Facundo Altamira: “Cuando me lesioné la rodilla por segunda vez, pensé en largar todo”

Entrevista. Luego de superar dos operaciones de ligamentos cruzados, el juvenil de 20 años tuvo su bautismo de fuego en la Primera de Godoy Cruz el domingo pasado en la goleada 4-0 frente a Gimnasia de La Plata.

Facundo Altamira: “Cuando me lesioné la rodilla por segunda vez, pensé en largar todo”
Si bien venía jugando como extremo por izquierda, Flores lo colocó por la derecha ante el Lobo platense. Y el pibe cumplió. / Gentileza Pablo González Repetto.

Facundo tenía apenas cinco años recién cumplidos cuando el Tomba del “Chocho” Llop conseguía su único triunfo 4-0 en la élite del fútbol argentino, ante Nueva Chicago en el Malvinas Argentinas. El salto de categoría en aquel incipiente Apertura 2006 significaba una experiencia nueva para Godoy Cruz. Igualita a la que vivió el pibe Altamira el último domingo en el Gambarte, el día de su debut en Primera División con otro histórico 4-0. ”Lo viví con mucha pasión, casi se me explota el corazón de felicidad, de orgullo. No podía creerlo. Recién después del partido vine a caer que había debutado en Primera. Para mí fue demasiado”, cuenta el extremo de 20 años.

-Facu, ¿cómo te enteraste que ibas de titular contra Gimnasia?

-Me enteré el jueves que iba a ir de titular. Formaron un equipo y me fue bastante bien en la práctica y el técnico se decidió por mí.

-No te lo esperabas...

-No me lo esperaba. Imagináte que yo iba al banco y pensaba que me iban a poner en los últimos minutos. Con el Gallego (Méndez) había ido al banco tres veces: contra Lanús, Huracán y Vélez.

-¿Qué te pidió o te dijo Diego Flores en las horas previas al partido?

-Cuando estábamos en la concentración hizo una sesión de video individual y me tocó con Seba Lomónaco. Vimos lo que fue mi práctica y dijo que los dos habíamos tenido una buena práctica, pero que se había inclinado por mí. Después Diego (Flores) me felicitó, porque no sabía que era mi primer partido, y me dijo que esté tranquilo y sea simple.

-Jugaste de extremo por derecha. ¿Es tu puesto natural?

-Sí, es mi puesto natural. Aunque en Reserva y también en algunas prácticas el Gallego me venía utilizando por izquierda. Antes no me gustaba porque no me ubicaba, pero lo fui agarrando la mano, en Reserva jugué contra Unión, me fue bastante bien, hice un gol y le empecé a tomar el gusto.

-¿Notaste mucha diferencia entre una categoría y otra?

-Sí, muchísimas. No sé si habrá sido por las pulsaciones, porque mi corazón estaba a mil revoluciones y no sabía para donde correr. Es muy distinto, es mucho más intenso, hay que ir y volver constantemente. Quizá en Reserva te podés dar tus descansos, pero jugar en Primera es bastante más difícil para el que no está preparado. Será hasta que le agarre el ritmo.

-¿Es cierto que estuviste a punto de abandonar el fútbol?

-Sí, porque tuve dos grandes lesiones de rodilla, me rompí los ligamentos cruzados de cada una. En la derecha fue en 2018 contra Atlético Tucumán jugando en Quinta y la otra fue a fines de 2020 en Reserva jugando un partido contra Primera. En la segunda llevaba tres meses de recuperación y se me cruzó por la cabeza largar todo a la m... porque sentía que pasaba el tiempo, que no iba a llegar y que era todo en vano. Ahí es donde aparecen las personas que te quieren: mi familia, mi novia, mis amigos, a quienes les agradezco porque sin ellos no hubiese podido. También me había rodeado de malas personas que me decían que no iba a poder jugar más. Me quisieron dar de baja, pero no pudieron, je.

-¿Qué te dijeron después del partido tus compañeros y el DT?

-Te soy sincero, sentí que no jugué como podría haberlo hecho. Pienso que podría haber dado mucho más. Soy de exigirme muchísimo, pero después me di cuenta que era el debut. Diego me dijo que había cumplido una tarea muy buena y que había dado un paso para adelante como profesional. Mis compañeros también me dijeron que me vieron bien y que tengo que agarrar ritmo.

-Tuviste un cabezazo que si no rebota en un rival tenía destino de red. ¿Cómo la viste?

-Sí, iba adentro. Fue un centro de Burgoa, veo que la pelota pasa, me la encontré y le pegué el cabezazo. Rey se estaba tirando para el otro lado y justo metió la cabeza el defensor.

