Si hay una persona que es sinónimo de alegría en el ambiente del fútbol, ese es Antonio Mohamed desde su época de futbolista con sus looks siempre llamativos hasta la actualidad donde mantiene intacto su sentido del humor y la picardía de barrio. Pero la vida le dio un duro golpe con la muerte de su hijo Faryd durante el Mundial de Alemania 2006 y a 15 años del fatídico accidente lo recordó con mucho cariño en ESPN F90.
“Es una cicatriz con la que vas a convivir toda la vida. A mí me hizo muy fuerte tener otros hijos, los amigos y la familia. Todo lo que me rodeaba en ese momento me hizo salir adelante”, contó el Turco cómo de a poco se vio obligado a aprender a convivir con un dolor tan grande.
Mohamed contó cómo vive todo ese proceso de angustia y altibajos hasta la actualidad: “Es algo que hoy con el tiempo estoy a punto de lograr lo que uno logra con un padre o una madre. Se te van tus viejos y sentís angustia, estás triste pero a los dos o tres años los recordás con una sonrisa. Ahora van 15 años y estoy cerca de poder acordarme de mi hijo y empezar a reírme de lo que hacía”.
“De muchas cosas me río, ya lo estoy logrando. Uno de los objetivos que tengo en la vida es ese, poder volver a ver los videos. Todavía no pude. Sí fotos pero videos no pude. Es una tarea pendiente que estoy trabajando en terapia para ver si algún día lo puedo hacer. Lo que pasa es que es muy fuerte verlo en video pero fue lo que me tocó, viendo a la Selección con mis amigos. El golpe más bajo que puede recibir un ser humano”, emocionó a todos el Turco con su historia.
Al recordar ese triste 30 de junio de 2006, Mohamed reconoció que estaba muy enojado con Dios y con el mundo: “El que es padre piensa cómo si éramos 16 tipos y en la camioneta 8, por qué la criatura. Pero después vas entendiendo, como que te lo prestaron nueve años y el destino estaba escrito de esa manera. Y a vos te pone una prueba más jodida a ver cómo moldeás tu carácter y cómo la llevás el resto de tu vida. Y también para darle mucho más amor a los tres que me quedaron”.
Semejante impacto, le sirvió al Turco para tomarse los problemas de otra forma y hoy todo lo vive con otra calma: “Cuando te pasa algo así, después empezás a no darle importancia a pequeños grandes problemas porque uno se enoja por un montón de cosas que realmente tienen solución. A partir de ese momento yo siempre dije lo mismo: ‘los problemas que tienen solución no son problemas’”.
“Y después hay otra frase que es muy fuerte pero para mí los problemas se solucionan con plata o con tiempo. En el amor, en el fútbol, en el trabajo y en un montón de situaciones. Es una cuestión de aceptar lo que me tocó pasar a mí, que es muy duro”, agregó el DT de último paso por Rayados de Monterrey.
Tan frontal como divertido, el ex Huracán, Independiente y Colón entre otros, reveló la conversación que mantuvo con sus seres queridos: “Cuando recién había pasado sentía que todos los que estaban a mi alrededor me veían victimizado y un día tuve una charla con todos y les dije ‘si ustedes me van a tratar así, no vengo más. Yo quiero que me sigan cargando como siempre porque soy el mismo. Con una cicatriz terrible adentro pero si ustedes no me ayudan a volver a sentirme el mismo, no arranco’”.
Y por último, ponderó la importancia del fútbol en su vida para salir adelante: “Es el lugar donde yo soy feliz y pude sobrellevar este dolor que hasta el día de hoy sigue pero mucho más leve”.