Lionel Scaloni protagonizó uno de los momentos más emocionantes tras la gesta que significó la obtención del Mundial Qatar 2022. Una vez que el plantel arribó a suelo argentino, el DT regresó a su Pujato natal donde recibió un emotivo homenaje.
En un acto organizado en ese pueblo de Santa Fe, María Cristina Fossaroli, conocida por todos como “Chichita”, subió al escenario y homenajeó a quien fuera su querido alumno de la primaria.
Nueve meses después de aquel recibimiento, se dio a conocer que esta maestra falleció el lunes por la madrugada a los 82 años.
Desde la Escuela 227 “Bernardino Rivadavia”, expresaron su pesar con una emotiva carta de despedida: “Seño Chichita....Siempre presente en tu querida ‘227′, siempre acompañándonos, siempre siendo ‘Señorita Maestra’... Nos dejas tu sentido de pertenencia, tu trabajo responsable y comprometido, tu sonrisa inconfundible y protectora... Y todos guardamos esos MB con birome verde, súper prolijito, con una frase que nos alentaba a seguir. En nuestro recuerdo siempre resonará ...”Platero es pequeño, peludo, suave, tan blando por fuera que se diría todo de algodón...Seño Chichita...siempre en nuestros corazones.... ¡Gracias por tanto!”
El homenaje de Chichita a Lionel Scaloni tras la obtención del Mundial
Chichita, como la conocían en Pujato, fue una de las primeras maestras que tuvo Lionel Scaloni. Y, cuando el DT regresó a su pueblo con la tercera estrella ya bordada, las palabras de la mujer emocionó al campeón del mundo: “Te quiero, Leo, te quiero con todo el corazón. Creí que nunca te iba a volver a abrazar”, le confesó al director técnico.
Lo cierto es que esta mujer fue pieza clave de la vida del campeón del mundo, ya que lo acompañó en su formación en Lengua en sexto y séptimo grado, la última etapa de la Primaria que transitó en la escuela 227 “Bernardino Rivadavia”.
“No sé qué decir porque estoy tan emocionada como todos ustedes, como todo Pujato. Lo veo ahora a Leo (Scaloni) con el pelito cortito, es un señor. Cuando iba a la escuela, con 11 años, tenía melenita, el flequillo que no se le quedaba nunca quieto. Era muy travieso, le gustaba mucho hacer bromas. Armaba una pelota de papel y jugaba al futbol en el recreo”, comenzó en ese entonces Chichita.
“Leo, como siempre, es muy educado, siempre responsable. Su familia siempre lo acompañó. Recuerdo que cuando estaba en la escuela miraba por la ventana porque sabía que ahí estaba su papá con el camión, esperándolo (para llevarlo a entrenar en Newell’s). Eso es lo que debe hacer la familia”, sentenció.