El pueblo leproso sigue abrazado a una ilusión que lo condena. ¿Quién se atreve a quitarle este sueño a Independiente Rivadavia? Nadie. Ni siquiera pueden arrebatarle la punta. La agarró hace unas fechas y no la ha soltado más ni siquiera con sus más inmediatos y peligrosos perseguidores. Primero fue el Deportivo Maipú el que lo intentó hace poquito. Pero Independiente Rivadavia estuvo a la altura de las circunstancias y sacó adelante un partido dificilísimo que el Cruzado casi le empata sobre el final.
A pesar de que Chacarita venía con el envión de frenar a Maipú y con la ilusión de repetir lo mismo en Mendoza, tampoco pudo arrebatarle la punta a ese Independiente Rivadavia cada vez más puntero de la Zona B de la Primera Nacional.
El duelo significaba lo más parecido a una final. Había mucho en juego. El puntero jugaba con el escolta. Pero además, el Azul llegaba de perder con Mitre de Santiago del Estero y de cortar una racha de 14 partidos sin caídas. Era la oportunidad de demostrar de qué está hecho este equipo. Y, como los elencos que están destinados a pelear cosas importantes, Independiente se paró rápido del traspié de la fecha anterior. Con el empuje de Los Caudillos del Parque, que armaron un tremendo fiestón, los futbolistas tuvieron el carácter necesario para saber cuándo apretar el acelerador y lastimar al Funebrero.
Chacarita comenzó mejor en el partido que Independiente. Con el 4-3-3 y los intérpretes que ya salen de memoria (excepto Dionisio por el suspendido Abecaasis), la Lepra no se sintió cómodo con el planteo de la visita y le costó hacer pie en el inicio.
De hecho, durante 25 minutos, el equipo de Biggieri fue más que el de Berti. El plan de partido era claro: copar el medio, tapar la salida y ser directo con pelotazos a las espaldas de Romero y Maidana, por donde Chaca hizo estragos en ese lapso inicial.
Más claro, prolijo y ordenado, Chacarita lastimó por el sector de Dionisio, por donde se estacionaba Ricardo Blanco para hacerle el 2-1 al lateral derecho del Azul cuando Rodríguez se asociaba por ese andarivel
El “10″ de Chaca también hizo daño por el carril del medio en esos primeros instantes del juego. Metió un gran pase para Pugliese, el ex Platense apareció a espaldas de Maidana, la paró con el pecho y sacó un remate de volea que despejó Gagliardo.
Con los receptores tapados (Ham, Romero, Tonetto, Elordi), Independiente no tuvo salida clara en esos primeros minutos. Y Chaca aprovechó para presionar con su bloque alto y generar daño por el extremo zurdo de la cancha. Justamente, por ese sector, otra vez Blanco desbordó a Dionisio y mandó un centro que el lungo Pulicastro cabeceó por arriba del travesaño. El Funebrero estaba mejor.
Mientras Chaca seguía siendo más ordenado y compacto, a Independiente le costaba horrores controlar la pelota y progresar en el terreno de juego. Otra vez Blanco lastimó por derecha y generó un tiro libre que él mismo ejecutó cerrado y Gagliardo despejó con un puñetazo.
Sobre los 22′, otra vez el Funebrero tomó mal parado al Azul, Dionisio la perdió en el medio, el equipo quedó mal parado, Rodríguez quedó mano a mano con Gagliardo, le ganó, tiró el centro atrás, el arquero cortó y después hubo un remate de afuera de González que pasó cerca del palo izquierdo.
Independiente no lograba hilvanar jugadas de peligro. Aislado Arce, voluntarioso Ramis e intermitente Reali, quien apareció en los últimos minutos de la primera etapa con su habilidad y desbordes por la derecha que llevaron cierto peligro sobre el arco defendido de Correa.
Sin embargo, lo más claro del Azul en esos últimos minutos de la primera etapa fueron un zurdazo de Arce que pasó cerquita del palo izquierdo, y un zurdazo de media distancia de Juan Manuel Elordi que Correa controló en dos tiempos. Chacarita se había quedado en los últimos minutos de ese primer tiempo.
Independiente salió con otra actitud en el segundo tiempo. Y en una de las primeras incursiones de Elordi por el andarivel izquierdo, desbordó y mandó un centro atrás que no pudo ser rechazado por la defensa, y el “Turquito” Ham cargó la barra de potencia, se llenó el pie de pelota y la colgó en el ángulo superior izquierdo del arco defendido por Correa. Golazo. Explotó el Bautista Gargantini, y no era para menos porque la Lepra recuperaba la punta de la zona B de la Primera Nacional.
¿Luego? Independiente supo sufrir, apretó los dientes cuando tuvo que hacerlo y le bajó la persiana a la victoria, que pudo ser más amplia de contra. Así, sigue firme en lo más alto de la tabla de posiciones y su gente sigue soñando con la Liga Profesional.