Enrique Tolcachier: testigo del sueño dorado

Es uno de los pocos privilegiados que formó parte del cuerpo técnico que guió a la Generación Dorada del básquet argentino al oro olímpico. El asistente técnico de Rubén Magnano hizo un repaso de la experiencia más inolvidable de nuestras vidas.

Enrique Tolcachier: testigo del sueño dorado
El cuerpo técnico de la Generación Dorada recibió el homenaje en Parque Roca. /Foto: @figuerassportsfotos

Enrique Tolcachier es uno de esos pocos privilegiados que formaron parte de la Generación Dorada del Básquet de Argentina. Como asistente técnico, perteneció a ese único equipo que le quitó el oro al siempre ganador Estados Unidos desde la participación de los NBA, en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

Los protagonistas de tamaño logro fueron homenajeados este pasado fin de semana en Buenos Aires, ante un Parque Roca rebosante de gente que disfrutó de una función más de los ídolos dorados. Entre ellos, en uno de los bancos, estuvo Enrique, o más conocido en el ambiente como Tolca. El actual director deportivo de la Federación de Mendoza, mantuvo una charla íntima y exclusiva con Diario Los Andes.

- ¿Cómo estás Tolca? Imagino que contento después de lo que fue un fin de semana plagado de emociones…

- Sí, la verdad es que hemos vivido un fin de semana espectacular. Primero porque siempre cuando hay un reencuentro de estas características vienen a la mente muchísimos recuerdos. Hacía mucho tiempo que no veía a algunos integrantes, te diría que hace 20 años, desde aquella histórica final. Eso en primer término, lo más importante. En el evento en sí, el reconocimiento de la gente fue muy emocionante, muy movilizador. Todo lo que hemos vivido el sábado allí en Parque Roca, junto con la gente, con muchos invitados, personalidades; y bueno, el broche de oro: que nuestros hijos hayan podido disfrutar con los jugadores, con los entrenadores, de todo ese fin de semana.

- ¿Esperaban que fuera tan masivo el evento, que estuviera tan lleno y con tanto rebote en los medios y redes sociales?

- Desde el momento que se agotaron las entradas en menos de 24 horas sabíamos que era un evento masivo. Incluso, hubo mucha gente que quería venir del exterior y no pudo comprar sus entradas para participar. Pero, además de la gente que estuvo en la cancha, los saludos que recibimos de los que nos siguieron por la televisión fue impresionante. La verdad que nos ha superado totalmente. Como dijo Manu en el mensaje final: sentir el afecto de millones de personas es una caricia al alma. Realmente fue impresionante porque pasaron 20 años, no es algo que la gente tenga caliente por ser reciente. Entonces, ese es el hecho más sorprendente: que después de tantos años la gente mantenga el cariño por esta generación, que es muy merecido por lo que hizo ese grupo.

Habla muy bien del grupo que se hayan podido organizar para estar todos. En esta clase de eventos es común que alguien falte…

- Sí, sí, no fue sencillo el tema, porque se pusieron varias fechas y siempre no había coincidencia que todos pudieran estar. Hasta que se hablaron, se pusieron de acuerdo y pudimos estar todos. No faltó nadie del equipo. El único, por supuesto, lamentablemente fue el Turco Vartanian que falleció hace un par de años, pero estuvo su hijo representándolo asique hemos estado todos ahí, juntos disfrutando del evento.

- Más allá del reencuentro con el grupo y el cariño de la gente, ¿Qué te dejó el evento?

- Nosotros realmente no tuvimos que hacer nada más que estar presentes y vivir cada momento con mucha intensidad. Estuvo muy bien organizado. Nosotros estamos acostumbrados a Alejandro Cassettai que es el representante de la Generación Dorada ante este tipo de eventos, y tiene en cuenta todos los detalles. Desde hace meses viene trabajando en todo. Ha sido espectacular. Y bueno, respaldado por una productora que ha hecho que cada minuto sea para que la gente lo disfrute, tanto los que estuvieron en la cancha como los que estuvieron siguiendo por televisión. Hubo muchos momentos inolvidables. La presentación fue algo espectacular. El momento emotivo del entretiempo de la entrega de Hugo Sconochini a Ricardo González, que es el jugador campeón del mundo que con 99 años pudo estar. Nos llenó de orgullo la presencia de él. Y bueno, después la participación de los jugadores en la cancha, la presencia de los jugadores invitados, de figuras del ambiente artístico, los recitales, el himno, las palabras finales de Manu y Rubén… Y la sorpresa de las anécdotas contadas por los familiares de todos los que estuvimos ahí, previo a que nuestros hijos participen del partido fue el broche de oro, fueron tres horas, pero se nos pasó volando. Y eso habla a las claras de que se disfrutó mucho.

