La semilla que se sembró hace muchos años no para de dar frutos. El proceso está en su punto justo de maduración y es tiempo de continuar cosechando éxitos. A Mendoza realmente no hay con qué darle. En estos lares, definitivamente se juega el mejor fútbol de salón del país. Lo demostró la Borravino en estos seis días que duró el 41° Campeonato Argentino de Selecciones, pero lo viene exhibiendo hace ya más de un lustro con una disciplina que mueve multitudes tanto adentro como afuera de la cancha. Más de ocho mil deportistas federados (con proyección a 10 mil en breve) contando todas las categorías masculinas y femeninas, en el marco de una estructura cada vez más sólida y en constante crecimiento, le han dado a la provincia un auge inusitado que ni siquiera otros deportes en su época de mayor esplendor lograron.
Entre el 12 y el 18 de junio, los mendocinos fueron testigos del potencial que tiene Mendoza a nivel nacional. Y no sólo por los seis títulos logrados, sino por lo que representa el fútbol de salón para el resto del país. Provincias y federaciones que antes eran la meca de este deporte a nivel nacional, (Santa Fe, Tierra del Fuego, Chubut, Misiones, Comodoro Rivadavia) se ven reducidas a la mínima expresión por el nivel de “profesionalismo” que existe hoy en la poderosa estructura de la federación mendocina.
A continuación, repasamos las cinco claves de un nuevo éxito de la Borravino, que sumado a otras cuatro coronas conseguidas a nivel nacional contando todas las categorías, la convierten sin lugar a dudas en la plaza número uno del deporte salonero.
1) Cantidad y calidad. Mendoza es la capital del futsal argentino. No existe ningún tipo de discusión sobre tal aseveración y sobran los motivos para justificarla. Primero, Fefusa es la federación con más clubes afiliados (80), con más equipos en primera (110) y con más jugadores federados en todo el país. Segundo, es la provincia con más títulos a nivel Torneo Argentino de Selecciones masculino (14 en total) desde que en 1976 se jugó el primero en Corrientes. Tercero, es el campeón vigente a nivel nacional en primera femenina. Y cuarto, tal nivel de hegemonía se está traduciendo en el éxito que vienen teniendo las categorías inferiores, tanto masculinas como femeninas. Cada vez hay más clubes nuevos que se inscriben para jugar en la federación y que con mucho esfuerzo van acondicionando su infraestructura a las necesidades de la divisional en la que se encuentran. Desde la la Primera A a la D.
2) El nivel de la competencia. La competencia local es la más fuerte a nivel nacional. La mayoría de los elencos grandes de primera (Regatas, Talleres, Jockey Club, Don Orione, Cementista y Alemán) tienen entre sus filas a los jugadores que después nutren a la Borravino y a la Selección Argentina. Y si bien la actividad a nivel provincial es amateur, con el paso del tiempo, muchos de ellos luego son seducidos de clubes europeos (la gran mayoría italianos) y pasan a convertirse en profesionales del futsal.
En esta selección de Gustavo Gallardo fueron tres los jugadores foráneos que formaron parte del plantel campeón. Claro, sin contar a Gonzalo Pires, quien se bajó del torneo y viste los colores del Modena Cavezzo (Serie A2 de Italia): Agustín López (Vis Gubbio de Italia), Lucas Díaz (Ciampino Aniene, de Italia) y Luciano González (Citta Di Massa, de Italia). Renzo Grasso es otro jugador que está en el Nápoli y no alcanzó a sumarse por una cuestión de tiempos.
En la época de receso en los torneos europeos muchos de ellos vuelven a sus clubes mendocinos de origen y le dan una dimensión mucho más competitiva de la que ya tiene el certamen local.
3) Primero supo sufrir. Como dice el tango Naranjo en Flor, la Borravino se curtió de dolor antes de tocar el cielo con las manos. En abril de 2014, el equipo dirigido por Osvaldo De Minicucci, un histórico de Regatas, llegó a la final del Argentino “A” de Selecciones disputado en Chubut. Pero el destino quiso que Mendoza perdiera la final ante Comodoro Rivadavia y se quedara en las puertas del título después de seis años.
