La Arístides se vistió de Azul. Los hinchas después del sensacional triunfo frente a Rafaela lleno de emociones poblaron la parada. Cantaron, dedicaron, deliraron de pasión y disfrutaron.
Hacía más de una hora que había terminado el encuentro y la euforía aún está encendido en los hinchas de Independiente y buscando un lugar, donde instalarse a relajarse y cenar algo se lo pudo observar con una sonrisa dibujada en su rostro a Gabriel Gómez, entrenador del equipo del Parque junto alguno de sus ayudantes.
“Para Gabriel una foto!,” le gritaban algunos hinchas. Y como siempre generoso y amable el DT Azul posó para cada pedido. La mirada roja de las lágrimas que derramó en el camarín, luego de sus dirigidos dieran vuelta el partido de manera heroica. Una final prácticamente. Y el delirio del Mundo Azul.
“Sí, creo que hay que emocionarse. Creo que no hay que guardarlas y el futbol es esto; pasión y es lo sentí en ese momento emoción. Fue un desahogo. Disfruté mucho de este triunfo, porque este equipo volvió a mostrar que tiene mucho caracter en estas instancias y son puntos que valen oro”, contaría Gómez.
“Me abrazé con Nico (uno de sus colaboradores) y me arrodillé en el piso porque ese gol fue la gloria para mí”, agregó el entrenador con los ojos llenos de lagrímas. “Me acordé mucho de mi viejo, siempre me acuerdo de él. Creo que mi viejo estaba ahí, iluminándome. Creo que se hubiese tomado un whiski después del partido, es lo que más le gustaba”, contó el DT, mientras detrás se escuchaba una ovación de parte de la hinchada hacia él.
Y sí, la hinchada estaba vez ocupó un lugar preponderante en los ultimos 45 minutos de juego, porque no paró de alentar y, fue tanto que el árbitro del partido Carlos Andrés Gariano, le comentó a uno de sus colaboradores, “Este partido lo empujó la hinchada para que lo ganara Independiente”, destacó.
El reconomiento fue increíble para Gómez, es que casi un centenar de plateístas se quedaron a esperar a los jugadores a quienes saludaron y felicitaron, pero los aplausos y elogios fueron todos para el entrenador. “Sí, soy un agradecido, porque siempre la gente me hace sentir su cariño. Me lo demuestra en la calle, en la cancha. Para mí Independiente es como mi casa”, sostuvo.
Respecto a que le pasó al equipo en el primer tiempo que ingresó prácticamente con un juego intrascendente deslizó: “Creo que entramos un poco contenidos. Nos faltó juego queríamos progresar rápido con un solo pase. Entramos un poco con ansiedad y Rafaela nos encuentra con dos pelotas y nos haces dos goles, pero también tuvimos nuestras situaciones, pero nos quedamos muy parados. No entramos bien. En el segundo tiempo no jugamos tan bien, pero se dio el partido que pretendíamos y terminamos sufriendo y ganando a lo Lepra”, expresó finalmente.