Se nos fue un grande de la Academia y el fútbol mendocino: Andrés Angel Molina. Aquel “toro” que arreaba defensas y hacía enrojecer las gargantas de la gradería albiceleste de San José con sus incomparables goles, en tiempos en que nadie osaría descolgarse al terreno de juego desde la tela, para no mancillar el campo Santo de Dioses de botines negros.
El Andrés fue uno de los grandes talentos del semillero que cultivaban don José Ruarte, don Quito Pacheco y el gran Aroldo Cortenova. En 1976 fue transferido a Talleres de Córdoba y fue uno de los privilegiados que vio el debut de un tal Diego Maradona en un Argentinos vs. Talleres.
“Hoy va a estar en el banco ese pibe que hacía piruetas en el programa de Pipo Mancera. Si entra lo agarran y le dicen: ‘pendejo, andá a hacer boludeces a la televisión’”, fue el mensaje que les dio el entrenador tallarín Rubén Bravo y que Andrés recordaba siempre entre risas.
Luego de su paso por Talleres, Molina jugó el Nacional del 77 para Independiente Rivadavia y volvió a la Academia. Estuvo en el famoso amistoso contra Holanda y fue el autor del gol de Argentino, en ese 9 a 1 en la Auxiliar del Estadio. Cerró su carrera en Godoy Cruz en 1981.
Fuera de su etapa de jugador, Andrés venía con frecuencia al club como hincha de la Academia y también para participar de los distintos homenajes a las glorias del club.
Un abrazo enorme a los hijos de Andrés, a todos sus amigos y a toda la congregación de Atlético Argentino en este triste día por la partida del gran número nueve del club en la década del 70.