Ciento treinta y ochos pilotos del Turismo de Carretera, hasta hoy la categoría más popular del país, el miércoles 20 de octubre de 1948 pusieron primera y aceleraron con fuerza, dando inicio a la prueba más peligrosa, más renombrada y nunca jamás repetida de la historia del deporte motor. Fue organizada por el Automóvil Club Argentino (ACA) y se la conoció como el Gran Premio de la América del Sur del Turismo Carretera.
En el imaginario popular la premisa era unir a través de casi 10 mil kilómetros, por caminos de asfalto o tierra, y en 14 etapas, Capital Federal, Salta, La Quiaca y Potosí, ingresando a Bolivia por La Paz, siguiendo hasta Arequipa y ya en la geografía peruana tocar Lima y Tumbes y ahí se le sumaron Guayaquil y Pasto, en el Ecuador, y, después, en tierra colombiana transitaron por Bogotá y Cúcuta, hasta ingresar a Venezuela por Valera al pie de Los Andes, para terminar en Caracas. De los cientos y tantos que participaron de la aventura 117 fueron argentinos y entre ellos 5 mendocinos. Y uno, Víctor García, nacido en el sur mendocino ganó la última etapa. Además, hubo 7 peruanos, 5 bolivianos, 4 chilenos, 2 venezolanos, un uruguayo, un italiano y un portugués, pero solo 44 vieron la bandera a cuadros, con un dominio, casi absoluto, de los hermanos Oscar y Juan Gálvez, que con Ford V8, se quedaron con 7 y 5 de los parciales, respectivamente. Los restantes fueron para Juan Manuel Fangio y el ya mencionado García.
Los “menducos”
Entre el grupo de argentinos se destacaron varios mendocinos. Cuatro de ellos clasificaron después de desandar miles de kilómetros y otro abandonó. Ellos fueron: Pablo Gulle que llegó a pelear entre el grupo de punta, palmo a palmo con los hermanos Gálvez, hasta que el motor de su Chevrolet dijo “no va más” y lo dejó con la esperanza y la ilusión a un costado del camino. Por su parte, el panadero de Guaymallén, Salvador Ataguile (Ford), tuvo un andar parejo y constante que lo ubicó al final de la prueba en el cuarto lugar, “arañando” casi el podio, pero con la satisfacción de haber llegado. Guido Arturo Maineri fue quinto en el decimocuarto tramo y noveno en la general, mientras que “Pichón” Castellani ocupó el 28° lugar como acompañante del chileno Bartolomé Ortiz Sanz. Mientras que Víctor García, con Hilario Martínez como acompañante del Ford que, con el número 17 en sus costados y la identificación de General Alvear en el frente, llegaron primero a Caracas, es decir en la última de las 14 etapas en la que se dividió la irrepetible prueba, lugar que le permitió a la dupla alvearense clasificar en el séptimo puesto de la general y después fueron recibidos por todo un pueblo que se volcó a las calles para saludarlos.
Fueron más de un centenar de historias las que trascendieron, entre ellas las de Eusebio Marcilla, el piloto de Junín, que en la séptima etapa fue el auxilio sanitario para Juan Manuel Fangio, que había volcado al no advertir una curva del camino. Fangio y el mendocino Daniel Urrutia, acompañante del “Chueco”, fueron llevados hasta el hospital Obrero de Chicope. Allí, Urrutia, que había sido despedido del habitáculo, murió casi al llegar al lugar. Fangio, con algunas heridas, abandonó la prueba y Marcilla se ganó el título de “Caballero del Camino”. En una etapa anterior después de superar el puente colgante sobre el “Río Grande”, el Ford de Julián Helguea, acompañado por Heriberto Roma, desbarrancó por más de 200 metros y ambos perdieron la vida.
Ganó, pero perdió
La dura competencia tenía antes de su término como absoluto ganador a Oscar Alfredo Gálvez. Sin embargo, a menos de 200 kilómetros de la cuadrícula, la rotura del cigüeñal dejó mudo al motor Ford V8. Y “ayudado” por un vehículo particular que lo empujó y así, solo con el impulso y un motor en silencio, cruzó la línea de llegada, pero terminó siendo desclasificado. Y Domingo “Toscanito” Marimón que venía detrás, a más de 5 horas del “Aguilucho”, ganó la competencia. Y si bien la polémica se extendió en el tiempo, no hubo marcha atrás. En el regreso que arrancó en el Perú, pasó Chile y terminó en Buenos Aires, Oscar Gálvez fue el ganador absoluto... pero esa fue otra carrera. La más dura, la más extensa, con más de un centenar de inscriptos de los que solo unos 40 llegaron, recorrió gran parte del continente Sur y nunca más se pudo concretar. Hoy es parte de la historia escrita sobre el acelerador de un Turismo de Carretera.