos una experiencia inolvidable porque así sea en contra o a favor, no estábamos acostumbrados a 7.000 personas viendo un partido de tenis en mesa. Lo disfrutamos a full. Tuvimos contacto con la gente de la ciudad, turistas y con un montón de deportistas de élite, que lo ves siempre por la tele y de repente los tenés al lado. Súper orgulloso de ese momento.
-¿Qué experiencia te llevas de cruzarte con esas figuras?
-En Francia no me crucé con ninguna de las figuras grandes. Estuvimos enfocados con el tenis en mesa. Pudimos ir poco a otros eventos. En Tokio vi un poquito más. Estuve con Djokovic, y pudimos sacarnos una foto, y también con Pau Gasol, entre otros basquetbolistas de la NBA. Además de todos los argentinos, ya que fuimos a la inauguración juntos en el mismo bus y vivimos momentos muy lindos. Normalmente también hay una zona donde los atletas descansan, se juntan a tomar mate, y ahí vas hablando con gente de otros deportes, compartiendo opiniones. Es muy linda la experiencia.
-El espíritu olímpico genera que todos estén pendientes de los logros de los compatriotas, como el emotivo momento del BMX y el Maligno Torres…
-En todos los eventos hay un apoyo entre países que es impresionante. Ya sean Odesur, Panamericanos o Juegos Olímpicos. Todos están pendientes de que alguien salga con una medalla. Y bueno, más en un Juego Olímpico que no es común. Lo del Maligno Torres fue un lujo, recuerdo que justo estaba ahí cuando llegó a la villa. Me sorprendió la humildad del chico, que no lo podía creer. Esa parte creo que fue la mejor.
-Llegar a un Juego Olímpico a los 35 años es un lindo ejemplo de no bajar los brazos…
-Lo más importante es el proceso que hacés para lograr tus objetivos y buscar el techo. En el Juego Olímpico, todos ganamos haciendo un buen proceso y dejándolo todo. La mayoría de las veces los logros son pocos en comparación con las derrotas. Por eso me quedo con el proceso que he hecho, de no frustrarme, de siempre intentar. Creo que es la clave del deportista, siempre intentar. Hay que ser conscientes de que tenemos un rival que puede hacer mejor las cosas, o ser mejor que vos. Se puede perder, pero siempre hay que intentar mejorar. Esa ha sido la clave de mi carrera.
Cortitas:
El presente del Tenis de Mesa en Mendoza: “Tenemos siete chicos de Regatas en la Selección Argentina. Es una camada que viene pisando fuerte. Sería muy lindo que se los pueda apoyar y que puedan tener una gran carrera deportiva”
Genética pura: Hay 6 de la familia Alto en el alto nivel. Gastón y Matías en el cuerpo técnico de Argentina, Luciano (22) en Europa, Lucas (10), Julián (10), y Valentino (9) en la Sub 11 de la Selección.
No descansa: Gastón combina su trabajo de entrenamiento con los jugadores argentinos en Europa, con su participación como jugador en España, Portugal e Italia.
