En su primera presentación en casa, el Tomba jugó mal y perdió bien frente a un Estudiantes que se posicionó como uno de los líderes del grupo. El equipo de Méndez, que había tenido una gran presentación en Mar del Plata, volvió a llenarse de dudas.
Análisis del primer capítulo
Luego del homenaje al Morro García, el fútbol. Pero la realidad es que de juego se pudo apreciar muy poco. El Tomba saltó al campo de juego con la intención de ratificar lo bueno que había hecho hace una semana en Mar del Plata. Pero esta vez, el rival no se lo permitió. Estudiantes pobló la mitad de la cancha, fue inteligente para atraer la presión de Godoy Cruz y, cuando tuvo espacios, lastimó. A los 3′ Leandro Díaz dilapidó una chance muy clara luego de la habilitación del movedizo Federico González.
Mientras el Gallego Méndez pedía amplitud por las bandas a la hora de salir, la realidad es que a Godoy Cruz le costó saltar líneas mediante juego asociado. El poco peligro que generó fue a través de pelotazos (en uno, Ojeda controló mal sino se iba cara a cara con Andújar) y con un tiro libre sobre el filo del primer tiempo que Ojeda remató por arriba del travesaño.
Dentro de un primer tiempo parejo, Estudiantes fue levemente superior al Expreso y contó con una chance clarísima, cuando promediando la etapa, Leandro Díaz se hamacó en la medialuna del área y sacó un remate de derecha que pegó en la base del palo y salió.
Godoy Cruz lució un tanto adormecido, por eso sobre el final del primer tiempo el Gallego les pegó un par de gritos a sus jugador.
Análisis del segundo tiempo
El tempranero gol (golazo) de Leandro Díaz hizo que el Tomba tuviera que sacudir obligadamente la modorra. El equipo mejoró a partir del ingreso de Tim Burgoa, quien parado como interno por izquierda, se asoció con Ojeda y hasta protagonizó una jugada individual por el sector derecho que casi termina en el empate.
Ante un rival que se replegó casi por completo, a Godoy Cruz le costó una enormidad generar situaciones de peligro. Dependió de alguna genialidad de Burgoa y no mucho más. El Pincha, fiel al libreto de Zielinski, propuso juego friccionado, pierna fuerte y mucha actitud para defender en el área propia con los lungos centrales (Colombo-Noguera). De hecho, con el partido 0-1, ese mal árbitro llamado Diego Ceballos (increíble que todavía dirija en Primera) le perdonó la vida a Noguera, quien estaba amonestado y cometió una falta de atrás.
Renzo Tesuri, tras un rechazo en un tiro de esquina a favor, tuvo el empate en su pie derecho, pero su remate no bajó y se fue por arriba del travesaño.
Faltando un minuto para el tiempo reglamentario, el recién ingresado Pablo Sabbag sentenció la historia con otro verdadero golazo.
En la próxima fecha, el lunes 1 de marzo próximo, visitará a Rosario Central en el Gigante de Arroyito.