Hace pocos días madres de jugadoras del futsal de San Rafael, de 11 años, salieron a denunciar “discriminación” porque desde la Asociación de Futsal del departamento del sur provincial no se autorizó a las menores jugar en el torneo de C13. Maca y Paz juegan desde los 3 años en el equipo infantiles mixtos de Banco Mendoza, pero ahora se vieron impedidas de continuar con sus compañeros en la siguiente categoría.
En el diario San Rafael salió a publicado el caso y las madres manifestaron que “la noticia de que Maca y Paz no pueden jugar en su categoría fue algo que nos sorprendió y que no compartimos desde ningún punto de vista”. Luego pidieron a las autoridades de la asociación “que tomen cartas en el asunto, cambien la postura y les permitan a las chicas disfrutar de un deporte tan hermoso como este. Basta de discriminación en el deporte, somos todos iguales”, cerraron.
Lo cierto es que desde la entidad que regula este deporte, sostuvieron en el medio, que las niñas “corren riesgo de daños físicos al jugar con varones”.
Los Andes consultó con el presidente de la Asociación de Futsal de San Rafael, Alfredo Rolando, quien salió a aclarar al respecto: “A nivel reglamentario, no existen las categorías mixtas. Las hay por géneros, masculinos y femeninos. Y en nuestra asociación ya tenemos a una Primera de mujeres en competencia, y se están desarrollando las inferiores, las cuales comienzan su torneo este fin de semana”, comenzó.
A lo que, puntualmente al caso de Banco Mendoza, el titular afirmó: “No recibimos ningún tipo de pedido oficial por parte del club, para buscar la manera de contenerlas en ese equipo. Además es una falencia de la institución por tener a dos nenas y no haber desarrollado la categoría para ellas, a diferencia de otros clubes que ya tienen equipos con sus jugadoras. Hay que generar los espacios que corresponden para que las nenas jueguen y, desde nuestra entidad, se les está dando ese espacio”, concluyó.
Para ampliar más en el asunto, acudimos a Fefusa, donde el femenino está mucho más consolidado, con campeonas nacionales a nivel de Selección y equipos, y con presencia en la Selección Argentina con mayoría mendocinas.
Por eso hablamos con Eduardo “Perico” Pérez, actual coordinador deportivo del club Cementista y entrenador de Selección Argentina femenina.
En Fefusa hubo un caso muy particular, similar a estos en San Rafael. En donde una nena pudo jugar hasta las juveniles con sus compañeros varones. Es el de Estefanía Banini, quien creció deportivamente en el club lasherino, integró seleccionados argentinos y hoy juega en el fútbol once de Levante, España.
“Hay equipos femeninos, no es como cuando empezó Estefi donde la rama no existía. Ahora las nenas tienen sus categorías. Puede haber casos de talentos en el que un técnico puede disponer de una chica en un equipo de varones, pero son casos puntuales. Se ven en clubes donde aún no integran el formato femenino. Y no es lo ideal. Porque si se trata de una categoría donde comienzan a verse diferencias muy grandes de físicos, es cierto que puede ser dañino para la niña porque algunos varones de esa edad ya tienen una contextura mayor. La fuerza y potencia son diferentes”, aclaró Pérez.
Y agregó: “en nuestro club tenemos dos casos: Lupita, que tiene 11 años, y sí juega con chicos de su edad en las infantiles. Pero no en una categoría mayor, sea de varones o damas. La C11 femenino tienen su torneo. Y no la exponemos a categorías más grandes. porque, en esa edad, las contexturas físicas comienzan a diferir. Y no se trata de discriminación”.
“El otro caso es el de la hermana de Renzo “Carucha” Grasso (jugador de la Selección). Delfina tiene 15 años y juega en la Primera femenino, con chicas más grandes. Porque viene con una base fortalecida desde pequeña, tiene su desarrollo motriz y entiende el juego, pero con criterio de Érica Encinas, su entrenadora, dijo que no con varones de su edad o mayor porque se las expone al límite de sus condiciones y lesiones”, ejemplificó.
Y continuó: “En las categorías formativas, de iniciación, donde no hay competencia, es positivo que los equipos sean mixtos. Estoy muy de acuerdo, y creo que es importante. Pero cuando entra la competencia, cambia. La fuerza, roces, agresividad, entran en el juego. Y eso puede tener consecuencias físicas en la niña. En la competencia es donde los profes tenemos que tener criterios”.
“Los técnicos y los padres debemos tener en cuenta esto, la prioridad no es la competencia, es formar al jugador y, sobre todo, la salud física y mental del chico y la chica”, manifestó.
En coincidencia con Rolando, “Perico” afirmó: “Es necesario que haya un desarrollo deportivo, nuevas categorías. El problema de siempre es que se empieza de arriba y no desde las divisiones inferiores. Y lo que aconsejaría es que esas nenas, si no tienen su división femenina en su club, sigan en la categoría con varones, que se entrenen, pero que no se apuren a ponerla en la competencia porque entran otros factores, donde ellas se están desarrollando y no podrán desenvolverse como corresponden”.
Como conclusión, Pérez sostuvo que “es criterioso lo que están haciendo ellos. Como asociación están tratando de regular, contener y a su vez están promocionando la rama. La competencia es un medio, no es un fin. Y eso es lo que tienen que entender técnicos y padres”.
“Hoy por hoy, no podemos hablar de discriminación en el futsal femenino de Mendoza”, finalizó.