En el Jardín de la República, la Lepra tuvo las defensas bajas

Desde dos acciones de balón parado, en el comienzo del complemento, Atlético Tucumán le dio vuelta el marcador a Independiente Rivadavia, que lo ganaba 1-0, con gol de Fernando Romero. Así, el Azul volvió a perder tras tres fechas de buenos resultados.

En el Jardín de la República, la Lepra tuvo las defensas bajas
El Decano dio vuelta el marcador en el inicio del complemento, aprovechando el desconcierto leproso.

En el marco de la novena fecha de la Liga Profesional de Fútbol, Independiente Rivadavia visitó a Atlético Tucumán, en el estadio Monumental José Fierro, con arbitraje de Nazareno Arasa, donde sumó una derrota imprevista, 2-1.

Aunque el fútbol es un deporte sobre el que no se puede hacer futurología, el arranque del encuentro preveía una noche de sonrisas para el equipo del Parque. Sin embargo, al cabo de 90 minutos, la Lepra sufrió más de lo que supo gozar.

Cuando nada había sucedido, la Lepra supo golpear vía Fernando Romero. El paraguayo armó una acción individual, aprovechando un error defensivo, y sacó un remate que se desvió en un rival para desatar el festejo mendocino. Fue el primer gol del ariete guaraní con la camiseta azul.

En el trámite, ambos se prestaron el balón y el visitante logró la ventaja a partir de su infalibilidad ante el arco rival.

Con la ventaja a su favor, la Lepra encontró espacios para atacar de forma directa, especialmente vía Sebastián Villa, que se volcó sobre la derecha de la defensa tucumana. Mientras, el local, golpeado por el 0-1, apostó a centros desde ambos costados, que significaron buenas respuestas del arquero Ezequiel Centurión.

Romero, el más inquieto en la ofensiva mendocina, tuvo otra clara chance sobre los 24 minutos, tras una buena acción de Luciano Abecasis, que enganchó y le puso el balón en la cabeza al paraguayo. La definición se fue a centímetros del segundo palo tucumano. La Lepra era más criteriosa y reconocía el momento para acelerar ante la sorpresa local.

Sebastián Villa tuvo algunos minutos de desequilibrio en la primera parte. Luego cayó en la red defensiva del Decano.
Sebastián Villa tuvo algunos minutos de desequilibrio en la primera parte. Luego cayó en la red defensiva del Decano.

De todas formas, el Decano seguía inquietando con lanzamientos aéreos. Había una buena respuesta del once de Ciccotello, pero la incomodidad por no poder controlar el balón se sentía. El juego era de ida y vuelta.

Pasada la media hora de juego, Atlético Tucumán consiguió ganar terreno y empezó a darle buen destino al balón. Un remate de Guillermo Acosta, que se fue apenas ancho, fue la mejor oportunidad que tuvo el Decano en la primera parte.

El cierre de la etapa dejó mayor tranquilidad en el local, que tuvo otra acción con un remate que se fue besando el palo del arco mendocino.

Ezequiel Ham no tuvo trascendencia en el encuentro y la Lepra pasó de la alegría al llanto en un puñado de minutos.
Ezequiel Ham no tuvo trascendencia en el encuentro y la Lepra pasó de la alegría al llanto en un puñado de minutos.

Independiente Rivadavia ya no tuvo tantos espacios para el contragolpe y jugó más cerca de su propio arco en el cierre de los primeros 45 minutos.

Esa sensación de crecimiento quedó de manifiesto cuando apenas transcurrían 3 minutos del complemento. Un córner desde la izquierda encontró la cabeza de Gianluca Ferrari, que acaba de ingresar, y todo como al principio. El empate tuvo la complicidad de Centurión, quien salió muy mal.

Y si faltaba algo, fue un nuevo cabezazo de Ferrari, un puñado de minutos después, para poner arriba al local en el marcador. Increíble pero real, desde dos acciones de balón parado, la Lepra veía como se le escurría un triunfo que ilusionaba.

La Lepra ingresó dormida a disputar el capítulo final. Porque además de fallar en las primeras dos acciones de balón parado sobre su área, sufrió el vértigo que le impuso el local al partido. Pasado el cuarto de hora inicial, se jugaba muy lejos del arco tucumano y con pelota en posesión del conjunto de Facundo Sava.

Los cambios que ordenó el entrenador le dieron respuestas al equipo y fue todo dominio tucumano. Intentó cambiarle la cara al equipo Martín Ciccotello con un puñado de modificaciones, pero, a esa altura, el Decano lucía sólido y dueño del encuentro. Tras acertar con dos chances de balón parado, el local recompuso su imagen y el marcador ya no volvió a cambiar.

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