El reencuentro de la Generación Dorada, a 20 años del oro histórico en los Juegos Olímpicos Atenas 2004. /Fotos: @NBAparatodos
El reencuentro de la Generación Dorada, a 20 años del oro histórico en los Juegos Olímpicos Atenas 2004. /Fotos: @NBAparatodos

- Te quiero llevar un poco a la historia. La has contado varias veces, pero me parece que nunca está de más porque vos fuiste uno de los que vio nacer a estos chicos, que ahora ya son ídolos para siempre.

- Tuve la fortuna de iniciar prácticamente el camino de ellos con formativas. Ellos arrancaron con 15, 16 años, muchos en las distintas selecciones menores. Y bueno, yo me integré al equipo en el año 97, cuando fuimos al Mundial de Australia que era Sub 21. A partir de ahí hicimos todo el proceso hasta coronarnos con la medalla de Atenas. Soy un agradecido y un afortunado de haber podido compartir cada concentración y cada torneo, trabajando desde adentro y poniendo mi granito de arena para que todo salga de la mejor manera posible.

- ¿Creías en lo personal que se podía lograr una hazaña semejante antes del Mundial de Indianápolis y Atenas?

- Mirá, llegar a ser campeón olímpico nadie lo pensaba antes de ir. La verdad es que sigue siendo un sueño después de 20 años. Pero sí de ese momento en el que perdimos el final increíble en Australia yo me acuerdo que nos juramos que íbamos a hacer algo importante cuando los jugadores estén la selección mayor. Nosotros sabíamos que íbamos a lograr algo importante, que íbamos a ser competitivos a nivel mundial. Realmente teníamos madera como para competir en los más altos niveles. Por supuesto que lo del Premundial de Neuquén del 2001, dominando el torneo de las Américas con amplitud, nos puso en un escenario muy bueno a nivel confianza. Y bueno, ya después la participación y el nivel de juego demostrado en Indianápolis y la continuidad en el Preolímpico de Puerto Rico que nos lleva a Atenas fue la frutilla de ese trabajo, de ese desarrollo que duró años y certificó lo que nosotros pensábamos: que Argentina se iba a posicionar muy alto a nivel mundial.

- Lo debés tener muy claro, pero los que no tuvimos el privilegio no podemos ni imaginar. ¿Qué se siente ser campeón olímpico, Tolca?

- Una satisfacción enorme. Un orgullo muy grande. A mí me toca, ahora ya de grande, ver Juegos Olímpicos por televisión y observar la alegría de un atleta que se cuelga una medalla, (ya sea de oro, de plata o de bronce). Que se levante la bandera y que se cante el himno, coronando un esfuerzo que hace un deportista para ganar esa medalla, es hermoso. Pensar que nosotros tuvimos a alguien ahí arriba, y que la bandera de Estados Unidos estaba abajo de la nuestra en un deporte donde son y serán ampliamente dominadores realmente es algo increíble. Ya participar de un Juego Olímpico para nosotros fue un sueño. Desde la inauguración, la villa olímpica, y el torneo en sí, que es de un altísimo nivel, donde vos tenés un margen de error mínimo en cada partido y dependés de cómo te levantas ese día, son cosas que vas sintiendo en el momento y, después con el tiempo, cuando vienen este tipo de reconocimientos y te hacen recorrer todo lo que pasaste para llegar ahí, te acordás que es algo increíble e inolvidable.

- Debés tener millones de anécdotas de todos esos momentos. ¿Nos regalás una de Atenas?

- Hay muchas, pero yo más me quedo con situaciones que nos tocó vivir en el recorrido, no solamente de Atenas. Por ejemplo, hubo giras que nosotros hacíamos donde dormíamos en los tirados en los aeropuertos, porque la Confederación Argentina tenía muy pocos recursos, y claro, a medida que el equipo iba generando expectativa iban encontrando lugares donde se recaudaba dinero. Muchas veces los viajes no eran los ideales, nos tocaba terminar un partido a las once de la noche, comer rápido y salir en un vuelo a las cuatro de la mañana para jugar al otro día en otra cancha. En México estuvimos tres días seguidos jugando, durmiendo y viajando en los aeropuertos, por ejemplo, recorriendo todo el país para jugar en medio de la preparación. Eso habla del esfuerzo del grupo, el saber interpretar las situaciones que vivíamos. Manu Ginóbili estaba en los albores de la NBA para darte un ejemplo, y con la misma humildad de siempre estuvo a la par de sus compañeros en este tipo de odiseas.