Ese plantel borravino estuvo integrado por jugadores que luego fueron parte de esta generación dorada del futsal mendocino: Marcelo Mescolatti, Diego Koltes, Nicolás Páez (tres campeones de hoy), Renzo Grasso, Gonzalo Pires, Jonathan Gallegos y Martín Cusa, entre otros.
Para otros, como Mauro Albertini, Facundo Miranda y Gustavo Mauro, fue el final de un ciclo que iba a comenzar con la llegada de un DT revolucionario: Armando Corvalán.
4) El proceso de Corvalán. El ciclo de Armando Corvalán -actual DT de la selección argentina- al frente del equipo mendocino arrancó allá por 2015 en el torneo que se disputó en Posadas y con un plantel que comenzaba a renovarse. Así, por ejemplo, aparecieron los juveniles Gastón Fernández y Gonzalo Pires. El triunfo final fue ante la siempre complicada Corrientes.
Un año más tarde llegó el desafío de defender la corona como local y sin “Chelo” Mescolatti, quien se había ido a jugar al exterior. Para todos, este fue el torneo más difícil de los cinco, pero se festejó en la cancha de Talleres y la generación dorada comenzaba a cimentar sus bases.
Hubo que ir a Ushuaia en el 2017 y allí nuevamente el equipo se quedó con el éxito. Empezaban a aparecer otros nombres que serán sustento de cara al futuro como el de Renzo Grasso. En las semifinales Mendoza goleó a Metropolitana y en la final a Ushuaia.
Un año más tarde, con un grupo consolidado, el equipo de Corvalán sufrió en el inicio, pero se fue consolidando y se terminó quedando con el título frente a Comodoro Rivadavia. En 2019, el torneo tuvo lugar en la Cuenca Carbonífera, en la localidad de 28 de Noviembre. En el duelo decisivo, el elenco dirigido por Armando Corvalán se impuso a Río Grande por un ajustado 1-0 y dejó la vara muy alta para el flamante proceso de Gustavo Gallardo, quien asumió en 2020.
5) Con la impronta de Gallardo. Después de dos años suspendido por la pandemia (2020 y 2021), el torneo Argentino de selecciones se disputó en nuestra provincia y la Borravino del “Sopa”, con un plantel que mezcló experiencia, juventud y mucha rotación durante los partidos, Mendoza venció 3-0 en la gran final a Tucumán y festejó el sexto título nacional consecutivo y el decimocuarto de una historia que había comenzado en 1984, con el primer título conseguido en Comodoro Rivadavia. Dentro de un marco netamente exitoso, el gran mérito de Gallardo es haber comenzado con un proceso de recambio generacional que incluyó a algunos jugadores jóvenes que la venían rompiendo en sus clubes (Manuel González, Tomás Civelli y Santiago Barrera) y que en estos días de competencia no sólo demostraron que están a la altura de la selección mendocina, sino que seguramente para ellos pronto se abrirá de par en par también la puerta de la selección mayor de Argentina.
“En el 2008 me tocó hacer un recambio de grandes figuras de aquel tiempo, como Jorge Zupo y Martín Lafalla. Ahora también me toca hacer algo que a alguno le puede parecer injusto, pero a veces es necesario hacerlo y por suerte salió bien”, reflexionó Gallardo en medio de los festejos por el hexacampeonato.
6) Lo que viene. Son los mismos protagonistas los que avizoran un futuro aún mejor para Mendoza en materia de fútbol de salón. “Es una provincia que hace las cosas muy bien, tiene el futsal muy desarrollado y creo que está para cosas más grandes”, reflexiona Luciano González en la charla con Los Andes. Lucho es una voz autorizada porque, además de vestir los colores de la Albiceleste de Corvalán, representó a Estados Unidos en el último Mundial de la FIFA y porque también vive de esto. “¿Si se puede profesionalizar? Sería lo ideal para que nos quedemos acá y podamos vivir de esto”, dice Lucho, aunque, claro está, todavía estamos a años luz de que eso suceda.
Mientras tanto, Mendoza no necesita de la actividad en modo de ganarse la vida para ser, lejos, la mejor de todas.