-¿Estás estudiando alguna carrera?

-Estoy viendo la posibilidad de empezar a estudiar radiología.

-¿Cuándo y cómo llegaste a Godoy Cruz?

-Llegué en 2017 desde San Martín, donde estuve desde los 12 hasta los 16 años. Un día mi viejo se encontró al Gato Oldrá en una agencia de autos y le dijo ‘tengo a mi pibe que juega bien’. El Gato le dijo que me llevara a las pruebas que había en el club, que si era tan bueno como él decía iba a quedar. Mi viejo me llevó y acá estamos.

-¿En qué categoría empezaste a jugar?

-En Séptima.

-¿A qué entrenadores tuviste?

-En Séptima tuve a Alberto Salomón, pero al poco tiempo se fue. Después tuve a Emanuel Oviedo, Ernesto Pedernera y Mauricio Magistretti.

-¿Cuál son tus objetivos a corto y largo plazo en el fútbol?

-A corto plazo es ganarme la titularidad, hacer todo lo posible para sacar al club de la posición en la que está. La verdad que no se lo merece porque es el club más grande de Cuyo. Y a largo plazo, consolidarme como jugador profesional y llegar a lo máximo. Quiero pasar por River, que es el club del que soy hincha, jugar y explotar ahí para después irme afuera.

Altamira en plena sesión de gimnasio del plantel de Godoy Cruz Antonio Tomba. Gentileza / Prensa Godoy Cruz
Altamira en plena sesión de gimnasio del plantel de Godoy Cruz Antonio Tomba. Gentileza / Prensa Godoy Cruz

-A los jugadores que vinieron de San Martín a Godoy Cruz generalmente les fue bien. Por ejemplo, Angileri, Henriquez, ¿vos también tenés tu corazoncito en San Martín?

-Y, lo tengo porque fue el club que me formó, que me dio todo en mis inicios. Pero Godoy Cruz para mí hoy es todo y es una pasión. Si me dan a elegir, me quedo con el Tomba por todo esto.

-Si bien vos no venías jugando de titular, ¿qué creés que cambió para que Godoy Cruz pasara de goleado a goleador en apenas una semana?

-Cambió mucho la idea del grupo. Veníamos goleados y golpeados, sobre todo los chicos porque yo hace un mes que estoy. Pero lo siento como ellos. Cambió mucho la cabeza entre nosotros, Diego (Flores) nos ayudó muchísimo en el tema de la actitud porque teníamos la obligación de sacar esto adelante. No queremos imaginarnos lo peor para este club, y menos nosotros los pibes. Pero sí, cambió mucho la cabeza, la imagen y fuimos más positivos. Creo que por eso salimos y se dio el resultado que se dio por los huevos que pusimos.

-¿Cómo se hace ahora para sostener ese nivel tan alto?

-Con constancia, es difícil mantener ese nivel porque el que no está en nuestro ambiente no sabe lo que nosotros sufrimos. Obvio que lo que queremos es mantener este ritmo, porque lo que demostramos el otro día también lo demostraron contra River y también en otros partidos. Estoy seguro de que vamos a seguir así.

-¿Quiénes son tus espejos en el fútbol?

-A Matías Suárez lo veo mucho por la simpleza y el dominio que tiene, es un jugadorazo. También me gusta mucho Julián Álvarez. A nivel internacional al que veo mucho es a Sancho, que es muy rápido.

-¿Y en el día a día de Godoy Cruz a qué jugador admirás o te ha sorprendido?

-A Martín Ojeda, no sólo por las condiciones que tiene sino por la clase de persona que es. Es un jugadorazo, es un crack y verlo entrenar es un placer. En lo personal es un muy buen chico. Cuando me citaron la primera vez me aconsejó mucho. Es una gran persona.

-¿El capitán es de hablar?

-Damián (Pérez) es muy buena persona y jugador. Contra Lanús me regaló la camiseta y me dio mucha fe y seguridad. Me habló mucho antes del partido. También me hablaron los paraguayos: Juan (Espínola) y Cris (Colmán). Es un plantel en el que no hay maldad y todos tiramos para el mismo lado.

-¿Cómo tocó la salida del Gallego?

-En lo personal me dolió mucho porque después del partido contra Vélez renunció y me habló bastante porque fue quien me dio la posibilidad de estar en el plantel profesional. Y al grupo también lo golpeó porque es uno de los mejores entrenadores del fútbol argentino, por el carácter y por su forma de trabajar.

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