Ginóbili y compañía festejan, mientras el asistente técnico Enrique Tolcachier camina el banco. /Foto: web
Ginóbili y compañía festejan, mientras el asistente técnico Enrique Tolcachier camina el banco. /Foto: web

- Para el que por ahí no está al tanto, ¿Cuál era tu función específica dentro del cuerpo técnico de la Selección Argentina en ese Juego Olímpico?

- Junto con Fernando Duró éramos los dos asistentes técnicos de Rubén Magnano. Después estaba Mario Mouche como preparador físico, y había un cuerpo médico integrado por Horacio Pila, que era el médico, y Miguel Borgatello, que era el kinesiólogo. El jefe de equipo era Alejandro Casettai y utilería por Roberto Vartanian. Ese fue el cuerpo técnico completo del equipo nacional. La función específica nuestra era asistir al entrenador en todo lo que se necesitaba, además del trabajo dentro del entrenamiento, y el estudio estadístico, estratégico y táctico de lo que hacían los equipos y jugadores rivales. Por supuesto también hacíamos la preparación de todo el material, que se lo entregábamos al entrenador para que lo analice. Íbamos a ver partidos sabiendo cuáles eran las jugadas que hacían, porque eso lo teníamos en los videos. Pero queríamos verle la cara al base o al entrenador, qué es lo que les marcaba, la seña que hacían de las jugadas, y todo eso. Así, no nos sorprendían en el momento y anticipábamos lo que podría venir. Nosotros preparábamos papeles afiches o cartulinas donde dibujábamos las jugadas. Eso se pegaba en las paredes de los hoteles, y después en los vestuarios, para que cuando los jugadores se estén cambiando repasaran como íbamos a defender al rival.

- Actualmente estás en Mendoza a cargo de la dirección deportiva de la Federación…

- Exacto, yo estoy viviendo en Mendoza desde hace 16 años. Actualmente estoy trabajando en la Federación como director deportivo con toda la organización de las competencias, y las áreas que tiene el Básquetbol de Mendoza, y lo estamos haciendo conjuntamente con un grupo de dirigentes que son muy buenos, con el Colegio de Árbitros, que hacen un trabajo envidiable para generar nuevos proyectos y mejorar la calidad del arbitraje permanentemente, y también con la gente del Máster Básquetbol, que se ha incorporado a la Federación hace tres temporadas.

Tolcachier trabaja desde el 2016 en la Federación de Básquet de Mendoza. /Foto: FBPM
Tolcachier trabaja desde el 2016 en la Federación de Básquet de Mendoza. /Foto: FBPM

- ¿Por qué elegiste Mendoza previamente a tu llegada? ¿Qué opinas ahora de la provincia, ya con tantos años encima de haberla habitado?

- Yo conocí a mi mujer en el 2008, y rápidamente tomamos la decisión de vivir juntos. Ella estaba radicada aquí en Mendoza y yo vine a convivir. Ese es por qué central. ¿Qué opino de Mendoza? A mí me encanta vivir acá. Es un lindo lugar para vivir. Yo ya conocía Mendoza antes de haberla conocido a mi mujer. Esta provincia es, para cualquier visitante, un destino muy presente. La verdad es que encontramos, en nuestro momento de vida, un lindo lugar. Realmente estamos muy contentos con la familia.

Desde la línea de tres

Ginóbili festeja el oro de Atenas. A partir de ese momento, ya fue eterno en el corazón de Argentina. /Foto: Télam
Ginóbili festeja el oro de Atenas. A partir de ese momento, ya fue eterno en el corazón de Argentina. /Foto: Télam

Emanuel Ginobili. “Manu fue un experto en las decisiones que ha tomado. Siempre priorizó la parte deportiva por sobre lo económico. Siempre fue un extraordinario proyecto”, dijo sobre el bahiense.

Nocioni y Scola. “Con Chapu y Luis, crecimos juntos. Yo como entrenador, ellos como jugadores dentro de los clubes aquí en Argentina. Pude vivir lo que ellos hicieron para ser de elite”, confió sobre el alero y el ala-pivot.

Aquel plantel. “Sabíamos que íbamos a lograr algo importante, que íbamos a ser competitivos a nivel mundial; teníamos madera como para competir en los más altos niveles”, explicó sobre los jugadores elegidos.

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