Sin duda que Godoy Cruz fue perjudicado por el arbitraje de Nicolás Lamolina y su equipo en el partido ante River en el Monumental por la fecha 7 de la Liga Profesional.
La terna arbitral tuvo una pésima noche desde el comienzo, ya que en el gol de Martín Ojeda el juez de línea, Juan Manuel Vázquez, levantó el banderín señalando posición adelantada, pero el VAR demostró que el volante tombino estaba habilitado más de un metro, dejando expuesto al asistente.
Tras el 2-0 llegó la segunda polémica: González Pirez fue a disputar una pelota con Tadeo Allende, pero el defensor millonario dejó la plancha y terminó empactando en la pierna del cordobés... todo indicaba que Ariel Penel (el árbitro del VAR) llamaría a Lamolina para mostrarle la tarjeta roja al defensor local, pero no.
El tercer error del juez principal, todo en el primer tiempo, fue que el mismo González Pirez disputó una pelota con Salomón Rodríguez y cuando estaba por perderla la tocó con la mano, algo que fue ignorado por el juez de línea. Era la segunda amarilla del defensor.
El cuarto error fue una jugada de interpretación de Lamolina, ya que en el final del primer tiempo Gianluca Ferrari forcejeó con Braian Romero en la mitad de la cancha y después le cometió una fuerte infracción a Rodrigo Aliendro. El juez tomó la insólita medida de mostrarle dos tarjetas amarillas en la misma jugada al defensor del Tomba y expulsarlo.
Esta decisión de Lamolina perjudicó al Expreso, ya que tuvo que jugar todo el segundo tiempo con un futbolista menos y ante un River que se le vino encima.