Tras la muerte de Diego Maradona, el pasado 25 de noviembre, la justicia abrió una causa que investiga a los profesionales de la salud que trataron al ídolo durante los últimos meses, previo a su muerte. En la misma, hay siete imputados, entre los más complicados están el psicólogo Carlos Díaz, la psiquiatra Agustina Cosachov y el neurocirujano Leopoldo Luque.
Sin embargo, desde la muerte del Diez, es psicólogo especialista en adicciones decidió romper el silencio y decidió visitar Intrusos, donde habló por primera vez sobre la investigación.
Primero brindó detalles del día que conoció a Maradona, el 26 de octubre, unos días antes de que cumpliera 60 años: “En el primer encuentro con Diego noté que era una persona que necesitaba ayuda en ese momento. Estaba dispuesto a recibirla. Más allá de las dificultadas que revisten estos tratamientos de adicciones es importante que el paciente quiera colaborar, y Diego colaboraba. Entendía que tenía que hacer un cambio de vida en ese momento”.
A los tres días conoció a Cosachov y a Luque en una reunión que tuvo como objetivo ponerse de acuerdo para ver qué tratamiento debía seguir el futbolista. “Hubo un consenso generalizado de que Diego necesitaba una hospitalización para la desintoxicación. Lo que caracteriza a la adicción es la ambivalencia, por momentos esa persona quiere dejarse ayudar y por momentos no. Por eso es que los tratamientos son tan complejos. Él entendía que necesitaba un cambio de vida y esos cambios tenían que ser drásticos”, apuntó Díaz.
Luego Díaz manifestó que Diego “estaba transitando un consumo problemático de alcohol y que abusaba de psicofármacos”.
El psicólogo también aseguró que cuando fue a su casa observó que Maradona era quien tomaba las decisiones y aclaró que no son fáciles los tratamientos para pacientes con adiciones: “Es muy complejo establecerle límites a una persona con un consumo problemático y más aún cuando es alguien que logró todo en su vida”.
Los medios y la familia del Diez
Por otra parte, el profesional de la salud mental también se refirió a la enorme exposición a la que se vio victimizado por los medios tras la investigación en la Justicia.
“Fueron meses atípicos, afortunadamente cuento con la confianza plena de mis pacientes y sus familias que saben del esfuerzo que uno hace y de lo difícil de tratar a este tipo de personas. La enfermedad no se toma feriados y uno está presente y siempre abocado a los pacientes y sus familias. El impacto mediático fue feo para la familia, incluso se planteó que hubo intenciones de matar a Maradona”, agregó.
En el caso de la familia de Maradona, en particular Dalma y Gianinna, han asegurado que no van a parar hasta ver presos a los profesionales imputados en la causa.
Respecto a ese tema, el psicólogo manifestó: “Trato de ser compasivo con los familiares de los adictos, porque entiendo que muchas veces se encuentran muy dañados por la enfermedad de los pacientes que suele ser el emergente sintomático de un sistema disfuncional, de una familia que no funciona. Muchos familiares de adictos también desarrollan problemáticas severas producto del consumo. Es una enfermedad compleja que no solo daña al adicto. El adicto es por lo general el emergente”.
Y luego agregó: “Es la primera vez que un familiar de un paciente trata con tamaña ingratitud a los profesionales que trataron a su padre. Al contrario, uno normalmente encuentra apoyo y acompañamiento”.
Al ser consultado de si las hijas Diego estaban involucradas con el padre, Díaz respondió: “Algunas personas de su familia estaban comprometidas y otras no. Son cuestiones muy personales”.
Por último explicó por qué aceptó tratar un caso tan especial como el del astro del fútbol: “Maradona era tan importante como el resto de mis pacientes y tan complejo como el resto de mis pacientes. Yo me sentía y me siento capacitado para tratar a un paciente como Maradona”.