Novak Djokovic alcanzó su décima final en Wimbledon luego de vencer a Lorenzo Musetti, enfrentándose el domingo a Carlos Alcaraz por su vigésimo quinto título en Grand Slam. Después de ganar en el All England Club, el serbio celebró de manera peculiar, lo que provocó abucheos de algunos aficionados presentes en el estadio.
Una vez asegurada su victoria en el emblemático escenario londinense, el tenista de 37 años saludó cordialmente a su oponente y luego buscó con la mirada el sector de la tribuna donde estaban ubicados su equipo técnico y familiares.
Djokovic tomó su raqueta, mostró una sonrisa y realizó un gesto como si estuviera tocando un violín. Esta acción provocó la desaprobación de una parte del público, que abucheó al jugador serbio al interpretar que se estaba burlando de ellos.
El nativo de Belgrado, actualmente segundo en el ranking ATP, continuó con su “actuación musical”, como si estuviera en un concierto, y recibió aplausos de la mayoría de los presentes.
Posteriormente, la cámara de la televisión oficial enfocó a su hija Tara, de 6 años, quien fue la verdadera destinataria de esta “celebración musical” de Djokovic. La pequeña heredera está aprendiendo a tocar el instrumento y su padre le dedicó la victoria especialmente a ella.
El festejo de Nole incluso generó repercusiones en las redes sociales y los usuarios cuestionaron al público por el destrato al tenista. “¿Por qué la gente abucheó a Djokovic en ese momento? Son unos tontos, la mímica del violín era para su hija, no para los espectadores”, fue uno de los comentarios de los usuarios que siguieron la semifinal y que reprodujo el diario británico The Sun.
